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No podía entender como ella fue capaz de abrirse con Wilbert, pero se sentía tan bien de poder contarle a alguien lo que le había sucedido antes de llegar a Londres, en ese momento ambos estaban terminando de beber la segunda botella de vodka que ...

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No podía entender como ella fue capaz de abrirse con Wilbert, pero se sentía tan bien de poder contarle a alguien lo que le había sucedido antes de llegar a Londres, en ese momento ambos estaban terminando de beber la segunda botella de vodka que habían pedido y ella ya se sentía mareada.

—Creo que lo mejor es que me vaya a mi casa —murmuro ella viéndolo a través de sus pestañas húmedas.

El llanto había terminado, pero las risas de ambos eran las que tenía así sus pestañas. Podía sentir un calor en todo su cuerpo y sabía la reacción de que se debía al alcohol que había tomado.

—Si mañana nos toca nuevamente con el maestro Hamilton —exclamo él.

Alisson soltó una risita antes de ponerse de pie tambaleándose en el proceso, algo que le causó gracia a su amigo quien soltó a reír a carcajada limpia. Ambos dejaron dinero sobre la mesa antes de tomar sus bolsos y salir del establecimiento donde se encontraban.

—Creo que pasaré hasta mañana que suene mi alarma —exclamo ella caminando junto a él quien la sostenía.

Estaba completamente borracha no podía mentirse así misma, soltó una risita mientras caminaban en zigzag, eran dos tontos que se habían abierto sin importar si esto podrían usarlo en su contra. Ella estaba acostumbrada al acoso por el video, así que sucedía ahí no le importaría pero solo le demostraría que se había equivocado en decirle lo suyo.

>>Tomaré un taxi —menciono deteniéndose —No creo que pueda caminar más —añadió elevando su rostro para verlo —Y tu también deberías de ir a tu casa.

Lo vio asentir antes de darle un beso en la frente y detenerle un taxi como ella había dicho.

I—Nos vemos mañana en la universidad —dijo el con una sonrisa —Te admiro mucho Alisson y conmigo cuentas para lo que sea.

Ella sintió sus ojos llenarse de lágrimas antes de asentir y adentrarse al taxi, dando la dirección de su departamento. Apoyo la cabeza contra el cristal del auto, cerró sus ojos porque solo llevaba un día ahí y ya estaba borracha, ya había contado su pasado.

Pero no había abierto sus piernas como había exclamado su madre, sonrió con tristeza. En ocasiones hubiera deseado tener a una madre que la protegería y le dijera cuánto la amaba, no como la que le tocó. Esa mujer solo era madre por título, no porque realmente lo fuera.

—Hemos llegado señorita —escucho que decía el hombre haciéndola abrir sus ojos y pagarle lo que le correspondía.

Agradeció el viaje y salió del auto, mientras caminaba a pasos lentos hasta la entrada, fue al elevador sintiendo una pesadez en su cuerpo. El alcohol hacia estragos esa era la realidad, además de ponerla caliente en el ámbito sexual la ponía sentimental, detestaba ambas. Por lo que al estar en su piso, fue directamente hacia su departamento cerrando la puerta a su espalda mientras dejaba caer su bolso.

PLACERES OSCUROS [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora