XV

2.6K 307 68
                                    

Casi muero por culpa de un imbécil hecho de lodo hace un año, me secuestraron unos bastardos en un campamento, rompí una figura de All Might en la habitación de Deku por accidente. Pero jamás había tenido tanto miedo como hoy, ni mis manos habían temblado tanto que ni siquiera me dejaran cortar los estúpidos vegetales.

Sentí las manos de Zuzu envolverse a mi alrededor, luego se pegó a mi espalda.

—¿Estás nervioso? —preguntó en un murmullo. Yo solo pude suspirar.

—Estoy aterrado —respondí luego de un rato.

—Hmp, también yo…, pero sin importar lo que pase nos vamos a quedar juntos ¿verdad?

Dejé a un lado el cuchillo y me giré para envolverlo en mis brazos.

—No importa lo que pase hoy, no importa si sucede lo peor que ambos imaginamos. Nada ni nadie, va a separarte de mí.

—No puedes romper tu promesa —murmuró escondiéndose en mi pecho.

—Jamás lo haré, Zuzu. Ahora ayúdame con los vegetales mientras hago el curry.

Con Izuku a mi lado nunca había silencio, pero hoy incluso él y su estado parlanchín se vieron afectados. Zuzu se movía como un robot por la cocina, apenas teniendo suficiente cuidado para no lastimarse. Casi puedo escuchar los engranajes de su cerebro yendo a mil por hora, construyendo en su mente el argumento más convincente junto con planes de la A a la Z por si algo sale mal.

Terminamos pronto y nos refugiamos en torno a la mesa del comedor, esperando en silencio, tomados de la mano.

El sonido del auto nos puso tensos, el crujir de la puerta casi hace que se nos salga el corazón. Zuzu tomó la iniciativa, se levantó y tiró de mi mano para que lo acompañara. Llegamos a tiempo para ver a mi padre cerrar la puerta.

Tres miradas se concentraron en nuestras manos unidas, por suerte los adultos no nos atacaron con preguntas en ese momento.

—Mis niños, que bueno que por fin nos visitan —dijo la tía Inko, acercándose para darnos un abrazo a ambos.

Por la forma en que nos abrazó, creo que ella ya notó lo nerviosos que estamos.

—Que alegría verlos —murmuró Zuzu.

Cuando nos separamos del primer abrazo mis viejos imitaron el gesto, haciéndome tener una mínima esperanza de que esto saldrá bien.

—Llevaban tanto tiempo separados que temí que no volverían a ser amigos —dijo mi viejo—, que bueno que me equivoqué.

—Supongo que la bonita reunión es porque se metieron en un gran problema, así que, primero comemos y luego nos contarán todo, ¿qué tal? —Odio sus agudos sentidos maternos, pero la vieja bruja tiene razón.

La comida fue agradable, recordar todas esas situaciones extrañas que traía ser un estudiante del curso de héroes fue bastante divertido. Y ver a Zuzu tan emocionado hablando de la escuela y nuestros amigos me hizo sentir feliz. No importa si el mundo se termina ahora, estaré satisfecho si lo último que veo es esa radiante sonrisa.

En algún momento terminamos en la sala. Zuzu estaba contando algo sobre las pasantías, yo me levanté y saqué el pastel que cocinamos para el postre. Cuando cada uno tuvo su plato, la vieja soltó la bomba.

—Entonces, ¿ahora en qué se metieron?, ¿qué es tan grave que tienen que sobornarnos con pastel para que no los castiguemos de por vida?

Zuzu me miró con miedo, sé que le devolví esa misma mirada. Él tomó mi mano y fue el primero en hablar:

La clase A y el misterio del Wonder duo [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora