Día 5 (Por la noche)

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Cerré la computadora y me recargue en el respaldo de mi silla, estaba muerta, me dolía la cabeza y sentía mis piernas super pesadas, lo peor era que no podía sacar a Leo de mi mente, cada que cerraba los ojos su imagen aparecía, a pesar que qué sabía muy bien que no me tenía permitido pensar en él de esa manera.

Me levanté de la silla y tome mis cosas, pero cuando estaba a punto de salir la puerta se abrió de golpe dejando entrar a Mario con otros dos tipos, Rebeca venía de atrás.

—¿Que ocurre?—dije al ver qué los tipos quedaron en la puerta y Mario camino a mi lado.

—Les dije que estabas ocupada, que no podían entrar. —Mario levantó una ceja y negó con la cabeza.

—Dijiste que no estaba. —Rebeca rodó los ojos.

—Como sea, aún así se metieron.—Mario me extendió un sobre y al tomarlo los hombres dieron dos pasos adelante.

—¿Una demanda?—dije más en tono de pregunta, que afirmación.

—Una de las clausulas del contrato, estipula que debe vivir 6 meses al lado de mi cliente, en caso de no acatar esa regla puede ser demandada por abandono de hogar. —lo escuchaba y no podía creerlo, Leo me estaba demandando por abandono, después de que yo lo había demandado, estaba claro que era una estúpida venganza.

Pero lamentablemente tenía razón, Leo era libre de demandarme, así como yo a él.

Suspiré pesado y asentí con la cabeza.

—Acepto las consecuencias de mis actos y no me opondré al castigo, pero si a vivir nuevamente junto a Leo.

Terminaremos matandonos si continuamos viviendo juntos, así que necesito renegociar ese contrato. —Mario dio la vuelta he hizo una seña y los guardias salieron, asentí y Rebeca también.

—¿Es eso o tienes miedo de enamorarte? —dijo al tiempo que la puerta se cerraba, abri la boca para decir algo, pero las palabras no salían.

¿No has pensado que quizá Leo sea un buen esposo real? —levante la vista y Mario me estaba observando.

—No te voy hablar como abogado, te hablaré como el mejor amigo de Leo.

Sé que nunca aceptará que tiene sentimientos hacia ti, pero es más que obvio y no sólo le atraes físicamente, si no que también le gusta tú manera de ser, todo el día sé la pasa hablando de ti, ya me tiene harto.

Deberías hacer aún lado el orgullo Alex y darle una oportunidad. —trague saliva y negué con la cabeza.

—No sé de dónde sacas esa mierda, sé bien que Leo y yo no somos compatibles, es como si trataras de unir el agua con el aceite, además Leo tiene otras prioridades, en las cuáles yo no entro. —al decir eso último sentí un pequeño golpe en mi pecho, sabía de sobra lo coqueto que era Leo y lo feliz que lo hacía estar soltero.

Me lo había recalcando desde el primer momento en qué nos conocimos.

— Además, Leo es mi trabajo no sería nada profesional de mi parte. —nego con la cabeza.

—Te equivocas Alexis, tú lo amas. —trague saliva al escuchar esa palabra ya que me habia prometido jamás volver a pronunciarla, después de que me dejaran plantada en el altar.

—Y él te corresponde, sólo espero que no sea demasiado tarde cuando ambos recapaciten. —nuevamente las palabras no salían, así que me quedé callada. Mario dio la vuelta y salió por la puerta yo me quedé viendo la demanda.

Narra Leo.

Llegué a casa y lance las llaves en la mesita de la entrada al tiempo que Tamara entraba con su maleta.

—¿Si sabes que está es una estupidez verdad? —dije y ella sonrió.

—Lo único que sé es que como futura señora Coleman mi deber es permanecer al lado de mi esposo, perdón, futuro esposo. —aprete los puños, sentía la sangre hervir, mis músculos se comenzaron a tensar, me sentía como si hubiera ido al gimnasio y hubiera hecho dos horas de ejercicio.

—Eres. —dije, pero la puerta se abrió entonces me quedé callado cuando vi entrar Alexis con una maleta al lado de Mario.

Al verme ambos detuvieron el paso.

—Yo.—dijo Mario, pero frunció el ceño, Alexis camino a mi lado y me dió un beso corto en los labios.

—Tú amigo fue muy amable al traerme a casa. —dijo en el tono más calmado posible después volteo a ver a Tamara, ella simplemente estaba con los brazos cruzados y la ceja levantada.

—Ella vivirá un tiempo con nosotros. —dije para intentar calmar un poco la situación ya que el ambiente estaba bastante tenso. —Alexis asintió con la cabeza.

—Si estás bien con eso yo también. —dicho eso dió la vuelta y camino a las escaleras. Tamara la tomó del brazo. En se momento Alexis se detuvo de golpe.

—Escuchame bien. —dijo Tamara al tiempo de que Alexis se safaba de su agarre.

—No me vuelvas a tocar. —dijo Alexis mientras daba la vuelta.

—Primero que nada sé bien cuáles son tus intenciones y que es lo que te propones, pero también quiero que sepas que yo te conozco y más de lo que tú a mí, se incluso del hijo que abortaste cuando te ibas a casar con Leo. —Tamara sé puso pálida Mario y yo sólo estábamos como espectadores.

Sé de los fraudes de tú familia y sé que le pagaste a alguien para que me investigará, también sé que el día que Leo y yo amanecimos en el hotel fuiste tú quien le puso algo a mi bebida y también sé quién es tú futuro esposo, lo sé porque mi trabajo es estar informada de todo, así que de tonta no tengo nada— dijo sonriendo como si lo que acabará de decir fuera una plática casual.

Ahora te diré una cosa querida, soy peor persona de lo que te imaginas y puedo llegar a ser un gran dolor de culo si me lo propongo, tengo muchos más contactos de los que te imaginas y tengo el poder para destruirte a ti y a toda tú familia.

Así que no me retes para hacerlo. —todos nos mantuvimos en silencio Tamara cambio su postura de tengo todo bajo control a una mucho más sumisa y Alexis saco su teléfono.

—Buenas noches Dante, disculpa que te moleste, pero necesito que me envíes a mi casa la carpeta de investigación de los Harper, con todo y los fraudes. —no supimos que respondieron del otro lado ya que ella sé limito asentir y sonreí.

—De acuerdo. —colgo el teléfono Tamara estaba temblando.

—Tú—dijo y cuando estuvo a unos centímetros de Alexis ella la tomo de la mano.

—¿A caso no entendiste? ¿Eres tonta? —la actitud de Alexis había cambiado de ser una chica tímida he inocente a una mucho más fiera.

No sabía si me asustaba o me gustaba mucho más.

La puerta se abrió y entro Dante Casares.

Dante era uno de los mejores abogados de todo Madrid era reconocido por su trabajo de limpiador, se decía que tenía nexos con la mafia y que por ello era que tenía tanto éxito.

—El día de hoy ha sido muy divertido, gracias Alexis. —le dio un sobre y atrás de él entro una chica rubia alta con un portafolio y dos policías.

—Es ella señores. —dijo mientras señalaba a Tamara.

—Señorita Harper está bajo arresto, se le acusa de acosó y falsificación de documentos, estará bajo custodia puede hacer uso de un abogado o si no puede pagar uno el estado le brindará el apoyo necesario.

—Eres una maldita hija. —no logro decir más ya que la sacaron de la casa, estaba en shock, NL sabía que decir bajo está situación.

¿Quién era realmente Alexis? ¿Cuántas personalidades tenía? Esa mujer cada día me sorprendía mucho más. 


¿Quién será realmente Alexis? 

¿Sé imaginaron esté gran cambio? 

¿Ustedes creen que Leo se asusto? 

Bienvenidos al lugar donde nada es lo que parece 


Una esposa para Leo Where stories live. Discover now