X

414 70 47
                                    

Filho da puta… —Gruño Cellbit cuando el impacto de bala dio en su hombro, obligandolo a tirar el arma que antes tenía entre sus manos.

Mierda, nos encontró. —Dijo el chico que sostenía a Roier, dándose la vuelta y cubriendo con su cuerpo al más alto. Y aun si sostenía un arma entre sus manos, era notorio el temblor en estas.

Roier apenas se quedó sin el apoyo del cuerpo de su amigo, cedió y cayó sobre sus rodillas, no quería ignorar el peligro a su espalda sobre su amigo, pero ver aquellos ojos afilados que lo mantuvieron cuerdo fueron más. Estiró su mano desesperadamente hacia él, que ni siquiera tuvo que esperar, Cellbit se agacho y lo estrechó contra él. Entre sus brazos pudo sentir el pulso alarmado del hombre, pero también pudo notar su propio temblor.

No fuiste muy inteligente, hermanito. —Comentó aquel hombre parado a unos metros de ellos, quien sostenía el arma que había herido a Cellbit.— Sabías que yo iba a darme cuenta de lo que ibas a hacer, pero aun así no fuiste capaz de hacer un mejor plan…

¡No me llames hermano! —Gritó con desesperación el que cubría a la pareja que estaba a sus espaldas. —¡Ya no más!, ¡Ya no quería que siguieran borrando cosas de mi cabeza y menos que sigas en esta farsa de fingir que no eres solo un clon de mi!

Quackity… —Apenas logró murmurar Roier. Cellbit apenas podía ver al otro a la distancia, pero en cuando noto que se inclinaba para tomarse el estómago y echarse a reír, aprovechó el momento y alcanzó como pudo el arma que antes había perdido.

Guapito, no puedo dispararla. —Le dijo en un susurro cuando dejó el arma en la mano temblorosa del castaño, tomando sus dedos para hacer que los cerrará alrededor del metal.— Úsala para protegerte sin importar nada. —Roier iba a negarse, pero el Quackity dejaba de reír al otro lado, obligándolos a verlo una vez más.

¿Eso te hizo creer el idiota ese atras de ti? —Comentó. Cellbit obligó a Roier a esconderse tras de su cuerpo, cosa que provocó otra risa escandalosa.— No soy un clon, imbécil. Tú sí.

El silencio fue más que suficiente para que el Quackity se mofara. Roier observó a ambos sin acreditar lo que decía, ¿cómo podía ser su Quackity el clon y no ese otro monstruo?

No, mientes. ¡Siempre me mientes!, no voy a creer una mierda de lo que digas. —Respondió furioso Quackity.

¡Ellos te crearon para ser igual que yo!, ¡Sin mi solo eres un error y pérdida de trabajo de ellos!

¡Callate!

¿Crees que estás con vida solo porque si?, eres débil, no podrías serles útil a ellos. —El Quackity dio un paso al frente, haciendo que Quackity lo diera hacia atrás, aun si sostenía el arma en alto.— ¿Sabes porque te dejaron vivir aun cuando notaron que no serías como yo cuando comenzamos a crecer fuera de los tanques?

Quackity no respondió.

Porque notaron que tu debilidad te hacía mi maldito botón de apagado. —Escupió molesto, tomándose la cabeza mientras tomaba una bocanada de aire.— Solo por eso te dejaron vivir, mi querido hermanito. Porque aunque yo fui el embrión principal, eres más mío que de cualquier otra persona, ¡Me perteneces, Quackity!

Sus pasos seguían avanzando hacia ellos, Roier quería partirle la cara a ese bastardo, pero su cuerpo no pensaba igual, temblaba y sentía la piel de gallina al tener recuerdos de como lo torturaba sin piedad por horas y con una maldita sonrisa.

Cellbit sentía la vista borrosa por la hemorragia de su hombro que no paraba aun cuando ejercía presión en el área, debió haber perforado algo importante, pero no iba a dejar que esa herida permitiera que Roier se quedará sin su protección.

El escritor y el fanfiker [LUCKITY]Where stories live. Discover now