Squirrel ✧♦minsung//Seungsung//Knowmin♦✧

cuatro.

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El dormitorio se sumio en silencio cuando minho dejo de contar; Seungmin pensando en ello como algo incómodo pero al mismo tiempo mal entendido y minho recordando lo horrible que fue aquello para su corazón.

—minho... Jisung de verdad me gusta.— seungmin miro a minho sin ninguna pizca de diversión —pero jamás esperé que eso fuera a pasar.

Minho sonrió con amargura —eso ya no importa.— el otro iba a decir algo pero minho simplemente tomo un trago y busco algunas gomitas en el suelo ofreciéndole una —bien, ya te conté ¿Estás feliz?.

Seungmin levanto los hombros —tal vez. Ahora, voy a contarte cómo fue que terminamos besándonos...

Seungmin escuchaba atentamente lo que el chico frente a el le decía, aunque ya supiera todo. Era algo que no podía dejar de hacer.

—min... Yo de verdad estoy enojado con él.— seungmin asintió entendiendo. Realmente, en los años que llevaban conociéndose, creía que si minho se alejaba el estaría tranquilo y podría respirar sin tener que hacer una mueca de dolor en el proceso. Deseaba más que nunca que minho lo hiciera, más sin embargo, ahora que de verdad no esta se siente... Vacío.

Al inicio, cuando apenas eran unos niños, jisung no quería saber absolutamente nada de minho. Cuando se acercaba, jisung era quien lo molia a golpes. Los años fueron pasando y seungmin no sabe en qué momento las cosas cambiaron siendo ahora el mismo quien discutía y golpeaba a minho, pero imagina que debió empezar justo cuando descubrió lo que jisung sentía por minho y a su vez lo que el mismo sentía hacia jisung.

No soportaba que su amigo de mejillas abultadas se sonrojara por cualquier cumplido o sus palabras se enredaran en su lengua cuando minho le sonreía.

Por eso, cuando vio a jisung caminar por el pasillo de los dormitorios con los ojos rojos, el cabello alborotado y su ropa siendo un lío corrió hacia él angustiado y al saber las razones no pudo evitar ir con minho y golpearlo

—sin embargo, me sigue gustando.—  jisung se acomodo mejor en su cama —no sé que es peor, que no lo odie o que me sienta decepcionado por como acabaron las cosas. Tal vez si no hubiera corrido en busca de él...

—pero lo hecho, hecho está sung. No puedes ir por ahí pensando en que hubiera pasado si...— la voz de seungmin sonó más dura de lo que le hubiera gustado pero tampoco podía ocultar su molestia, lo que había hecho minho era algo grave —es un imbécil.

Jisung frunció sus labios y cejas —no lo llames así.

—¿Por qué no?.

—sólo yo puedo hacerlo. Después de todo yo fui el dañado. Así que sólo yo puedo juzgarlo.— seungmin levanto las cejas sorprendido e indignado entendiendo que no importa lo que haga ya no sera como años atrás donde jisung siempre lo prefería a el y era receloso con minho.

—no puedo creerlo.— seungmin dijo más para el que para jisung —¿Te gusta mucho no es así?.— no obtuvo respuesta pese a que jisung lo miraba con culpa —imbéciles.— murmuró luego se levanto y se marchó ignorando los llamados que el otro le hacía.

Molesto con todo, con todos y con el mismo caminó a su propio dormitorio y se lanzó a su cama hundiendo su cabeza en la almohada y agradeciendo que minho no estuviera esta noche.

Joder, ¿De verdad no importaba? ¿Cómo era posible que los papeles se hayan invertido sin el darse cuenta? No, seungmin ya se había dado cuenta sólo que no quería aceptarlo. Se hizo bolita bajo las sábanas, el típico nudo en su garganta pero sin derramar una sola lágrima sus ojos estaban en un punto fijo y su mente era un rebobinador de todo.