¿Surf y mariscos?

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El la miraba con la mirada pícara y su típica sonrisa ladina y es que ¿como no? La chica era linda. Debo admitirlo.

— Un nombre lindo para un chico lindo.

No pude evitar rodar los ojos ante su comentarios, sonó tan antiguo.

— Lo se— respondió este con su mirada clavados en los de ella.

— De acuerdo.. te veo allá Tom— mencioné golpeando suavemente su hombro.

No quería presenciar cómo está le daba el número o algo por el estilo. Después de casi 6 años de amistad, pude descubrir que donde Tom pone el ojo pone la bala; y era claro que ya le había puesto el ojo a su siguiente objetivo.

Camine mientras buscaba a los chicos. Ahora me arrepentía de no haber esperado a Tom para que me dijera donde se supone que estaban.

No tarde más de 10 minutos en encontrarlos, a lo lejos mire a Georg y Gustav conversando. Me acerque rápidamente a ellos. Ya estando a centímetros de estos guié mi mirada a la de estos. Era Bill que en este justo momento está montado en la tabla, parecía ser que se estaba preparando para la enorme ola que se aproximaba.

— Te perdiste de las instrucciones que nos dieron— mencionó Georg.

— Si, ahora no sabrás como montarte correctamente, caerás y probablemente mueras ahogada— bromeó Gustav haciendo que los tres riéramos.

Mi mirada se centró en Bill viendo como las enormes olas arrasaban con este pero, el lo volvía a intentar una y otra vez.

Hasta que la presencia del chico que deje a solas con la hermosa rubia de ojos azul claro. Su expresión era ¿felicidad? Probablemente sí.

— ¿Aún no termina?

— No. Ya lo intento más de ¿50 veces?— bromeó Georg golpeando levemente mi hombro dándome una sonrisa.

Sonreí ante el comentario de este, aveces pienso que me entiendo mejor con el que con Tom.

— Así es— sonreí.

Todos reíamos de como Georg caía una y otra vez. El tiempo se pasó volando, por que cuando por fin capté la situación me di cuenta que yo era la siguiente.

— ¿Mucha gracia? Kate— preguntó Georg—.Pues que bien por que sigues tu y disfrutare cada momento en el que las olas te traguen.

Mi sonrisa desvaneció ante su comentario. Además de el miedo que le tengo al mar, no estuve en el momento que explicaron el cómo subirme a eso.

— Oigan.

— ¿Ya te entro miedo?— bufo Georg...

Como explicó que ahora estoy tratando de poner toda mi atención hacia el chico que esta dando todas las instrucciones de como no morir ahogada.

— Ven aquí. Te explicaré cómo mantener el equilibrio— ordenó el chico de ojos verdes.

Me subí lentamente a la tabla que aún estaba apoyada en la arena. En cuestión de segundos sentí las manos de este apoyada en mi cintura. Me sentí algo nerviosa ante el tacto de este y las miradas de los cuatro chicos. Puedo jurar sentir la intensa mirada de uno de ellos...

En cambio el chico seguía hablando de que hacer en el caso de que una ola se aproximara mientras tomaba de mis muñecas...

— No hay necesidad de tocarla demasiado.

Ambos nos giramos hacia el chico que interrumpió. Este bufo y le dio una sonrisa.

— Si la hay— exclamó.

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