Casada con mí mejor amigo

Capítulo #50

Christopher____

- Sonríe - gracias hermano - y ten por seguro...

Él mira brevemente a Tn, para luego volver su mirada hacia Jonathan.

- Que haré de mí princesa la mujer más feliz del mundo.

- Eso esperó, hermanito, eso esperó, porque ya estás más que advertido.

Jonathan le lanza una mirada fulminante.

- Bueno, ya me tengo que ir.

Dándole un leve golpe en su hombro y va hacía su madre.

- Que te vaya bien, mí amor - lo abraza - te extrañaré mucho.

- Igual yo, madre.

Le corresponde el abrazo a su madre y al separarse de ella, va hacía la puerta de la salida, donde se encuentra Tn.

- Bye preciosa

Jonathan le da una última mirada a Christopher y luego puso nuevamente su mirada en ella.

- Suerte, esperó volver a verte muy pronto -

Dice Jonathan, y lleva su mano hacía el vientre de la chica.

- Esperó que él sepa cuidar de ustedes...los amos a pesar de todo.

- ¿Quieres que te lleve al aeropuerto en mí auto?

Dice Christopher, después de acercarse a ellos.

- Lo mira - No, gracias, ya pedí un taxi, que por cierto, ya me está esperando afuera.

Jonathan toma sus maletas y sale.

- ¿Me llamarás? - le pregunta Tn

Él se detiene y voltea a verla.

- ¡Claro!, siempre cuando las veces que pueda...te lo prometo.

Christopher se acerca a ella y la abraza por la cintura, dándole un beso en su cuello.

- ¡Espéra!, ¿qué hacés? - intentado alejarlo de ella.

- Tranquila amor, ya no es necesario esconder que nos amamos, él ya lo sabe, y no tiene ningún problema a que estemos juntos - le dice al oído - ahora ya no tendrá que darme más pretexto, para no dejarme que te abrace, y ni mucho menos de besarte como a mí me gusta...eres completamente mía!!.

Jonathan le da una última mirada a ambos, mientras que el taxista da por marcha, y una pequeña lágrima salió deslizando por su mejilla.
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7 meses después...

Christopher____

En la cocina...

- ¡Dios mío!, ¡¡por fin!!.

Suelta un suspiró de alivió y con ambas manos toma su sándwich, y cuando estaba apunto de darle un probada,  escucha otra vez los gritos de esa mujer.

- ¡¡¡Christopher!!! - grita desde su habitación.

- ¡Ay, noo!...¡Dios, ayúdame!!, ya no puedo más con esta mujer.

Christopher sale de la cocina y se dirigió a la habitación, al entrar la miro en la cama intentado levantarse, pero su barriguita se lo impedía, y él no puedo evitar reir.

- ¡Déjate de reirte!

Continuará...