Capítulo #4

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- ¡No!...¡eso sí que no! - dije saliendo de la cocina

- Anda, di que sí - va detrás de ella - me tienes que ayudar, Tn

- Te he dicho que no, Christopher!!...para nada tendré un hijo tuyo.

- Mira...si aceptas, te daré más dinero.

- Es que no se trata de dinero, si no del bebé...te has puesto a pesar en él, ¿en qué pasará en cuando termine el contrato?...y además que un bebé es una responsabilidad muy grande, de la cual tú y ni mucho menos yo, estamos listos para afrontar.

- ¡Oh!, vamos nena, ¡por favor! - se pone necio y se le arrodilla para suplicarle.

- ¡Ay no!, deja lo necio y entiéndelo!...y si tanto te urge ese bebé, pues ve y pídeselo a una de tus amiguitas, pero a mí no!

Le dije, pero al parecer era más terco que una mula, seguía insistiendo con lo del bebé, y por que lo conozco bien, sé que no me dejará en paz hasta conseguirlo.

Al día siguiente...

TN____

- ¡Buenos días! - digo entrando a la cocina

- ¡Hola! - dice seco

- Seguís enojado, ¿cierto?

- ¡No! - Tomando de su jugo y evitando no mirarla

- Te conozco y se que lo estás...estás así por que no acepté darte ese bebé...pero Chris, entiéndeme, yo estoy con Zabdiel, y yo estoy segura que él no va permitir esto.

- ¡Ay no!, siempre Zabdiel - rueda sus ojos - Yo se que él lo va entender

- ¡No, no lo va entender!.

- ¡Por favor!

Él me queda viendo con una carita de niñito tierno, de la cual me era difícil resistirme, de verdad Chris sabía llegar a mí punto débil.

- ¡Ya, no insistas más! - miro para otro lado para no mirarlo.

Él me toma del mentón, haciendo que lo mire

- ¡Por favor chaparrita!, ¡por favor, te lo pido!!!, dime que si.

Me súplica con esa misma mirada tierna, se ve que lo hacía a propósito, ya que sabe que esa es mí mayor debilidad.

- ¡Ahhhhhh!, ¡ya!...está bien, te daré lo que quieres

- Por eso te amo, mi enana favorita - la abraza y le da vueltas.

- ¡Ya suéltame!, que me dejarás caer

- Y ¿entonces?, ¿Cuándo empezamos a enviarle cartitas a la sigüeña? - Pone cara pícara.

- A ver, cálmate gato, no te adelantes todavía, empezaremos cuando yo me sienta lista, ¿de acuerdo?...y ya, me iré a ver a mi Zabdiel.

- ¿Se lo dirás?

- No sé, la verdad ni se como se vaya a tomar esto. - dije y hice una mueca.

Salí de la casa y me dirigo hacía la casa de Zabdiel, iba por tocar la puerta, pero mejor decidí darle una sorpresa, al entrar lo primero que veo es ropa tirada por el suelo y por las escaleras, entré su ropa había ropa de mujer...¿qué demonios hacía ropa de mujer en la casa de mí novio?.

Subí a su habitación y sin tocar, entró, al entrar me llevó una desastrosa sorpresa.

- ¡¿Zabdiel?! - grite su nombre apuntó de llorar

- ¡¿Tn?! - sorprendió por verla y se cubre con las sábanas.

- ¿Por qué Zabdiel?, ¿Por qué me hacés esto? - con lágrimas en sus ojos.

- ¿Pero qué creíste?...¿Qué te iba a esperar toda la vida?, pues no cariño, tuve que buscar en otra lo que tú nunca me dabas...soy hombre y tengo la necesidad de que me den placer.

- ¡Te odio!, ¡eres un maldito sinico descarado! - le suelta una cachetada - ¿y sabes qué?...no te quiero volver a ver nunca en mi vida, por mí quédate con esta zorra - mirando a Marisol, y dicho eso, sali de su casa muy destrozada.

Al llegar a casa, entró casi tumbando la puerta del coraje, Christopher, quien estaba en el sofá me pregunta si me encontraba bien, yo solo lo ignoré y subí a mí habitación.

Continuará.

Casada con mí mejor amigoWhere stories live. Discover now