Capítulo XI: Contigo En La Distancia

847 81 43
                                    

Era un viaje largo, lo sabía. No había logrado combinar vuelo con ninguno de sus compañeros de selección, sabía que Licha y Cuti viajaban juntos desde Londres, Enzo encontrándose con ellos y Leo en París durante su escala para el vuelo a Buenos Aires. La mayoría había hecho planes parecidos para verse antes de aterrizar en Ezeiza, él podría haber sido parte de esos planes, si se molestara en entrar al grupo de whatsapp más de una vez a la semana.

No era un secreto que no era muy de estar encima del celular, pero últimamente se había convertido en un problema, o eso le decía Enzo.

Enzoo
No me dijiste nada al final loco
Dale que tengo que reservar los pasajes

Le había escrito su amigo, una semana antes de partir a Argentina, en el peor de los momentos imaginables, ya que se encontraba debajo de cierto rubio que le plantaba besos por toda la cara, su frente, sus párpados, su nariz y su boca. Las manos de Haaland fijas en su cadera, impidiendo que se moviera, las manos de Julián a su vez en los hombros del rubio, riendo y pidiéndole que parara, que su teléfono estaba sonando.

–Mmm, what could be so important? (¿Qué podría ser tan importante?)–preguntó el noruego mientras movía su atención al cuello de Julián.

–Y no sé ah, si me dejaras ver –fue interrumpido por un beso antes de seguir–. Si me dejaras ver, te diría.

Sintió que sonreía contra su piel y supo que había dicho algo mal, "me regalé", pensó.

–It's not like I have you tied up, you know? (No es como que te tengo atado, ¿sabés?) –dijo divertido–. Though, that would be very interesting. (Aunque eso sería muy interesante)

Le guiñó un ojo y Julián sintió que se incendiaba, fuera lo que fuera en su teléfono, definitivamente podía esperar.

-

Así es como había terminado por tener que viajar sólo desde Manchester, con escala en París y de ahí a Argentina. Sabía que le esperaba una linda puteada de parte de su amigo más querido apenas entrara a su habitación en Ezeiza, sabía también que se la merecía. Estaba distraído en todas las áreas de su vida que no fueran el fútbol o su -apenas oficializado, muchas gracias- novio.
Su cabeza simplemente no rendía para pensar en nada más que no fueran esos ojos azul cielo, en esas fuertes piernas entrelazadas con las suyas en la cama, en lo estúpidamente placentero de sus dedos recorriendo su pelo, el cual se había permitido dejar crecer tras muy poca insistencia por parte del noruego, alegando que sus ondas lo hacían parecer un príncipe. Sólo podía pensar en el suave murmullo de su voz en las noches, cuando hablaban bajito y pausado sobre cualquier cosa, desde las anécdotas más curiosas de su infancia hasta la añoranza por pasar tiempo con su familia en las fiestas. Era en ese momento en que el inglés de Haaland se volvía más torpe, más parecido al de Julián en las primeras semanas en el club.

Incluso ahora, en el asiento del avión rumbo a Francia, mirando por la ventanilla el cielo por encima de las nubes, lo único en lo que podía pensar era en que ya lo extrañaba.

Suspiró y se pasó las manos por la cara, volvió su atención a la pantalla en el asiento frente a él donde Notting Hill estaba puesta, tal vez porque era una de las favoritas de su madre o tal vez porque él ahora también tenía a un hombre esperando que volviera a Inglaterra.

"Can I stay a bit longer?" (¿Puedo quedarme un rato más?) –preguntaba Anna en pantalla.

"Stay forever" (Quédate para siempre) –fue la respuesta de William.

-

La escala en París no fue tan dura como pensó, viajó con ropa común y barbijo, no tenía muchas ganas de que por alguna casualidad alguien lo reconociera en ese aeropuerto en específico.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 10, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

notice me • erling haaland x julián álvarez Where stories live. Discover now