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El corazón de Alisson comenzó latir con mucho más impune y podía sentir su propio pulso detrás de sus orejas. Pero el ver sus ojos se perdió por completo, unas inmensas ganas de querer que la besaran le atacó. Por lo que solamente se rindió ante el toque le estaba dando.

—Dime bebé —exclamo Caleb —¿Quieres seguir lo correcto?

Ella cerró sus ojos ante esa pregunta. ¿Quería seguir lo que creía correcto? Se vio preguntando así misma.

No tenía sentido nada ya, cuando había sido humillada de la manera más cruel posible, de la forma más dolorosa que podría experimentar una mujer. De solo recordar eso sentía un asco terrible contra su misma.

—No —se escucho decir antes de abrir sus ojos y enfocarlos en el rostro de él —Lo correcto en este momento es que me hagas lo que soñaste.

Aquellas palabras para Caleb fueron como un bálsamo a todo su cuerpo, haciéndolo sonreír abiertamente antes de unir sus labios en un beso demandante, haciéndola jadear mientras pegaba su cuerpo contra el de él, para que sintiera su erección.

No había mentido cuando le dijo que soñó con ella y que en estos sueños estaban llenos de momentos lujuriosos. Separo sus labios de los de ella y unió su frente, algo le decía que si seguía sería mucho peor.

Y que antes debía de ir preparando el camino para enseñarle todo lo que le gustaba, preparar su cuerpo y de paso hacerlo el mismo. Cerró con fuerzas sus ojos mientras respiraba hondo, sintió las manos de ella apoyadas en su pecho logrando hacer que se estremeciera.

Dios sus manos eran diminutas comparadas a las de él, sus uñas rojas hacían un contraste hermoso contra su piel tatuada. Se mordió los labios antes de bajar el rostro y ocultarlo en el cuello de ella en dónde comenzó a dejar pequeños besos, juntos a suaves mordiscos.

Escuchándola gemir y jadear al sentir sus dientes morder esa zona, descubriendo en ese momento que era una de sus tantas zonas erógenas, porque estaba seguro que por dónde el decidiera tocar encontraría una zona erógena que la llevaría al límite si se lo proponía.

Le haría conocerse así misma, conocer su cuerpo y saber hasta dónde estaría dispuesta a llegar con el dolor, con su propia excitación.

—Quiero cumplir uno de mis sueños ahorita —musito en voz baja sobre la piel de ella.

Alisson que tenía cerrados sus ojos solo logro asentir a lo que había dicho él, podía sentir sus bragas húmedas por los besos que le estaba dando. Y se maldijo así misma al recordarse que no llevaba unas que fueran bonitas, sino todo lo contrario. 

Se estremeció cuando él llevo una de sus manos hacia su sexo por encima de la ropa.

—Tu humedad traspasa la ropa bebé —exclamo él en tono ronco —Solo han sido unos besos inofensivos.

PLACERES OSCUROS [+21]Where stories live. Discover now