Squirrel ✧♦minsung//Seungsung//Knowmin♦✧

quince.

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—¡No importa! No podemos hacerlo.— seungmin dijo —ya no somos unos niños.

—seungmin tiene un punto.— apoyo Minho con sus brazos cruzados y apoyando todo su peso en una sola pierna

—pero...— comenzó jisung, sus labios encontrando el camino hacia un puchero —es un soldadito. No podemos hacerlo sentir culpable por no poder salvar a su equipo ¿verdad?.— los otros dos se miraron

—jisung -

—¡Por los viejos tiempos!.— jisung bajo la cabeza juntando ambas manos sobre la misma

Minho suspiro —de acuerdo.— seungmin lo miro con incredulidad.

jisung se había levantado temprano para ayudar a su madre a hacer el desayuno luego los despertó con mucho ruido logrando que sus corazones se movieran a su garganta y fue entonces cuando encontró al pequeño soldado en el suelo. Sus bellos ojos almendrados se iluminaron llevandolos a la parte trasera de la casa.

—básicamente fue tu culpa.— señalo Minho —tu lo dejaste ahí.

Los hombros de seungmin se desplomaron —que sea rápido. Aún estamos en pijama y muero de hambre.

Ignoraron los muy lindos saltos de jisung, lograron prenderle fuego al muñeco de plástico sorprendiendose de lo rápido que perdía su forma y se convertía en una montaña verdosa. Una sonrisa apoderándose de ellos mientras la brisa un poco fría acariciaba sus rostros.

—creo que debemos entrar.— sugirió jisung mirando como sus dos chicos comenzaban a temblar y se les tornaba roja las orejas y la nariz. Ambos estuvieron de acuerdo.

Adentro, los esperaba una taza de chocolate caliente y huevos con algunas tostadas, el padre de jisung leía un periódico y la única mujer miraba algo en la televisión y joder, se siente como si finalmente estuvieran en casa. Minho miro a jisung quien ya lo estaba mirando entonces le sonrió, suspiro internamente, será difícil olvidarlos.

Empujó esos pensamientos lejos porque lo que importaba era que jisung sería muy feliz y aunque suene extraño, le gusta que alguien más lo haga feliz. Alguien como seungmin, quien se ha comportado espléndidamente todo este tiempo. Él siempre se da cuenta de las cosas que le ocurre mientras que el... el ni siquiera pudo comportarse aquella noche en el pequeño estudio de Changbin, quitándole la ropa y follandolo hasta que pudo liberarse.

—¿No tienes hambre?.— seungmin le preguntó con su pie acariciando su tobillo debajo de la mesa, fue entonces cuando se dió cuenta que no había probado nada. Pero mierda, sus pensamientos le hacen un nudo en su estómago.

—lo siento. — rasco su nuca —sólo pensaba. Es todo.— mordió la mitad de una tostada —¿Podemos hablar luego?.— se dirigió a jisung quien parpadeo y luego asintio.

Independientemente de lo que diga seungmin, lo hará. Es mejor hacerlo de una vez por todas.

—pero primero daremos unas vueltas ¿vale?.— propuso seungmin, su mirada llena de miedo al mirarlo.

—de acuerdo.— dijo regresandole una mirada dura. Jisung fue el primero en levantarse llevándose su propio plato y el de seungmin

—sé lo que intentas.— comenzó terminando su huevo y su última tostada

—¿Qué?.

—no te hagas.— anido sus pies con los de seungmin por debajo de la mesa, su mirada siendo una cariñosa —quiero que sean felices ¿de acuerdo?. No voy a ponerlo a escoger.— seungmin lo miro con suplica en sus ojos tragando alrededor del nudo en su garganta