Una esposa para Leo

Día 4

El resto de la cena fue bastante agradable, la mamá de Leo era una persona muy inteligente y su hermana estaba llena de vida, ya que siempre hacía lo que quería, era bastante agradable.

Una vez que nos despedimos de su mamá y su hermana Leo cerro la puerta y el aire regreso a mis pulmones, era mi trabajo verme bonita y aparentar cosas, pero aún sentía nervios.

Una vez solos, Leo se acercó  a dónde estaba me tomo de la cintura y me pego a su cuerpo, por un instante no supe que hacer y me quedé congelada, pero al sentir el primer rose de sus dedos en mi espalda trague saliva.

—Gracias por lo de hoy. —dijo mientras se pegaba a mi cuerpo, suspire y asentí no quería que notará como me afectaba su cercanía.

—No hay de que ese es mi trabajo. —al decir ello Leo me solo y dio dos pasos atrás acto que me hizo extrañar su cercanía.

—Tienes razón, olvidaba.—iba a decir algo más, pero no lo deje.

—No tienes que dar explicaciones  Leo o buscar algo bonito para decirme, sé bien cuál es mi lugar y espero entiendas cuál es el tuyo. —al decir aquello sentí una punzada en mi pecho Leo no dijo nada asintió con la cabeza y dio la vuelta para ir a su despacho, después me desplome en las escaleras.

¿Qué era lo que me estaba pasando? Me estaba volviendo en una débil en una persona que no era y todo por la culpa de ese rubio de ojos claros, suspire pesado y me quite las zapatillas que tenía puestas, justo cuando estaba por irme mi celular sonó.

Dani ex #13 decía en la pantalla, hice una mueca al ver el número, pero igual conteste.

—¿Si? —dije luego que escuché un suspiro.

—Amelia, muy buenas noches—dijo Dani.

—Sé que estoy rompiendo una cláusula importante del contrato, pero resulta que. —no lo deje terminar, solo colgué la llamada después de eso bloquee el número.

Mis clausulas estaban más que claras y por lo regular todos mis clientes las respetaban, pero Dani siempre fue un caso muy especial.

Subí por las escaleras y camine por el pasillo hasta llegar a nuestra habitación una vez dentro puse mi contraseña y entre a mi cuarto necesitaba quitarme el disfraz y descansar.

Narra Leo

Caminaba de un lado a otro con un trago de whisky en mis manos recordando lo imbécil que había sido, por un instante había pensado que Alexis tenía sentimientos por mi, por un instante pensé que ella deseaba lo mismo que yo, pero era un idiota por pensar en ello.

Su trabajo era lo único que le importaba y hacia bien las cosas quizá para obtener un bonus, lancé el vaso hasta el otro lado de la habitación causando que este se rompiera en mi pedazos.

Se suponía que esté arreglo de convivencia era lo mejor para mí ya que gracias a eso podría seguir manteniendo mi libertad, pero pasar tanto tiempo con ella me estaba volviendo en la persona que no quería ser.

Tome mis llaves el abrigo y salí de la mansión, necesitaba sacarla de mi mente, necesitaba olvidarme de ella ya que sabía muy bien que toda ella era una actuación.

Al llegar al patio me monte en mi auto y lo encendí.

Mientras manejaba pensaba en que ésto era un estúpido error y que la única solución era pasar el menor tiempo posible en casa ya que no podía interrumpir el contrato por ahora. Si lo hacía mi madre seguiría molestando con eso de las citas y la siguiente esposa y me negaba a volver hacer esas cosa estúpidas.

Después de manejar unos kilómetros encontré un pequeño bar, baje del auto y camine a la entrada.

El sitio era bastante agradable y había muy poca gente y al parecer era un establecimiento familiar.

Camine directo a la barra y él mesero se me acercó.

—¿Problema de bragas? —dijo a lo que asentí sin decir nada más dio la vuelta y comenzó a preparar un trago después lo puso frente a mi junto una botella de al parecer tequila.

—Cuando un hombre viene aquí con la misma mirada y cabello desalineado es siempre por bragas, mi único consejo que te puedo dar y espero sea de ayuda es que no la pienses tanto, si la chica te trae así es porqué ya hay sentimientos de por medio y eso no cambiará ni porque bebés 10 botellas del mejor tequila. Lo mejor es afrontar las cosas. —dicho eso se dio la vuelta y siguió a lo suyo.

¿Afrontar las cosas? ¿Cómo se supone que iba hacer eso? ¿Cómo le iba a decir a mi esposa falsa que tenía sentimientos por ella cuando ella solamente me veía como una billetera?

Tome el trago de golpe sintiendo como el líquido amargo resbalaba por mi garganta.

Alexis y yo jamás tendríamos algo además no era como si realmente la necesitara, podía divertirme con cualquier persona sin importar absolutamente nada más, eso era parte de nuestro acuerdo.

Volví a servir más líquido a mi vaso cuando de repente tocaron mi espalda, al dar la vuelta me encontré con una chica ruba de ojos claros.

—¿Está ocupada está silla? —preguntó y negué con la cabeza.—la rubia sonrió y se sento junto a mi mientras yo seguía bebiendo.

Narra Alexis.

Unos golpes en la puerta hicieron que pegará un brinco, miré el reloj que estaba en mi mesita de noche y eran cerca de las tres de la mañana, cuando di la vuelta para volver a dormir los golpes siguieron así que me levanté a ver qué rayos pasaba y al ver a Leo parado frente a ella frunci el ceño.

—¿Que nece?—no me dejó terminar él entro empujando la puerta.

—Al diablo las estúpidas reglas, al diablo el estúpido contrato, mejor dime ¿si pasas una noche conmigo cuánto te tendría que dar de bonus?—al escucharlo trague saliva, jamás me había sentido tan humillada en toda mi vida así que le solté una bofetada.

—Vete, o me voy yo. —Leo no hizo nada solamente sé quedó de pie sobando su mejilla. Al ver qué no se movía regrese di la vuelta tome mi bolsa y lo empuje al salir del cuarto.

Una parte de mi rogaba por qué Leo me siguiera, porque me pidiera disculpas, pero otra parte sabía que era lo mejor, pero ¿Si era lo mejor porque me sentía tan mal?

Al salir de la casa asote la puerta y me senté en las escaleras fue entonces que me permití llorar.

Nota

Leo es uno de mis personajes favoritos, pero en este capítulo si se pasó de lanza 😓

¿Qué les parece hasta ahora la historia?

¿Están listos para lo que viene?

🤭🤭🤭