Como en los viejos tiempos

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Me encontraba mirando a Bianca, estaba sorprendida de lo que había pedido. Nunca nos habían dicho que hiciéramos algo parecido. Probablemente está descubrió nuestra mentira. No se si fue por mi mirada de asombro o por qué Tom no decía nada, solo estaba ahí mirándola con una mirada retadora.

— Bien — Mencionó esta, sacando algunos billetes aún con esa sonrisa burlona en sus labios—. Sabía que me harían perder mi tiempo.

— ¡No!

Ni siquiera lo pensé. Sólo jale a Tom desde sus hombros para estar cerca, inclinándolo un poco para que su cabeza para no estar de perfil. En cuanto esté reaccionó sus ojos estaba frentes a los míos aún abiertos por la sorpresa. Bianca dejó el dinero en la mesa agarrando rápido su bolsa, para luego perderse del lugar.

En cuanto pude ver que esta ya se había ido retire mi dedo que estaba en medio de nuestros labios. Esto impidió que Tom y yo chocáramos nuestros labios. Me aleje un poco de el para ver detrás de su espalda.

— Supongo que no te molestará más— comente dándole una sonrisa.

Tom asintió serio. Por un momento pensé que este se había enojado por mi culpa. Pero eso desvaneció luego de notar como Tom sacudía su cabeza y luego pasar la lengua por sus labios.

— Eso creó.

— Bien —respondí volteando a ver el área del juegos—. ¿Nos quedaremos aquí toda la noche?
Vamos.

Me levante de mi lugar y me dirigí hacia la sala de juegos. Tom siguió mi paso, podía escuchar sus pasos detrás de mi. Me fui directo al juego que solíamos jugar. El Pum It Up NX2.

Volteé a ver a Tom. Estaba con una sonrisa ladina. Le sonreí de vuelta, para después elegir una canción. Al bailar pude sentir la mirada de Tom precintando mi espalda, sólo me concentraba en no equivocarme. Al acabar este se acercó, escogiendo otra canción, volteo y me dio su estupida sonrisa de lado.

— Como en los viejos tiempos.

Solo volteé hacia la canción que había escogido. Era una que solíamos bailar antes. Después de eso pude sentir como este empezó a moverse al tiempo del juego. Por un momento me distraje dado al tacto que rozaba de su brazo contra el mío, pero luego pude recomponerme.

Se sentía como cuando teníamos 13 años años. Saliendo de la secundaria para luego venirnos aquí sin el permiso de alguien.
Cuando me di cuenta de como íbamos, pude ver como este llevaba ventaja. Me giré a voltearlo y este estaba concentrado en no equivocarse. Algo que tiene Tom, es que es súper competitivo.

El juego terminó con esté mi orgullo. Tom me había ganado, y cómo siempre estaba orgulloso dé sí mismo. Estábamos cansados para cuando bajamos del arcade. Podía escuchar la respiración agitada de este, estaba sudado. Mi mejor opción para desaparecer nuestro cansancio fue ir por unas bebidas.

— Tu invitas—. Mencione saliendo detrás de este.

Este asintió. Buscando con su mirada el lugar de comida. Al llegar a nuestro destino nos tomaron nuestro pedido. El había pedido una Coca Cola de lata. Y yo un agua y unas palomitas. Al terminar de pagar nos fuimos directos a las mesas parecidas a las que estuvimos antes.

— No recordaba lo fácil que era ganarte— bromeó sonriendo, mientras agarraba de mis palomitas.

— Si claro— le rodé los ojos, acercando mi agua pa beberla.

Al salir del lugar, nos dirigimos a su auto. Ya casi era medianoche y los alrededores estaban algo solitarios. Ambos subimos al auto, luego este encendió y salimos del estacionamiento. Me encontraba viendo por la ventana las calles tan tranquilas. Podía sentir como la mirada de Tom volteaba cada cierto minuto.

Just FriendsWhere stories live. Discover now