Capítulo 5

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Me incorporo lentamente en la cama con un dolor de cabeza.

¿Qué hice anoche?

A ver, recuerdo que llegue a la fiesta de Diego lo felicité, busqué a Sofí, pero estaba muy concentrada hablando con un chico cuyo rostro ni recuerdo, después bebí tres vasos de algo que según el mesero no tenía alcohol.

Acabo de darme cuenta de que me engañaron.

¡¡ME ENGAÑARON EN MI CARA Y NO ME DI CUENTA!!

¿Pero en qué momento...?

Bueno en fin.

Me levanto de la cama de mala gana, me cepillo los dientes y me doy una ducha rápida.

—Buenos días. —Saludo a mi familia en cuanto bajo las escaleras.

Bueno, está claro que de bueno no tienen nada, con esas caras esta más que claro.

—¿Qué tal tu día mamá? —Le pregunto a la mujer que está sentada en la mesa del comedor revisando unos papeles.

—Bien.

Mi mamá no ha estado muy pendiente de mí. Siempre está ausente resolviendo los problemas que tiene. Nunca ha asistido a una presentación mía ni a ningún evento escolar.

Pero papá se ha ocupado mucho de mí siempre esta atento a lo que necesito y me hace pasar momentos divertidos, hasta me compra libros sin necesidad de pedírselo.

—Llegaste tarde anoche. —dice mamá mientras me mira.

—Sí, tenía mucho que...

—¿Estabas con Alan, verdad? —me interrumpe.

—No empieces mamá.

—No he dicho nada, solo que sigo teniendo la misma opinión de siempre sobre él.

—Samantha no empieces.
—Interviene papá.

Le doy una mirada de agradecimiento.

A mamá nunca le agradó Alan, pero a mí no me importa, ella y papá se casaron sin amarse y no digo nada.

Calladita me veo más bonita.

Alan puede parecer un marihuanero con esa cara de amargado que a veces tiene, pero vamos, es mi mejor amigo desde hace años.

Lo conocí en la guardería, un día vi un niño raro con la cara regordeta aislado solo, y pues como yo soy Nick decidí hablarle, después me di cuanta que era mi vecino.

Hablando de Alan, ¿qué estará haciendo ahora mismo?

Averigüémoslo.

Salgo de mi casa en dirección a la de él y toco la puerta con los nudillos, pero nadie abre.

Vuelvo y lo intento, pero nada.

Miro hacia el suelo y cojo una pequeña piedra y la lanzo a la ventana de la habitación de Alan. Vuelvo y lo intento y esta vez sí la abre.

—¡Perdón! —me disculpo cuando le lanzo una piedra y le da en la cara.

—¿Por qué tiras piedras?

—Porque no abres la puerta. ¡Baja!

Río cuando veo que hace una mueca rara.

—Entra. -La figura del chico sin camiseta no tarda en abrir.

—Hola para ti también.

Veo la piel clara de la espalda de Alan subiendo a pasos rápidos las escaleras.

—¿Por qué caminas tan rápidos?

Observo sus ojos de color negro y me fijo en las ojeras que se le hacen visible a lo lejos.

¿Qué le pasa?

¿A caso no ha dormido bien?

—Oye, ¿tienes algo? Si quieres me puedo...

—No. Esta bien quédate. —me interrumpe.

—Vale, ¿quieres que te cuente sobre la última película qué vi? —me siento en el suelo con las piernas cruzadas mientras tengo una visión de su espalda llena de lunares recostada en el espaldar de la silla, junto a la mesa en la que dibuja.

-Te escucho.

—Se llama: Yo antes de ti. Trata de una chica que se llama Louisa Clark, a menudo va a trabajar a diferentes trabajos para ayudar a su familia. Un día comienza a trabajar cuidando a un joven millonario que quedó paralítico tras un accidente y ahora está en una silla de ruedas. Al principio no se llevaban muy bien la verdad, pero después fueron acercándose cada vez más, pero...

—¿Pero...? —Pregunta levantando una ceja.

—Bueno, el protagonista cayó en depresión tras el accidente porque, pues, él lo tenía todo. Dinero una novia bonita y todo eso, pero después del accidente eso no le sirvió de nada y al final la novia que tenía término casándose con el colega del protagonista.

—Qué sinvergüenza. —niega con la cabeza.

—¿Verdad? Y todavía se atreve a invitarlo a la boda. Qué descarada. Después la película termina...

—No me digas como termina. —me corta señalándome con el dedo índice.

—Pero déjame terminar de contarte.

—No, igualmente me la voy a ver, pero no me des un spóiler.

—Pero solo te diré cositas que pasan.

—No, ya te dije que la veré. Ya me dijiste suficiente.

Le doy una mirada fulminante.

—¿Hiciste los ejercicios de matemática?

—¡¿Qué?! —Me sobresalto.

—Sí, y son para mañana.

—Sabes, le dije al mongolo del señor Robinson que conseguiría a alguien que me ayude a subir mis notas, pero no estoy aprendiendo nada. Voy a morir.
—me acuesto en el suelo como una muerta.

—No seas dramática.

—¿Me volteaste los ojos? —le amenazo poniéndome de pie.

—No. —me mira como si fuera una loca que acaba de salir de un manicomio.

—¿Me acabas de decir mentirosa? —camino hacia él señalándolo.

—Oye no... no te dije mentirosa cálmate.

—Me voy, te vas a quedar solo por pendejo. —camino hacia la puerta con pasos rápidos, porque tengo a Alan siguiéndome.

Bajo las escaleras y llego hasta la puerta.

—Me voy. —Anuncio una vez más.

—Vete.

—¿No vas a decir nada más?

—Nop.

—Vale, me voy.

—Vale, vete. —dice con una sonrisa.

—Me caes mal, no sé ni cómo eres mi mejor amigo, en serio, que gordo me caes.

–Ven. —abre los brazos.

—No te voy a dar un... —Igualmente, me jala de un brazo y me pega a su cuerpo. —Cuchi, hueles a caca de perro.

Forcejeo, pero termino con la cara pegada a su torso y mis manos rodeándole la cintura.

Me quedo sin mover ni un pelo cuando siento su nariz olfaterme el cuello.

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HOLAAA!! LES TRAJE UN CAP NUEVO ESPERO Y LO HAYAN DISFRUTADO MUCHO.

NO OLVIDEN DARLE AMOR <3

Y TAMPOCO OLVIDEN SEGUIRME EN IG COMO: marip.vm

CUÍDENSE MUCHOOO!! BESITOS💋💋

Alan & NickWhere stories live. Discover now