VI

430 85 29
                                    

¿Había sido imprudente?, si.

¿Vegetta iba a matarlo después de que el chico de bonitos ojos oscuros se fuera?, totalmente.

Pero, ¡había sido todo tan rápido y sencillo que no pudo resistirse!

Así que ahí estaba ahora, terminando de firmar los libros de los últimos invitados. Alternando su mirada entre las personas que le hablaban y el bonito chico de rostro angelical sentado a una distancia bastante prudente en las sillas frente al pequeño escenario donde había hablado del libro antes.

Cuando el chico había pasado a firmar su copia, bastante llamativo honestamente con todos los post-it que sobresalían, no había mirado demasiado su rostro por querer avanzar rápido y encontrar alguna pista de su fanficker entre las personas alrededor.

Pero entonces, ese chico le pidió que firmará con ese nombre... Se quedó paralizado.

¿ElQuackity?, no podía haber previsto lo bien que sonaba la voz de aquel chico que lo tenía de los nervios con cada actualización. Así que una risita se le había escapado antes de verlo... Y, jodida federación, ese chico era realmente atractivo.

Tenía unos ojos oscuros llenos de brillo, un cabello negro llamativo bajo una gorra tejida y unos lunares que lo hacian parecer un cuadro cuidadosamente pintado por el artista más dedicado. Y bueno, soltó la pregunta.

–¡Si! –Había respondido después de unos segundos en los que se mantenían la mirada, a su invitación para ir por un café.– Quiero decir, me encantaría. –Se corrigió con un gesto nervioso, una sonrisa grande que lo hacía entrecerrar levemente sus ojos.

Su rostro... Realmente le daba ganas de escribir.

Así que en cuanto cerró la última portada de su libro que había firmado, regaló una rápida sonrisa a la chica frente a él y se despidió levantándose de su lugar para salir de ahí. Vegetta se despedía de las personas asistentes y con ello, al fin podía concentrarse en Quackity, quien miraba con emoción el libro en sus manos, pasando las páginas una a una. Se acercó con paso tranquilo hasta estar frente de él.

–¿Vamos? –Preguntó con la voz más calmada que pudo, llamando su atención y haciéndolo levantar la mirada. El más joven asintió y se levantó, siguiéndolo hacia la salida. –¿Te emocionó mucho el libro?, no pude evitar notar que marcaste muchas cosas.

–¡Lo ame! –Exclamó emocionado el chico mientras salían al exterior.– Realmente... lo ame. –Murmuró más tranquilo, abrazando el libro contra su pecho.

Luzu soltó una breve risa mientras cruzaban la calle.

–Eso me alegra mucho, realmente no pude evitar notar que estas usando algo similar a lo que usa Roier en los primeros capítulos.

Quackity asintió bruscamente mientras sonreía avergonzado, mirando su atuendo. Llevaba una camisa color rojo con cuadros abierta y bajo una playera del mismo color además de un pantalón de jeans con las rodillas expuestas por roturas de costura. Incluso la gorra tejida de color rojo que no era parte del atuendo original, le daba un aire muy Roier al chico de cabellos negros.

–Usted también se ve como Cellbit, se ve genial. –Comentó con una leve risita mientras entraban en aquel café, uno que Quackity conocía muy bien.

–¡Quackity! –Saludó el albino dueño del lugar cuando lo vio entrar, a quien el chico saludó discretamente con un movimiento de la mano.

–Buenas tardes.–También saludo Luzu, con la gracia que solo él mismo tenía.– ¿Ordenamos algo para seguir conversando, Quackity?

–Oh, si, claro. –Comentó el pelinegro con una sonrisa nerviosa mientras se acercaban a la barra.

Luzu pidió un café bien cargado y un trozo de pastel sabor tres leches. Quackity ordenó una malteada de chocolate y un panecillo relleno de crema. Luego se movieron a una de las mesas lejanas a la ventana.

El escritor y el fanfiker [LUCKITY]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon