Noveno mes

1.3K 146 57
                                    

El bebé se retrasó.

Pasó una semana, dos.

Nada ocurría.

Poe ya estaba preocupado con antelación. Ranpo recién comenzaba a percatarse de la situación.

Naturalmente, los vomitos, mareos y contracciones seguían vigentes, pero no se rompía aún la fuente.

Con descaro, y sin temor alguno, Mushirato habló:

-Tienes que ir al médico a que te saquen a Alexander. Aunque sea por cesárea.

-¿Cesárea?

Ranpo sabe que esa es la mejor opción, ¿Entonces, por qué no quiere hacerlo?

-Yo... No lo sé, Ranpo ¿quieres hacerlo así? Por cesárea sería mucho más-

-¡No! Saldrá solo. De forma natural, así será.

Miedo, es una palabra que le queda corta a Ranpo.

¿Será que su cuerpo no es el adecuado, será que su hijo murió, será que...? es su culpa, ¿se descuidó demasiado, debió ser más cuidadoso?

Y volvió a tachar en su calendario, un día más de retraso...

Se acostó con todos esos pensamientos. Y en la noche, el calor se hizo presente al mismo tiempo que la luna.

A diferencia de las demás noches, hoy habían más mosquitos y calor que de costumbre, Ranpo se tuvo que levantar una, dos, tres veces para lavarse la cara y volver a dormir.

Era silencio absoluto. Todo el vecindario dormía. Cualquier ruido, más mínimo que sea, insultaría al bonito ambiente que estaba vigente por los aires, a esas horas de la madrugada, a ese hermoso silencio que rondaba por las calles de Yokohama.

Quién iba a pensar que el primero en insultar al silencio sería Ranpo.

Sintió mojado, luego de un segundo sabía lo que eso significaba. Pronto, comenzaron las contracciones, comienza su llanto. Comienza una nueva vida.

Movió a Poe, que estaba a su derecha durmiendo plácidamente a un costado de la cama, sin frazada.

Edgar al instante, preparado para la ocasión, llamó a su chófer para llevarlos al hospital.

-¡Edgar, rápido!

-Maletas, ropa... Dinero, comida... Creo que está todo.

-¡Ah!, matar es malo Ranpo, no lo mates... ¡mierda...! Esto duele como la- ¡Ah!

-Amor, todo saldrá bien. Ime está en camino a llevarnos... ¡Ya llegó!

-Un poco más y doy luz aquí, maldito Ime.

Todo el transcurso hasta el hospital fue de silencio, por parte de ambos Alfas, pero por parte de Ranpo no existía aquella palabra. Gritó tanto que despertó y alertó a algunos vecinos, y patrulleros que cumplían su jornada de trabajo.

-¡Edgar, te odio! ¡Maldigo el maldito hotel donde se rompió el condón, maldigo el maldito lugar donde fue fabricado ese condón, y maldigo tu pe-

-Ya llegamos.

En un abrir y cerrar de ojos, Ranpo se encontraba en una camilla. Poe lo siguió, no sin antes darle un par de indicaciones al chófer.

-¿Quieres que llame a alguien?

-¡AH!, a mi papá, a Yosano, al hijo de puta de Mushirato, y desde ahí, nadie debe enterarse de que yo estoy pariendo aquí. ¡Mierda, ah!

-Entendido, amor. Solo respira, no me separaré, estaré siempre aquí, a tu lado.

Bebé - RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora