La astilla de su silencio (Parte II).

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—Caleb... —Es lo único que logro decir.

Veo que él aprieta su quijada, enseguida me pongo de pie para dirigirme a él, pero cuando estoy a punto de dar un paso siento el agarre de Cristian que me sostiene del brazo.

"Dios no" "Mal movimiento" el cuerpo se me paraliza, Cristian está tentando la muerte.

Me giro a ver a Cristian.

—¿Que haces? —Le pregunto entre dientes.

—No tienes que irte con él, no es tu obligación ir con él. —En medio de un susurró—: No es tu dueño... Yo puedo llevarte a casa...

Mi cara es de horror, enserio está diciendo esto delante de Caleb.

—Sueltame —le digo en voz baja y en forma de súplica con la mirada, quiero irme lo más en paz posible, evitar un escándalo en este sitio.

Pero él no sé inmuta en hacerlo.

En una forma de ruego pronuncia Cristian:

—Eleanor es un imbecil y no te merece, te está usando... Solo toma en cuenta que siempre yo estaré para ti y que te amo.

Ay no, ahora sí todo se fue a la mierda.

Siento el corazón en la garganta.

Sin previo aviso...

Caleb en un brusco movimiento sujeta a Cristian de los costados, lo levanta con fuerza y lo dirige afuera.

Me quedo helada de la impresión.

Estoy conmocionada por el mar de nervios que me causa la preocupación por lo que está sucediendo.

Al fin reaccionó y los sigo por detrás a pasos veloces.

Llegó hasta donde están ellos, al lado de la biblioteca en un callejón.

No tarde mucho en llegar y Caleb ya tiene contra la pared a Cristian, me acerco un poco a ellos para tratar de estabilizar la situación, pero Cristian está empeorando todo y Caleb no deja de actuar como un animal salvaje.

—Te atreves a tocar lo que es mío... Cómo estoy deseando despellejar la piel con la que la tocaste —resopla con irá Caleb.

Los ojos de Caleb están inyectados en sangre.

—No me das miedo, ¿o acaso eres un asesino? —Dice valientemente Cristian.

Veo que Caleb arquea una leve sonrisa de satisfacción.

—No me molestaría convertirme en uno contigo.

—Eres un lunático, ella no puede seguir contigo, no es tuya ¡¡No eres su dueño!!

—Ella es mía, aunque quieras creer lo contrario, te guste o no, siempre será mía.

—El tener sexo con ella no la hace tuya.

Estupido porque dijo eso.

—Exacto, nunca he necesitado de eso para sentir que ella es mía, ella es mía por el simple hecho que yo soy el único a sus ojos, el único que tiene en su corazón y tendrás que aceptarlo, aceptar que ella nunca te verá como a mí... Por más que te esmeres o digas, nunca despertaras en ella lo que yo le hago sentir en una sola mirada, nunca obtendrás más que su lastima.

Esto hirió al orgullo de Cristian, por lo que reacciona mal y en un impulso de adrenalina empuja a Caleb con fuerza, creo que al final eso quería ocasionar Caleb, sacarlo de sus cabales.

—Y a ti aunque no te guste seguiré estando cerca de ella, y cuando lo necesite volveré abrazarla —Le grita con irá Cristian.

El rostro de Caleb se transforma en el de un ser despiadado (demonio), se acerca a Cristian para plantarle un fuerte golpe en la cara, pronto el labio de Cristian estalla en sangre, él trata de defenderse tirando un golpe hacia el abdomen de Caleb, pero él lo esquiva fácilmente y detiene su puño, toma la muñeca de Cristian y la retuerce.

Mi Maestro Es Mi VecinoWhere stories live. Discover now