Dejar todo atrás

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El ruido de una navaja afilada rasgando las paredes se escucha al interior de un bloque, allí mismo se encuentra Karen escondida. Sus nervios la atormentan, muerde con fuerza sus labios.

—Se que estás aquí. Hoy es tu día de cerrar la boca.

A unos pasos más Eleanor descubre donde se ha estado escondiendo Karen. Abre la puerta del bloque y la toma del cabello por la fuerza y la jala haciendo que ella chille del dolor, Karen trata de zafarse, pero es inútil, ya que Eleanor la amenaza con la navaja.

—Déjame.

—No irás a ningún lado, Danilo tiene cuentas porque ajustar contigo perra.

—Él no me hará nada, soy una mujer. Él nunca le haría daño a una y más a quien ama.

Eleanor se queda pensando por un instante, Karen nota esto y arquea una sonrisa, le sastiface que con sus palabras le cause conflicto a Eleanor.

—Tienes razón, él nunca le haría daño a una mujer... Pero yo sí.

La sonrisa de Karen se borra al instante.

...

Pasa unos minutos cuando de repente Abner se aparece en la puerta del lugar donde está Eleanor y Karen. La escena frente a sus ojos es espeluznante, Eleanor, aquella chica inofensiva, esposa de su hermano en este momento parece ser un ángel negro (demonio). Su pecho se agita.

—¿Que estás haciendo? —Pregunta alterado Abner.

—Solo le cortó un poco la lengua para que ya no siga escupiendo veneno.

Abner arquea una media sonrisa.

—Hiciste bien, pero ahora es mi turno.

Karen agranda los ojos al escuchar, pues por un momento pensó que él la salvaría. Esa mujer aún no es consciente de lo que hizo ¿Cómo pudo pensar que se le perdonaría algo tan atroz?

Eleanor la lanza al piso, Karen cae de rodillas, ese golpe la recorre por los huesos. No obstante el dolor de su lengua es mayor, con sus manos cubre su boca tratando de detener el sangrado.

—Ya ves, mi tratamiento si funciona. Ya estás empezando a cerrar la boca. —Expresa Eleanor apretando los dientes.

Por las mejillas de Karen corren lágrimas de la impotencia que siente, nunca antes se había sentido más humillada y tan poca cosa, nunca antes se había sentido bajo el control de alguien más y mucho menos el de una mujer.

Abner no espera más tiempo y toma a Karen por detrás de su cuello y la levanta a la fuerza sometiendola, la arrastra hacia el elevador.

Eleanor pensó que dejaría que ellos mismos se destruyeran, también que ya era suficiente sangre derramada en las manos de Caleb. Hoy sus fichas se estaban ejecutando como lo previo.

En el piso más al fondo del edificio, en el laboratorio, ahí ha llevado Abner a Karen. ¿Que estará pensando hacerle y más allí?

—¿Que piensas hacerme maldito? —Apenas puede pronunciar Karen, al mismo tiempo salpicaduras de sangre salen por su boca.

—Con esa carita tan angelical lograste manipularme. Sería buena idea dañartela.

—Estas loco.

—Si, tanto como tú. Nos merecemos uno al otro.

—¡Sueltame!

Karen y él comienzan a forcejear. Se golpean entre si, ella le encaja las uñas en la cara y lo rasga causandole sangrado, y él la jala del cabello arrancandoselo.

Mi Maestro Es Mi VecinoWhere stories live. Discover now