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Fourth le había dicho la verdad a Gemini: habían pasado años desde que alguien lo había abrazado. Recordaba haber sido abrazado cuando era niño, pero a medida que creció, su familia comenzó a darle espacio, como era costumbre. En casa, el abrazo se consideraba una invasión de la privacidad, ya que el contacto físico aumentaba las posibilidades de transferencia telepática.

Fourth debe haber olvidado lo bien que se sintió, porque rápidamente se convirtió en la cosa favorita de Fourth en el mundo. Estaba un poco avergonzado por lo mucho que lo quería, pero a Gemini no parecía importarle que Fourth estuviera constantemente en todo su espacio personal, deseando ser abrazado y sostenido. Al principio, abrazar había sido solo un sustituto de la evidente ausencia de sus vínculos telepáticos con su familia y su compañera de unión, pero a estas alturas, Fourth temía que fuera más que un poco adicto a ello.

Gemini fue un increíble abrazador. Fourth se sintió cálido, querido y adorado cada vez que el cuerpo fuerte de Gemini rodeaba al suyo. Fue increíble, realmente, cómo un simple abrazo podría hacer que se sintiera mucho mejor. El único inconveniente era que Fourth había tenido que esforzarse por fortalecer sus escudos mentales, cuidando de no leer la mente de Gemini sin su permiso. Fourth no era un santo. Siempre había sido naturalmente curioso, y realmente, realmente tenía curiosidad sobre lo que Gemini pensaba de él, pero no quería explotar su telepatía. Se sentía deshonesto. Gemini no se merecía eso.

—¿Va a venir tu novio hoy? —Dijo Samantha, alejándolo de sus pensamientos.

Fourth la miró con el ceño fruncido.

—¿Qué?

Samantha sonrió.—Vamos, Fou, no te hagas el tonto. ¡No soy estúpida!

—No entiendo —dijo Fourth lentamente—. ¿De qué estás hablando?

Samantha puso los ojos en blanco.

—¿Alto, oscuro y guapo, viene aquí todos los días como un reloj? ¿Te da propinas obscenamente grandes? ¿Suena alguna campana?

Fourth rio.

—¿Gemini? No seas tonta, ¡no es mi novio! Es un amigo.

Samantha lo miró fijamente.

—¿Me estás tomando el pelo?

Fourth se tragó su confusión, no entendía qué tenía que ver el pelo de Samantha con la conversación, pero el contexto era bastante claro, por lo que no preguntó, y dijo:

—No, no lo hago. Lo digo en serio. Gemini es mi mejor amigo. Tengo una... prometida en casa —Sin mencionar que los calluvian no tenían novios o novias. Tenían compañeros y Gemini, obviamente, no era el suyo. Samantha lo miró extrañamente.

—Fourth, te sientas en su regazo cuando no hay otros clientes—entonó ella.

Fourth frunció el ceño.

—¿Y? —Dijo a la defensiva—. ¡Me gusta y a Gemini no le importa!

La expresión de Samantha se volvió escéptica.

—Mira, me gustan los hombres que expresan sus emociones y se sienten cómodos con el contacto físico, es el siglo XXI, pero debes admitir que se ve bastante extraño cuando te sientas en su regazo durante media hora y te aferras a él como un bebé koala.

Fourth frunció los labios, empezando a enojarse.

—¿Estás insinuando que no es normal que haya amigos en este país?

—Realmente no lo es —dijo Samantha con una mirada pellizcada—. Lo siento, pero ¿cómo puedes ser tan inepto socialmente, Fou?

Fourth miró hacia abajo, recogiendo un brownie en el plato delante de él. Odiaba sentirse tan estúpido y socialmente torpe. Tenía amigos en casa y ciertamente no los abrazaba, los adultos no se abrazaban en Calluvia, pero pensaba que era normal para los humanos. Gemini fue su único amigo aquí. ¿Cómo se suponía que sabía que su amistad era extraña según los estándares humanos?¿Por qué Gemini no le había dicho que se estaba comportando de manera extraña y que estaba siendo demasiado pegajoso para un amigo? Fourth sabía que Gemini tenía debilidad por él, pero ¿eso no le impediría decirle a Fourth que era menos idiota?

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