Number Seventeen. -Jaden Walton.

- chapter 25 - "¿una señal?"

Cuando volví a entrar a la habitación, Lexie estaba saliendo del baño. Que rápido.

—Eso fue rápido, ¿Qué te pasó?

—Es que no me entré con música.

—Ouh.

Después de un rato ya estábamos los dos listos y salimos fuera de la habitación a esperar a los demás. Mientras, nos tomábamos fotos.

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Nos encontrábamos en el restaurante, en una mesa todos juntos. Que bonito es este lugar. Tiene un escenario donde hacen presentaciones increíbles allí.

—Pss, oye Jaden –me susurra Jayla–.

—¿Qué- No estabas frente a mi hace un momento?

Estaba muy concentrado viendo lo que hacían en el escenario.

—Sí, sí. ¿Ya le dijiste a Lexie lo que te dije? –pregunta Jayla–.

—Aún no. Estaba pensando en decírselo después de la cena, cuando ya estemos todos de vuelta en nuestras habitaciones.

—Bien –se va de nuevo a su asiento–.

—¡Sonrían, tomaré una foto! –anuncia Jessica–.

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10:36 p.m.

Javon y Coco andaban por otro lado juntos. Jayla y Nat por igual, pero ellas andaban con Daelo.

Lexie y yo caminábamos mientras el aire fresco chocaba en nuestra piel.

—La luna es preciosa –dice Lexie mirándola–.

—Sí... –miro la luna y luego a Ella–.

Ella aún seguía mirando la luna mientras yo solo me fijaba en Ella. En ese momento ella baja la mirada y nota que la estaba viendo.

—Amm... –aparto la mirada–. Jayla estubo en nuestra habitación hoy y me dijo que no nota verdaderamente que somos una pareja y necesitamos "terapia de parejas" o algo así.

¿Fuí muy directo?

—¿Y qué le dijiste?

—Que lo hablaría contigo.

—Ok... Espera, ¿Este hotel tiene una sección de "terapia de parejas"?

—Sí, ¿Verdad? También me lo encontré raro.

Reímos los dos.

—¿Qué dices?

—Mmm, no lo sé. Obviamente no somos una pareja de verdad y esas personas deben de ser profesionales y darse cuenta de que en realidad no somos novios.

—Tienes razón, pero Jayla dijo que solo quería ayudar y verme feliz, no la puedo decepcionar.

—Pues se decepcionará más cuando le digamos que esto es falso, ¿No lo crees?

Ahora estoy mood pensativo.

—Yo digo que hay que ir –propone–.

—¿Por qué?

—Jayla estará feliz y tal vez nos digan una señal ahí.

—¿Una señal?

—No preguntes, luego la veremos.

—Ok, ahora estoy muy confundido.

—¿Iremos o no? Ahora la decisión es tuya, Babe.

Río y acepto.

—Bien, entonces mañana iremos a esa cosa –dice Lexie–.

—Terapia de parejas.

—Eso –bosteza–.

—¿Te quieres ir a dormir? –le pregunto–.

—Sí, ya estoy algo cansada, ¿Tú?

—También, vamos.

Increíble. Desde que llegamos a la habitación Lexie se acostó en la cama y se durmió al tiro. Con los zapatos, el bolso y los audífonos al rededor de su cuello. Si que estaba cansada.

Le quité sus zapatos, chaqueta, audífonos y el bolso que aún tenía en su mano, puse todo en una silla y la tapé con una cobija.

Y si se preguntaban si dormía con Lexie en la cama. La respuesta es no, obvio. Solo fingimos ser pareja, es raro que durmiéramos juntos. Además yo la respeto.

Algunos de los sofás de las habitaciones de este hotel son sofá-cama, así que yo duermo ahí.

Al día siguiente...

10:15 a.m.

Dormía bien a gusto, cuando una voz de fondo me interrumpía mi dulce sueño.

—Jaden... Jaden...

Decía una y otra vez. Ya para, por favor. Y ahí ¡Puf! Me dió con un cojín en el abdomen. Eso hace que me despierte.

—¿Qué pasa? –digo tapando mi cara con la sábanas al ver la luz–.

—Tenemos que ir a desayunar. Ya me arreglé pero no quería despertarte mientras lo hacía.

—¿Por qué?

—Pues porque lucías bien a gusto ahí durmiendo.

–Sonrío–.

—Pues sí, si lo estaba –me paro de la cama y me estiro–. ¿Qué hora es?

—Diez de la mañana.

—Bien, me arreglaré y nos vamos. Ouh y recuerda que hoy iremos a la terapia.

—No lo he olvidado.

Hoy me arreglé un poco más rápido que todos los días. Lexie y yo salimos de la habitación y nos encontramos con Javon y Coco afuera. Daelo iba saliendo de la habitación y vino con nosotros.

—Hola, ¿Qué hacen aquí? –digo mientras llegábamos–.

—Estábamos esperando a que saliera alguien para no irnos solos al desayuno –responde Javon–.

—Pues vamos –digo–.

Daelo se acerca a Lexie.

—¿Puedo ir de la mano contigo? –le pregunta Daelo–.

—Claro, no tienes ni que preguntar –le responde–.

Daelo toma la mano de Lexie y nos dirigimos todos al restaurante.

Que lindos.