28.Svegliati

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«Cada herida terminó en cicatriz y cada beso se convirtió en historia

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«Cada herida terminó en cicatriz y cada beso se convirtió en historia.»

Mr Yovo

El pitido en los oídos y el olor a desinfectante hizo arrugar la cara a Gia William, Salvatore había dejado de existir en el minuto en que aquel auto se estrelló contra el agua y la vista se le nublara. Abrió los ojos pesados para encontrarse una cabellera rubia y unos ojos azules mirándola expectante.

Trató de hablar, pero la garganta estaba demasiado seca y dolía. Un vaso de agua fue puesto en sus labios para facilitar su comunicación.

—Despacio rojita. —murmuró Dylan.

Gia miró su alrededor y supo que estaba en el hospital de la central de Inglaterra. Italia había quedado atrás en un abrir y cerrar de ojos, al igual que Constantino y Renzo. Inhaló profundo disipando la molestia en el pecho y se concentró en su hermano. Lo atrajo a sus brazos tomándolo por sorpresa, y a que ella no era propensa a demostraciones de afecto.

—¿Cómo...? —se sentó al dejarlo libre, cerrando los ojos por el dolor en sus piernas.

—No hagas movimientos bruscos, recibiste un impacto muy fuerte en las piernas. Tienes algunos músculos afectados, pero nada que no se resuelva con terapia.

—¿Lo atraparon?

Dylan se quedó mirándola, siempre había sentido admiración por la habilidad que tenía Gia de mantener su cara en blanco, esta vez alzó una ceja.

—Que papá no vea que te gusta y actúa enfadada cuando saque el tema de que fue un total fracaso la operación. No había rastro de él por toda la zona.

Gia rodó los ojos, en parte aliviada.

—Como si a ti no te gustara. —murmuró.

—A diferencia de ti nunca me lo follé, me gustaba más el papel de mejor amigo. Aunque fuese una vida temporal, entiendo el atractivo. Sin embargo, ésta es tu verdadera vida Rojita. Al menos la que te sacó de toda la porquería de tu infancia, sería estúpido tentar al diablo.

Lo miró con los ojos entrecerrados.

—¿Qué quieres decir? Exterminamos al diablo hace años. Lo vimos quemarse.

Su hermano apartó la mirada para volverla a poner en ella.

—Sobrevivió.

Dylan no quería cargarla de información recién despierta, pero, era Gianna y querría que algo como esto se le informara de inmediato. Sin embargo, fue interrumpido cuando su padre y su madre se precipitaron por la puerta.

—Gia. —La voz dulce de su madre y sus brazos la hicieron mirar a Dylan con satisfacción. Desde que llegó a sus vidas siempre se mofaba de los hermanos William antes las afecciones desmedidas de sus padres hacia ella.

Dylan rodó los ojos con una sonrisa, hacía mucho tiempo había dejado de ponerse celoso a causa de Gia, pero Sage era harina de otro costal.

—Mamá vas a lastimarla, suéltala. —habló la susodicha entrando con una enorme cesta de chucherías. —Dame espacio que yo también la extrañé.

Stiletto VendettaWhere stories live. Discover now