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Su pecho subía y bajaba con esfuerzo, el enojo nublaba sus sentidos y su respiración apenas podía controlarla, por ello su pecho dolía.

Pero no dolía más que aquellas palabras que ese hombre extraño de traje, máscara y cabello blanco soltaba.

Roier. –Le dijo de nuevo, con esa maldita voz robótica sin un rastro de humanidad.– Si.

No entiendo una mierda de lo que me estas diciendo, imbécil. –Seguía luchando contra las cuerdas que lo mantenían pegado a la silla astillada de madera.

Lo había noqueado cuando trató de huir de su cabaña al ser descubierto y ahora lo tenía ahí dentro, cautivo y con una sola luz iluminando su cara. Quería morder a ese imbécil y arrancarle esa máscara con la cara estúpida de un oso.

Roier, en peligro. –Y aunque en su cabeza quería algo, su corazón se volcó cuando por fin algo en su cabeza hacía clic con las palabras del extraño.– Ellos dañan a Roier.

¿Quiénes son ellos?, ¿Quién demonios eres y qué sabes de él? –Soltó con despreció, más enojado por saber que conocía a Roier que a la forma en que su cabeza palpitaba por el golpe que le había dado con un maldito sartén.

Federación. Roier en peligro. –El hombre de blanco se acercó para agacharse y quedar frente a él. Su mano pálida tocó con solo la yema de su dedo índice la frente del rabioso Cellbit.– Salvarlo. Conmigo. Roier en peligro.

A esa cercanía, Cellbit logró apreciar un par de cables que salían de alguna parte del cráneo del otro y llevaban a una clase de parlante pequeño en su pecho, desde donde salía la voz robótica que le hablaba.

Cortaron. Voz. –Le dijo al notar como escudriñaba aquel aparato.– Dañan. Roier también.

Cellbit sentía que su cabeza martillaba, sentía náuseas al notar que los cables salían de la piel a un costado de la cabeza del hombre y que probablemente estaban conectados al cerebro. Gruñó.

–No se quien eres, no me interesa tampoco... Pero si sabes como sacar a Roier de donde sea que lo tengan, iré contigo. –Aseguró, mirándolo a "los ojos" escondidos tras la máscara boba en su rostro.– Solo por Roier.

Solo por Roier. –Repitió el extraño.

《 — ••• — 》

Sentía muchas ganas de llorar.

Tenía náuseas pero nada en el estómago.

Le dolía todo y a la vez nada.

¿Vas a decirnos dónde está? –Preguntó la voz molesta a su lado mientras retiraba una de las cuchillas que antes había entrado en la piel de su brazo, sacándole un alarido ensordecedor.– Sabes que no me gusta hacer esto, Roier.

Mientes, siempre mientes. –Apenas murmuró, con la cabeza baja y largos sollozos, sus ojos estaban muy nublados por las lágrimas que ya ni podía contener.

Solo dinos donde esta. Sabes que cualquier emoción que tengas hacia ese hombre no es real. –El sonido del metal siendo dejado en la bandeja del mismo material hizo eco en toda la habitación.– No pensé que te hubieran entrenado para recibir tanto dolor, no se suponía que fuera así... ¿Se trata de algún error en tu programa genético, Roier?

No van a encontrarlo. –Comentó con una risa quebrada y dolorosa. Incluso su amigo, el chico de cabellos negros y piel pálida salpicada de lunares lo miro sorprendido y, en parte, asustado.– Jamás van a poder lastimar al hombre de ojos bonitos que me hizo entender que puedo ser libre de esta mierda.

La risa salía dolorosamente de su garganta, cada vez más alta y desquiciada. Pero lloraba al mismo tiempo, las emociones en su interior giraban como un torbellino devastador que no hacía más que crecer, pero seguiría aguantando... Porque sabía que algo podría hacer para salir de ahí y poder ser libre.

Libre y feliz, con Cellbit, en una cabaña lejana de toda esa maldita institución y del monstruo en que lo habían convertido por tanto tiempo.

Porque ahora sabía que amaba a Cellbit. Y amar era su libertad, nadie podría quitársela.


《 — ••• — 》


–Willy, ni siquiera soy padre y ya me siento como uno.– Se quejó el castaño dejándose caer en la barra donde estaba tomando café. Willy, su amigo desde la primaria solo soltó un suspiro mientras acomodaba algo en la caja registradora.

–¿Qué pasó ahora con Quackity? –Preguntó con su sonrisa animada de siempre, sus ojos rasgados se cerraban un poco más cada vez que sonreía.

–Crece muy rápido y me asusta que el mundo sea lo suficientemente cruel como para lastimarlo.

–Ya tiene más de veinte años, Rubius. –Comentó con un suspiro el albino, agradecía que ese sábado no fuera tan movido como otros, así al menos podía hablar con su amigo y no dejarlo solo así, pues eso podría espantar a sus pobres clientes.

–Lo sé, pero sigue siendo muy ingenuo la mayoría del tiempo.

Willy recordaba muy bien la primera vez que Rubius conoció al chico que ahora se había convertido en su familia más allegada. El castaño había aparecido en la clase con una energía diferente, aun más eufórica que de costumbre.

"¡Willy!" Había gritado cuando llegó frente a su pupitre. "¡Tengo un hermanito!"

"¿Tú mamá tendrá otro bebé?" Preguntó extrañado por su declaración.

"¡No!, iugh." Se quejó el castaño por la implicación de esas palabras. "Un niño se mudo al frente y ahora es mi hermanito."

Al principio no entendía para nada, ¿podrías adoptar a un niño vecino para ser tu hermano? Ciertamente era desconcertante. Pero en cuanto fue a casa de su amigo para hacer una tarea, pudo ver que Quackity era un niño adorable y lleno de energía, igual que Rubius. Y ambos compartían un vínculo que poco a poco fue creciendo, incluso Willy comenzó a considerarlos como hermanos desde años atrás.

–Ahora está cruzando la calle, en esa firma de libros. –Comentó el estresado Rubius, apuntando a la librería de enfrente.– Conociendo a su autor favorito...

–¿Está allá? –Willy ladeo la cabeza desconcertado, puesto que había un detallito que no había pensado con mucha importancia.– Rubius, en la mañana vi entrar a Vegetta a ese lugar.

El castaño se sobresaltó al oírlo, con la boca abierta de la impresión y sus ojos verdes también.

–¿Era tu novio en secundaria, no es así?




[Nota del autor]

¡Hola!, ¿a que no se esperaban que actualizara otra vez y tan rápido? 

Quede lleno de emociones con el directo de Quackity de hoy, hace unas horas. ¡Por dios el lore que tiene el QSMP!

Les dejo este capitulo para que al menos tengan algo más en que pensar antes de caer en la locura con todo lo que se viene en el QSMP para nuestros cubitos.

Los tqm, nos vemos la próxima semana. <3


El escritor y el fanfiker [LUCKITY]Where stories live. Discover now