Sueños

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Enzo

Las calles de Marsella eran espectaculares.

Los edificios y casas daban la real sensación de que estabas en Francia.

Caminamos unos minutos entre aquellas calles hasta que llegamos a la "Plage des Catalans" o, dicho de otro modo, la playa de los catalanes.

El agua clara brillaba en el mar y los niños corrían de un lado a otro.

No estaba abarrotado de gente ni mucho menos y, además de que la playa tampoco era muy grande, las vistas eran muy bonitas.

Cris y yo nos descalzamos y anduvimos por las orillas del mar cogidos de la mano mientras hablábamos más sobre nosotros.

-Y dime -empezó ella diciendo-, ¿cómo es que me has invitado a venir a Marsella contigo? Es mucho dinero y solo somos amigos.

Me tomé la conversación más en serio.

-Cris -comencé hablando. Noches atrás había soñado con una chica perfectamente arreglada vestida totalmente de blanco. Y era como si estuviéramos en una iglesia. Ambos estábamos de rodillas y el pastor rezaba para nosotros. De pronto oí una voz en mi sueño que decía lo siguiente: "Esta chica es para ti, Enzo."-. Desde que empezamos a hablar no dejé de pedir a Dios una señal para que me dijera si tú de verdad eres la chica indicada.

Hice una pausa, a lo que ella aguantó la respiración.

-Noches atrás tuve un sueño en el que los dos estábamos en la iglesia y el pastor rezaba por nosotros, y después oí una voz que decía exactamente lo siguiente: "Esta chica es para ti, Enzo."

Ella pareció dudar un momento, o eso me pareció a mí, hasta que retomó rápidamente la conversación.

-Enzo, a decir verdad, yo también hace unos meses tuve una especie de aparición en mi habitación antes de dormir en la cual un ángel me dijo que dentro de poco conocería al amor de mi vida. Pero no quise decírtelo porque aún no estaba segura de si de verdad eras tú o no.

A mí casi se me sale el corazón al oír eso.

Cristina Golden, solo existía ese nombre en mis pensamientos.

Pero intenté aguantar un poco la euforia que en esos momentos dominaba en mi corazón.

-Ejem -dije algo más serio-. Entonces, ¿tú crees que lo nuestro habría que tomarlo más en serio?

No respondió.

Miento, sí respondió.

-Te lo dejo a ti.

La miré y por un momento visualicé la posibilidad de que Cristina y yo nos fuéramos a casar. Fue algo rápido y repentino.

Desde siempre he sido un chico muy estudioso y observador en estos aspectos.

Tener una familia sana para mí es lo más importante en el mundo, así que hay que tener mucho cuidado con el partner de vida que uno se elige.

Muchos dicen que no hace falta casarse y que es prácticamente imposible aguantar una vida entera con una única persona, que la vida es una y hay que disfrutarla a tope.

Para mí la familia es lo más precioso que Dios ha hecho nunca y, a pesar de que haya gente dispuesta a destrozarla, nunca lo podrán conseguir.

Aquella tarde estuvimos paseando por los alrededores del hotel hasta que llegó la noche.

Cenamos en uno de los mejores restaurantes en platos de carne de la zona y, a pesar de que por las noches lo ideal siempre es cenar algo ligero, esa noche no lo cumplimos.

Salimos saciados de ahí y nos dirigimos a la habitación del hotel.

Estábamos muy cansados.

Había que intentar dar lo mejor para la chica con la que estas fiestas había decidido salir de viaje.

Evidentemente dormimos en camas separadas y no hubo ningún problema con eso.

- - -

RRRRIIINNNGGGG RIIIINNNNGGGG

El sonido del despertador inundó la tranquilidad que antaño predominaba en el cuarto.

Qué bien había dormido. Parecía que estuviera en un palacio.

Apagué rápidamente la alarma y me dirigí a la cama de Cris.

Ella dormía plácidamente mientras una leve sonrisa se iba apoderando cada vez más de su rostro.

O eso parecía.

-¡Buuu!

Por poco me caigo al suelo del susto mientras ella se reía sin parar.

-¿Te crees que no he oído la alarma? Seguro que has despertado a las más de cien personas que duermen aquí, jajaja.

-Es que Apple tiene la de alarmas... -me excusé yo.

-Bueno, ¿hay plan para hoy? -preguntó ella mientras se levantaba perezosamente.

-Buenos días a la princesa, lo primero -me miró desconfiada y con cara mimada y siguió escuchando-. Y lo segundo, prepárate que hoy vamos a un sitio muy especial, pero me tendrás que esperar unos minutos que ahora mismo vengo.

Yo ya estaba vestido en la puerta preparado para salir.

-Bien, pues nos vemos ahora.

Me despedí y salí corriendo.

Esto no se me puede olvidar ni estando en Marsella.

Me dirigí a la tienda más cercana y en cuestión de minutos volví con el tesoro entre brazos.

Sabía que a la que abriría la puerta de la habitación mi corazón se llenaría de aquella felicidad que hacía que mis días fueran maravillosos.

-¡Buuuu! -grité entrando por la puerta.

Pero no había nadie dentro.

O por lo menos, en la habitación.

-Estoy terminando de prepararme -dijo desde el baño.

Vaya, el susto no me había funcionado.

Dejé el ramo de flores en forma elegante sobre su cama y me senté en el banquito de madera precioso de dentro esperando a ver su reacción.

Segundos después salió arreglada y con un vestido verde muy bonito que relucía.

Que coincidencia, el ramo de flores también ordené que lo hicieran con adornos verdes, hacían un juego increíble con su vestido.

Estaba muy mona.

Esas vacaciones fueron, con todos mis respetos, las mejores vacaciones de mi vida.

Y creo que para Cris igual.

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⏰ Last updated: Dec 17, 2023 ⏰

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Empresario y Ella {EN CURSO}Where stories live. Discover now