Capítulo 19

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Estoy pensando en recoger mis cosas y marcharme de la casa ahora mismo.

Razón número una: Papá me vio besarme con Alan.

Razón número dos: Hay posibilidades de que se lo diga a mamá y a Diana.

Razón número tres: Es posible que me castiguen.

Oh, también hay posibilidad de qué me esté volviendo completamente loca.

El caso es que yo como niña buena que soy cuando mi queridísimo mejor amigo y yo nos besamos no nos dio mucha importancia el lugar, la verdad, así que nos besamos en la puerta de su casa. Y como saben, mi casa queda literalmente en frente de la suya. Y pues, papá iba saliendo normalmente y nos vio.

No sé en realidad si se lo va a decir a mamá, aunque ya sé que se lo dijo a Diana. No sé necesita ser tan inteligente para saberlo, son dos chismosos.

Decido dejar de pensar un rato en eso, para tratar de tranquilizarme, ya que me he pasado los próximos días pensando ello. No he visto a Alan desde entonces, y la verdad es que tengo que admitir que ese idiota me hace falta. Hemos hablado, pero solamente por chat, porque me dijo que estaba enfermo porque le dio gripe y no quise ir a su casa a molestarlo, mejor decidí dejarlo descansar.

No sé qué más hacer en la casa porque ya hice absolutamente todos los deberes que tenía que hacer, y voluntariamente.

Me tiro en la cama y me arropó con mi colcha, tengo frío, se ha pasado lloviendo el día entero sin parar. No sé qué hacer, así que decido mejor ponerme los auriculares y poner música. Entro a mi querida aplicación confiable: Spotify y pongo una de las músicas que están en mi playlist.

Me pongo mis audífonos mientras se va reproduciendo una de las canciones que conozco perfectamente y amo: Just the Way You Are, de Bruno Mars.

Cierro los ojos en un intento fallido de poder olvidarme de él, de su cara, pero no puedo.

No puedo sacarme de la mente esos lindos hoyuelos que se le forman en sus cachetes cuando se ríe, a penas son visibles, pero se ve tan bonito… O su pelo tan suave, los tremendos ojos que tiene…

No puedo olvidarme de él, y no sé qué me está pasando.

¿Qué me hiciste estúpido Alan?

Sujeto mi celular y no me molesto en quitarme los audífonos, solo salgo así sin más de mi habitación.

Necesito ver al odioso ese.

Abro la puerta decidida, pero me quedo pasmadas y toda pizca de valentía se esfuma cuando lo veo de pie justo en frente de mi puerta.

Mi plan era quedarme sentada en la sala a esperar a que dejara de llover. ¡No verlo ahora!

Mis ojos miran sus manos dónde sujeta una bolsa y después viajan a sus ojos.

Nos quedamos mirándonos y tengo ganas de abrazarlo, pero no lo hago, solo me quedo ahí parada mirándolo.

—Hola. —Es el primero en romper el silencio. —Feliz año nuevo.

—Alan, ya me felicitaste.

—Ah, sí, cierto. ¿A dónde ibas?

—¿Qué?

—Cuando toque la puerta, ya ibas saliendo, supuse que ibas algún lado.

—Alan iba a abrirte la puerta. ¿A dónde iba a ir si está lloviendo?

Vaya estrategia para disimular ¿verdad?

—No sé, tú dime.

Odio cuando me mira así, con esa jodida sonrisa.

Alan & NickWhere stories live. Discover now