All the young dudes (sirius perspective) Año1-4

Cap 42

Tercer año: tres, cuatro, cinco

Notas:

(Consulte el final del capítulo para ver las notas ).

Texto del capítulo
viernes 7 de septiembre de 1973

Sirius Black no hizo la tarea. No como lo hacían otros estudiantes: frenéticos y apresurados, pasaban horas para terminar ensayos y tareas que él atravesaba sin sudar. La escuela siempre había sido fácil para él, y se enorgullecía de holgazanear deliberadamente y aún así poder obtener las mejores calificaciones. Por supuesto, no quería que nadie pensara que le importaba el trabajo escolar, no era un empollón. Pero también sintió una necesidad silenciosa y desesperada de probarse a sí mismo; y además, dependía de él mantener el ego de James bajo control una vez que llegaran los exámenes.

Entonces, aunque Sirius nunca lo admitiría, se sintió un poco abrumado por todo el trabajo de curso adicional que implicaba tomar tres clases adicionales. Pensó que habría más que hacer, pero como lo había pasado tan bien en sus primeros dos años, Sirius pensó que dar algunas clases más no sería un problema. Lo que no tuvo en cuenta fue que, a medida que creciera, sus cursos básicos también comenzarían a aumentar en dificultad.

En Transformación, estaban comenzando con transformaciones corporales, cosas pequeñas, pero aún era una magia más peligrosa y complicada que transfigurar objetos o incluso animales pequeños. Defensa Contra las Artes Oscuras estaba entrando en maleficios de nivel superior, mientras que en Encantamientos, el profesor Flitwick les informó que comenzarían a buscar hechizos combinados; afortunadamente, Sirius y los merodeadores ya tenían mucha experiencia combinando encantamientos, pero Flitwick estaba comenzando con la teoría subyacente, que fue un dolor de cabeza para leer.

Astronomía, Herbología y Pociones fueron tan aburridas como siempre, pero con aún más lectura y todos los profesores insistiendo en que la "atención a los detalles" sería de suma importancia en sus clases ese año. Historia de la magia también se había mantenido casi igual, aunque el profesor Binns también estaba comenzando a asignar más lecturas que en años anteriores. Por lo general, Sirius era increíblemente rápido cuando se trataba de terminar los textos de clase (una vez que se sentaba a escribirlos), pero incluso a él le costó un poco cuando todo sumaba más de cien páginas en un fin de semana.

La adivinación era un fastidio, como todos esperaban que fuera. La parte más difícil de la clase fue llegar al salón de clases, que estaba en una torre alta y aislada y requería que todos subieran una escalera y atravesaran una trampilla. La profesora era una mujer pequeña y anciana que la clase confundió por primera vez con una pila de ropa sucia abandonada junto a uno de los escritorios, hasta que comenzó a moverse, momento en el que se dieron cuenta de que era una pequeña bruja arrugada que parecía como si estuviera siendo tragado por sus muchas capas de chales.

Paseaba por el aula mientras enseñaba, murmurando sobre sueños y lo simbólico oculto en el subconsciente. Al final de la clase, les dijo que leyeran el primer capítulo de su libro de texto ("¿Qué estás tratando de decirte a ti mismo? Presagios y sueño") y les asignó que llevaran diarios de sueños en el transcurso de la próxima semana. Solo Peter parecía preocupado por la tarea, gimiendo mientras se deslizaba torpemente por la escalera.

"¡Pero nunca recuerdo mis sueños!"

Sirius resopló. "Solo inventa algo, amigo". Peter parecía escéptico, lanzando una mirada nerviosa hacia la trampilla.

"¿No crees que ella... lo sabría?"

Sirius puso los ojos en blanco. "No es como si ella pudiera leer tu mente".

Peter no parecía tan seguro.

Por suerte, no se unía a ellos para la Aritmancia, lo que significaba que Sirius no tenía que escuchar sus quejas. Pete inicialmente había puesto el tema en su horario, pero lo dejó una vez que se dio cuenta de que solo necesitaban agregar un mínimo de dos temas adicionales, ya que no quería desafiarse demasiado con el aumento de la carga de trabajo. Sirius no creía que retroceder ante un desafío fuera algo muy de Gryffindor , pero solo confirmó lo que ya sabía: Peter simplemente no estaba en la misma liga que los otros merodeadores.