Capítulo 14

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Ese lunes el frío de la mañana era como una tortura, más aún si debía ponerse aquel vestido para ir a trabajar y a tan temprana hora.

—Debería ser ilegal levantarse con este frío—Regañó la pelinegra, terminando de alistarse.

Tomó su bolsa y una vez que salió de la habitación pudo notar que Jack aún dormía, pues se escuchaba un leve ronquido. Bajó las escaleras intentando no hacer tanto ruido y luego de asegurarse de que todo estuviera en orden, abrió la puerta.

—Carajo, tiene que ser una broma—Dijo al sentir como el viento chocaba contra sus piernas.

Se cubrió lo que más pudo con su abrigo y prácticamente corrió hacia el auto. Solo cuando tuvo la calefacción puesta salió del garaje y emprendió rumbo.

Aún estaba oscuro cuando se adentró al colegio, el invierno ya había llegado y con él traía mañanas un poco más oscuras y por supuesto, heladas. Los pasillos eran testigo del ruido que hacían los dientes de Lena al chocar entre ellos, pues la pelinegra temblaba cual cachorro abandonado en medio de la nada.

—Hola—Escuchó decir cuando iba a doblar por uno de los pasillos.

La mayor dio un saltito un su lugar y soltó las llaves del auto, las cuales llevaba en la mano.

—Me la debía, y lo sabe—Dijo Kara, asomándose del todo para que pudiera verla.

—Tenías que ser tú, Danvers.

Kara rio mientras recogía las llaves para luego dejarla en las manos de su profesora, rozando sin querer sus dedos.

—¿La acompaño a la sala de profesores? Se puede encontrar con algún fantasma por el camino—Dijo la rubia, aún divertida.

—Haga lo que quiera.

La chica frunció el ceño y se acercó un poco más para verificar si su profesora estaba bromeando, o estaba de mal humor. 

—Mmm... la segunda opción—Dijo en voz alta.

—¿Segunda opción de qué?—Preguntó Lena, alzando una ceja.

—En mi mente tenía dos opciones, y es la segunda, está de mal humor.

—No lo estoy, simplemente tengo frío—Defendió guardando sus llaves antes de frotarse las manos.

—¿Me deja verificar algo?

—¿El qué?

Lena miraba a su alumna bastante confundida. Nunca la había visto de tan buen humor a esas horas de la mañana, y mucho menos con ella.

—¿Me deja o no?

—Está bien.

La rubia se acercó y con la punta de su dedo índice rozó suavemente una de las piernas de Lena, confirmando lo que sabía, era obvio.

—Vamos, no quiero que se congele.

Lena siguió los pasos de la menor estando aún en shock. Llegaron a la sala de profesores, la cual se encontraba totalmente oscura y en soledad, y allí Kara le indicó que tomara asiento mientras prendía la luz.

Una vez estando dentro cerró la puerta y se acercó a Lena, quedando de pie frente a ella para luego sacarse rápidamente su casaca de cuero.

—¿Qué hace, Danvers?—Cuestionó la ojiverde un tanto asustada.

—No se haga ilusiones. Primero una cita, ¿no cree?

Ambas rieron y Kara puso su casaca en las piernas de Lena para brindarle un poco de calor en dicha zona, de lo contrario le daría hipotermia.

Aprendiendo a leerte • AU SUPERCORPWhere stories live. Discover now