IX

381 73 45
                                    

Vamos Roier, necesito tu ayuda para sacarnos de aquí. —Le suplicó Quackity jalando de él, aun si lo sujetaba sentía que no podía avanzar por sus piernas temblorosas y débiles. —No podemos detenernos.

Me duele, no puedo…—-Sollozó cuando dieron un paso más, las heridas en carne viva en la planta de sus pies eran como caminar en fuego ardiente, las lágrimas ya seguían el camino habitual por sus mejillas.

Si puedes, te voy a sacar de este maldito lugar, Roier. —Dio un paso más y antes de poder siquiera reaccionar, las alarmas explotaron sobre su cabeza, las luces rojas se encendieron y el ruido amortiguo su grito por el dolor intenso atravesando todo su cuerpo

[...]

Vamos, no puedes dejar que esa maldita herida te detenga ahora. —Le gritó por sobre el sonido de las alarmas al albino que se apoyaba en él para poder caminar, mientras se retorcía sosteniendo el impacto de bala en su costado.— Tenemos que llegar con Roier, ¡No puedes rendirte!

Sálvalo. —Pidió Nussa deteniéndose, soltando el agarre que Cellbit tenía sobre él.— Liberalo.

Nussa lo miraba a los ojos, ahora mostrando el rostro de un joven a medias, con la máscara destrozada por la bala que había recibido e impactado contra el grueso acrílico que la componía, su voz robótica no se había escuchado tan humana en todo el tiempo que habían tomado para llegar hasta ese momento. Los oídos le pitaban por el gran alardeo de las sirenas en el pasillo donde estaban, a lo lejos podía oír los gritos de órdenes entre la resistencia que los apoyaban para ese asalto a la central de la federación con aliados que Nussa había conseguido y los disparos no cesaban.

Ve por él. —Suplico Nussa empujándolo con  fuerzas, tropezando torpemente pero sin caer al suelo, apuntó su arma a Cellbit. —Vete ahora.

Podía ver decisión en esos ojos grises tan humanos para la bestia en que lo habían convertido, tuvo que tragarse todas sus preocupaciones y asentir. Se alejó de Nussa y todo el caos por los pasillos que solo se iluminaban bañados en una luz roja, sentía el corazón golpeteando en su pecho y sus manos apretando firmemente la empuñadura del arma cargada.

¡Alto ahí! —- Gritó cuando dio casi de frente con dos personas que corrían en su dirección, pero antes de accionar el gatillo, aquellos ojos avellana que tanto deseaba ver se iluminaron con esas luces rojas.

¡Gathino!

Pero un disparo fue suficiente para que un grito de Roier estallara con desesperación.

《— ••• —》

1 año y 7 meses antes

—¡Willbur! —Saludo Quackity a la distancia mientras veía al castaño de gafas cruzar entre la gente que había en la feria, vestía tan guapo como cada vez que se encontraban.

—Hola, bonito. —Cuando el más alto estuvo en frente, no pudo aguantar las ganas de abrazarlo y besar suavemente su mejilla. —¿Listo para nuestra cita?

Asintió, emocionado de todos esos planes que habían hecho para ese día. Aunque, como siempre, eran sus ideas para todo, aunque no lo pensaba demasiado porque Wilbur siempre lo acompañaba si era él quien decidía todo lo que debían hacer.

Primero habían ido a comer al restaurante favorito de ambos, o al menos eso era lo que el pelinegro siempre creyó.

Luego habían ido a pasear por el parque de la avenida principal, disfrutando algunos de los juegos que estaban allí para la pequeña feria de la ciudad, ganando un peluche pequeño con la forma del pato que Quackity apreció inmediatamente. Bebieron unas malteadas frías con sabor a fresa y se montaron en la noria para apreciar el paso del atardecer.

El escritor y el fanfiker [LUCKITY]Onde histórias criam vida. Descubra agora