Para los demás, Kara Danvers siempre fue una alumna problemática.
Para las personas que la rodeaban, Lena Luthor no era más que una esposa.
Pero entre ellas se vieron como un llamativo y misterioso libro, y aunque al principio se les dificultó y tu...
—¿Ya me dirás lo que te pasa? De verdad me tienes preocupada, parece que viste a la madre de Jack.
Samantha observaba a su amiga que se encontraba sentada en el sillón de su casa. Había tenido que ir por ella a toda velocidad y ni siquiera sabía el motivo.
—Ni te acuerdes de esa señora, por favor—Pidió la ojiverde.
—Está bien, pero por favor ya habla, me tienes con los nervios de punta.
—Sam, tú me conoces mejor que nadie. Has sido mi mejor amiga desde el colegio y sabes que yo no soy de esas personas que hacen cosas sin pensarlo.
—Por supuesto, eres bastante responsable a la hora de tomar decisiones y actuar.
—Exacto, y ahora resulta que casi beso a alguien en la fiesta de Leslie.
—Ya, ¿y eso qué tiene de malo? Eres una mujer hermosa que está soltera y...
—Casi beso a una alumna.
Los ojos de Samantha casi se salieron de su órbita al escuchar las palabras de la ojiverde.
—¿A una alumna?
—Sí, y a una de las mías.
—Okay, déjame adivinar.
—No empecemos con adivinanzas, por favor. Esto es algo serio.
Lena se puso de pie rápidamente, decidida a dar vueltas por la sala, aunque se arrepintió de inmediato y volvió a tomar asiento.
—Está bien. Entonces, si quisiste besar a una de tus alumnas, debió ser a Kara. Es la única persona de la que hablas cuando estamos juntas—Se encogió de hombros.
—¡No! Bueno, sí—Admitió levantando la mirada de golpe—¿Tan evidente es?
—Para mi, sí. Sobre todo porque la mayor parte del tiempo estás mencionando lo valiente y especial que es ella. Y créeme, mientras más hablas de una persona, más te gusta.
—Pero no me gusta... O eso creo.
—Sí, claro. Solo acéptalo, mujer.
—¿No crees que es raro?
—Mmm un poco, pero no te culpo, el año pasado pensé que me gustaba Margaret Sawyer.
—¡¿Maggie?!—Preguntó sorprendida.
—¿Ya la has visto?
—Pero si parece ignorar tu existencia, incluso puedo apostar a que no le agradas.
—Por eso lo digo. Mientras más me ignoran, más me gustan.
Lena soltó una risita.
—Además, tiene pinta de ser una chica mala, pero con un gran humor, eso me prende.
—Bueno, sí, se parece mucho a Kara en ese sentido.
—Y ahí estás hablando de ella otra vez.
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