Capítulo 18

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ALAN

BESÉ A NICK.

¡Besé a Nick y se sintió demasiado bien!

En estos momentos me encuentro dando vueltas en mi cama como un desquiciado.

Todavía no creo que yo y Nick, nos besamos.

—Deja de dar vueltas en la cama como un gusano Alan, ¿ya me vas a explicar?

Me espanto y me quito la almohada de mi cara.

—¿Todavía sigues ahí? Yo creía que te había ido.

—No hasta que me cuentes qué te trae así.

—¿Así cómo?

—¡Así! Has pasado literalmente desde la cena de diciembre como un jodido loco, haciendo berrinches y dando vueltas alrededor de toda tu cama con el aparato ese en las manos.

Fulmino con la mirada al hombre de mediana edad, que está sentado de brazos cruzando en el escritorio de mi habitación.

—Te voy a contar, pero si me llego a enterar de que le dijiste algo a mamá, eres hombre muerto.

—¿Me estás amenazando? —Me señala con su dedo todo feo.

—¿Quieres que te cuente o no?

Asiente y se acomoda más en la silla giratoria.

—Mira, el 24 en la cena de… ya sabes, de papá me fue bien, pero me pasé la noche entera pensando en ella…

—¿En quién?

Me mira con esa odiosa sonrisa. Sabe perfectamente de quién estoy hablando, solo quiere que diga su nombre.

—Ya sabes…

—No lo voy a saber si no dices su nombre, Alan.

Me cubro la cara con la almohada y menciono su nombre a duras penas.

—¿Qué? No te escuché.

Lo miro.

—Nick, carajos, Nick.

No puede evitar reírse y acerca su silla más a mi cama.

—¿Así que estabas pensando en Nick?

—Sí, comienzas a molestar, no te voy a contar nada.

Asiente y se calla y yo continuo.

—Cuando salí de la casa de papá pasé por su casa, y en realidad no estaba borracho, ni siquiera había tomado, pero, pues, no sé por qué me hice el borracho. Le dije para dar una vuelta, pero ella no quiso porque yo estaba muy borracho y quería que yo me fuera a dormir, y entonces ahí me dejo en la casa y ya cuando se iba yo no quería que se fuera, yo quería que ella se quedara conmigo un ratito más…

Hago una pausa y juego con el borde de mi camiseta acordándome de todo.

Sus suaves labios, encima de los míos, eran tan cálidos…

—Aterriza Alan. —Franck chasquea los dedos en mi cara para que me concentre.

—Ya no te contaré qué paso después, te he dado muchos detalles.

Sonrío y él me mira indignado como si estuviera bromeando.

—¿Es chiste? Si no me cuentas te vas a quedar dos días sin comer, de ti depende si quieres comer o no.

—No te preocupes, yo como…

—Y sin salir. Por una semana.

Giro los ojos.

—Bueno, después no paso nada interesante en realidad…

—¿Qué pasó?

El pobre parece que ya lo tengo harto, ya está a poco de perder la paciencia.

—La besé… bueno, nos besamos.

—¡¿BESASTE A NICK?!

Lo miro con los ojos abiertos y le hago una seña para que se calle.

—¡Habla bajito, nos puedes escuchar!

—¡¿Besaste a Nick?! —exclama esta vez en voz baja.

—Sí.

—¿Y después? ¿Qué pasó?

Suspiro y me tumbo de espaldas en la cama mirando el techo.

—Nada, se fue a su casa y ya después no la he vuelto a ver.

—¿En serio Alan? ¿La besas y solo te desapareces así y ya?

—Sí, bueno, no me desaparecí, solo le dije que tenía gripe y fiebre, y no podía salir de casa.

Le dirijo la mirada y se ve que tiene cara de querer matarme justo ahora. Pero, ¿qué culpa tengo yo?

—Mira, vas a hacer algo, te vas a levantar y vas a ir a hablar con ella.

—Es que no sé qué decirle, Franck.

—Habla con ella…—se queda callado de un momento a otro y rompe el silencio
—. Ya sé, ¿por qué mejor no la invitas al cine? Se va a estrenar una nueva película, no sé de qué, pero es una buena idea.

La idea no está mal en realidad, así que decido aceptar.

—Ok, está bien es una buena idea, ¿ahora qué procede?

—Ir allá y hablar con ella.

Ay, no… es qué no sé qué decir si la veo. Esto me pasa por querer hacerle caso a mi instinto animal, aunque no me arrepiento en nada de haberla besado, pero nadie me dijo qué pasaba después de un beso con tu mejor amiga.

Alan & NickWhere stories live. Discover now