CAPITULO 12: RECESOS

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"Sentir tu mano contra la mía, sigue siendo la mejor sensación de toda mi vida"


La mayoría de los humanos suelen ser dependientes de algo, o alguien, y al mismo tiempo suelen tener inseguridades. Ahara era de esas personas; "Pobrecita, está sola", "No tiene amigos, por eso camina sola" Siempre pensaba que la sociedad diría eso de ella cada vez que caminaba sola o se sentaba sola en clases. Era un sentimiento muy común en ella, por lo que siempre intentaba aferrarse a una persona y no sentirse "sola", y esa persona siempre era Daniela, su mejor amiga en ese entonces.

Daniela: "Hola"

Daniela: "No podré venir mañana"

Ahara ya había pasado situaciones similares mucho antes, no tenía por qué preocuparse, iba a estar con Ada, también era su amiga, sin embargo desde hace un tiempo la notaba distante, ¿Por qué será? Ambas no tenían muchos temas en común de los cuales hablar, simplemente no pensaban en lo mismo, y eso le resultaba algo incómodo, aunque a decir verdad, le gustaba escuchar a cerca del novio de Ada, al oírla hablar sentía el amor en las palabras de su amiga, en ocasiones, Ada le pedía ayuda con algunos dibujos o detalles que ella hacía para su novio, en ese sentido ambas eran muy afectivas y detallistas, pero pasar un receso con ella no era la mejor de las ideas.

También podía pedirle a Iria para que pasen el receso juntos, pero no quería interrumpir la conversación con sus amigas, después de todo, era Ahara quien siempre intentaba hablarle en los recesos, tal vez ya les resultaba molesto a las amigas de Iria a pesar de que él insistía en que podía hacerse amiga de sus amigas.

Se había pasado las primeras dos clases pensando en eso, por suerte hoy no había estado haciendo un regalo para Iria, hoy no, a pesar de que la clase de matemática con ese maestro muy peculiar, era un tanto aburrido, sin embargo unas buenas anécdotas era algo interesante para ella.

– Yo he participado en muchos bailes típicos de Oruro, incluso fui hasta Japón para representar nuestro país.

Había escuchado al distinguido profesor tan atentamente que no se había dado cuenta que Ada la esperaba en la puerta

– Ya vamos, mencionó Ada por tercera vez

No se recuerda el momento exacto en el que había hablado con Iria, pero estaba caminando a su lado, tampoco se recuerda el tema exacto por el cual conversaban, porque con solo mirarla dejaba todo de lado, sin embargo...un momento inolvidable fue la primera vez que caminaron tomados de las manos.

¿Alguna vez se preguntaron cómo se siente tomar la mano de la persona que amas?

Primero uno se siente nervios, nervios al pensar que podría estar haciendo mal una cosa tan sencilla como tomar la mano, sin embargo, al cabo de unos segundos te acostumbras a la calidez de su mano, y no dejas de pensar en ello, la tranquilidad llega a tu corazón, lo sientes tan normal el tomar la mano de tu amado.

Ahara sintió un mar de sensaciones en ese instante, al principio le prestó atención al simple detalle de que Iria si llevaba e anillo que le había regalado el día previo, el simple hecho de verlo luciéndolo en su mano le provocaba un sentimiento de satisfacción, un sentimiento que hacía sentir bien al ver que si le importas a alguien, y le importa lo que tú le obsequias.

Caminar por un patio pequeño era lo que menos les importaría, dejaban a todos de lado, como si solo existieran ellos y solo ellos. Sus dedos se entrelazaron en el momento junto y a momentos sus miradas se encontraban mientras las palabras fluían.

Aquel breve encuentro, sería digno de escribirse en este este libro.

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– Me dieron una invitación.

Ambos jóvenes se encontraban ya en el bus escolar, eran aquellas épocas muy divertidas donde las invitaciones de cumpleaños llegaban a los oídos de toda la secundaria. Iria había recibido una de esas invitaciones.

– ¡Wow! Ese salón de fiestas es muy conocido. Daniela y yo iremos a otra fiesta a la que la invitaron.

Aunque a decir verdad, en el fondo, Ahara por un momento imaginó ¿Cómo sería ir a una de esas divertidas celebraciones con él? Y esas preguntas la llevaron a desear ir con Iria a disfrutar de una cálida noche a su lado.

Y tal pareció que el destino había escuchado su deseo, porque pocas horas antes de alistarse para ir con Daniela, esta le había enviado un mensaje cancelando su salida nocturna, En un principio Ahara se desconcertó por la noticia, pero muy...muy en el fondo, deseaba más que Iria la invitara a asistir con el a la velada, que ir con Daniela a una celebración que ni siquiera conocía.

Ahara: "Al final...no pude ir con Danny esta noche"

Iria: "¿Te canceló?"

Ahara: "Si, dijo que ocurrió algo imprevisto, yo de verdad quería ir"

Iria: "En ese caso"

Iria: "¿Quieres ir conmigo?"

Y sin pensarlo siquiera dos veces, Ahara aceptó la propuesta de su amado, estaba emocionada, era un sentimiento extraño pero bonito. Ella nunca había tenido "citas" y esa sería una de esas, y no era una cita normal, era una velada nocturna, Y lo más importante, era con Iria, sin duda esa noche iba a ser inolvidable.

Ahara siempre había querido tener al menos una cita, ella recuerda un acontecimiento muy antiguo cuando había cancelado una cita con su anterior pareja por el miedo de pedirle permiso a su madre, claro que ahora tenía más libertad, habían pasado años desde aquello, sin embargo quien ahora estaba resguardado en su casa era Iria, aunque recuerda la vez que le dijo que le hubiera gustado ir con ella a un parque cerca de su casa, se imaginaba ¿Cómo sería? Le hubiera encantado hacer eso alguna vez.

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– ¿Van a dejar alguna carta en la caja que están llevando los de último año?

Preguntaba Daniela mientras seguía con la mirada a un grupo de jóvenes de último año que llevaban una gran caja en sus brazos.

– Yo sí, a un chico dos años menor que yo – comentó Ada mientras las tres caminaban rodeando el patio escolar – ¿Y tú Ahara?

– Quisiera...

– Claro pues, tu si tienes novio, deberías hacerlo – Daniela la interrumpió.

– – ...Lo que pasa es que, tal vez es demasiado, preferiría darle algo en persona que dejar que otra persona le entregue una carta de mi parte

Pero... ¿Qué podría regalarle? Siempre le daba cartas, dibujos o relatos que ella misma hacía en clases.

Ahara nunca pensaría que obsequiarle muchas cosas, provocaría incomodidad o...un sentimiento de opresión.  

VIDA DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora