Jaque mate

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Enzo

¿Quién era ese chico y por qué Cris no paraba de mirarle?

Esa mañana fue increíble.

Hemos quedado a desayunar, y lo mejor de todo: ¡la he llevado en mi coche!

Estoy más feliz que cuando me compré el iPhone 15 Pro hace unos meses.

Una felicidad que no podría comparar o explicar con palabras.

Todo había marchado bien hasta que de pronto entró aquel joven por la puerta.

Cristina se quedó observándolo un rato, sin que él se diera cuenta hasta que por fin pregunté:

-Pero... ¿quién es ese chico?

-Un compañero de universidad... -murmuró ella-. Será mejor que no le prestemos mucha atención.

No entendía nada.

-Pues vamos a saludarle, ¿no? -le dije yo.

-No no no -saltó ella-. Es que verás, somos amigos desde pequeños, y por eso me sorprende tanto que esté con una chica...

Yo siempre soy muy preguntón.

Cuando no entiendo algo, me dedico a ametrallar con preguntas a las personas, así que es justo lo que hago en ese momento.

-¿No será que te gusta?

Ella me miró fijamente y dijo segura:

-No. No me gusta. Es más, no es mi tipo. Simplemente somos amigos, pero me extraña verle con novia sin haberme dicho nada.

-Entiendo, ¿y qué tal si vamos a pasear por ahí un rato ya que hemos terminado de desayunar? Así nos olvidamos de esto y disfrutamos del día -ofrecí yo.

-Me parece muy bien.

No podía permitir que un chaval robara la atención de Cris, esta cita era para nosotros dos.

Fui a pagar y en cuanto abrí el monedero, Cris soltó su parte en la mesa.

Me reí sarcásticamente.

¿Ahora quería pagar el desayuno?

Le devolví el dinero y pagué rápidamente con tarjeta.

Ella me miró desafiante y yo le respondí:

-Jaque mate.

-Ya arreglaremos las cuentas...

Salimos del local y, sin decir nada la llevé a un sitio sorpresa.

-¿Conoces Badalona? -la pregunté por el camino.

-No mucho. La verdad que siempre he sido más de visitar otros sitios que Barcelona propia.

-Menos mal.

-¿Eh? ¿Por qué?

Dije eso más que nada porque no quería que conociera el lugar al que la iba a llevar.

Lugar al cual fui hace no más de medio mes.

Lugar al que voy frecuentemente para relajarme en los momentos de tensión.

-No, por nada -respondí natural.

-Hm...

Por el camino seguimos la conversación que tan enfervorecida resultaba en la cafetería.

La miré de reojo sin que se diera cuenta y noté en ella alegría.

Espero que todo vaya bien hasta el final.

Llegamos por fin.

Aparqué el coche cerca del mar.

Ella se quedó asombrada.

Empresario y Ella {EN CURSO}On viuen les histories. Descobreix ara