XI

339 70 51
                                    

No, mierda... Despierta Quackity. —Roier sentía que el mundo daba vueltas, aun podía ver el humo del fusil de la pistola que se había disparado.

Quackity estaba en el suelo. ElQuackity estaba sobre él, sosteniendo su rostro y mostrando una expresión que jamás hubieran esperado de él, estaba cargada de terror.

—Guapito, tenemos que irnos. —La voz de Cellbit a sus espaldas apenas era un susurro cansado, pero él no podía moverse.

Le había disparado a su mejor amigo.

Pero su amigo también le había disparado, solo que no atino en el blanco... ¡No le había lastimado!

Se giró rápidamente para ver a Cellbit. Se tomaba parte de su costado mientras, con lo poco que las luces rojas de emergencia alumbraban, se notaba como una mancha oscura cubría cada vez más la tela de su playera. Solo un disparo había acertado en su real objetivo, pero el de Quackity había terminado lastimando más a Cellbit. Debía tomar una decisión, y temía que para ello debía traicionarse a sí mismo.

Despierta, ¡Maldita sea! —ElQuackity aun suplicaba moviendo de un lado a otro al chico en el suelo. Sin éxito.

Sus manos temblaban, sentía su rostro deformado y eso no le gustaba. No podía perder su corazón, ¡No podía permitirlo!

Tenemos que salir de aquí, ¡los cuatro! —Desesperado solo pudo tomar el brazo libre de Cellbit y pasarlo por sus hombros para darle estabilidad mientras miraba desesperado a los gemelos, solo uno de ellos podía devolverle la mirada y aunque estaba aterrado, también veía el gran enojo en su interior. —Por favor, ven con nosotros... Me niego a irme sin ustedes dos, no voy a dejarlos en este infierno.

Yo te torture. —Soltó con asco en la voz el pelinegro que, con un quejido levanto a Quackity del suelo, sosteniendo tan delicadamente que Roier sintió algo de alivio muy dentro de sí mismo. —No quiero ser como ustedes, no...

Quiero irme de aquí... —La suave y moribunda voz de su hermano, provocó una reacción viva de ElQuackity, aquel rostro que era como un espejo de su persona lo miraba suplicando. —Quiero ver el sol... Y las nubes... Por favor, déjame ver el cielo una última y primera vez.

Roier no podía oírlo, pero en cuanto noto que el de cabellos negros bajo la cabeza y soltaba alguna clase de insulto, abrazando a su pecho al otro chico y avanzaba rápidamente hacia ellos, sintió alivio en cada parte de su cuerpo. Cellbit se quejó de dolor, trayéndolo a la realidad una vez más. No hubieron palabras, con cada paso que daban, ElQuackity los seguía sin objeción ni opinión.

¡Nussa! —Los disparos ya habían reducido su impacto en sus oídos mientras se deslizaban por uno de los últimos pasillos que los llevarán hasta la salida de emergencia para los experimentos. Que en realidad jamás había salido con vida por esa "salida".

El hombre albino estaba de pie frente a la puerta de metal, su ropa blanca estaba empapada en sangre y podía oírse una clase de jadeo mecánico desde el aparato sobresaliente de su cuello que ahora ya hacia fuera de lugar y colgando de sus cables. Roier pudo notar una leve sonrisa de alivio en el rostro del albino antes de que, abruptamente, cambiara a una mueca aterrada y levantara su arma, gritando robóticamente.

¡Abajo!

Y luego solo un gran destello en blanco, el pitido de sus oídos y una voz que jamás iba a borrar de su cabeza que se alzaba a sus espaldas.

Kamu telah mencapai bab terakhir yang dipublikasikan.

⏰ Terakhir diperbarui: Dec 10, 2023 ⏰

Tambahkan cerita ini ke Perpustakaan untuk mendapatkan notifikasi saat ada bab baru!

El escritor y el fanfiker [LUCKITY]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang