CAPITULO 3 Bienvenidos al Mar

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Una brisa del este, olor a sal y un movimiento constante en la plataforma del barco así fue como nos recibió el inmenso mar, Thaddeus fue el que más sufrió de entre nosotros, él nunca había montado en barco, yo desde muy pequeño vi a mi padre navegar, incluso viaje con él, por parte de Rost parecía más calmado y estaba emocionado por estar navegando, mientras que Reynard estaba calmado y nada desesperado, lo más seguro es que como Reynard viaja mucho lo más seguro es que en alguna ocasión se haya subido en un barco, los días pasaron en el inmenso mar, las aves eran los que nos acompañaban además de la tripulación, solo faltaban unos cuantos días para llegar al puerto de la ciudad del oeste normalmente Reynard siempre estaba en su camarote mientras Rost y Thaddeus jugaban con los marineros y los ayudaban, mientras que yo estaba en la cubierta preguntándome como nos metimos en esto.

"Prepárense marineros se acerca una tormenta" dijo la capitana Aimar, y en efecto, a la distancia se veía una gran tormenta me prepare para ayudar a los marineros, Reynard también salió de su camarote, Rost y Thaddeus se levantaron y toda la tripulación se colocó en cubierta para esperar las ordenes de su capitana, Reynard desde la puerta, Rost y Thaddeus de pie uno al lado del otro en las escaleras hacia el timón y yo en la punta del barco veíamos la tormenta, era la más grande que había visto y no sabía que haría la capitana para sobrellevarla, por todos lados había olas de tamaños enormes, todos estábamos moviéndonos de un lado a otro los barriles, las cuerdas, todo moviéndose de un lado a otro, de repente escucho que un hombre había caído al agua y no logro cerrar por completo la vela, todos entendimos de inmediato que si la vela seguía izada el barco podría volcarse así que de inmediato me agarre del mástil y lo empecé a escalar ya que el lado del barco donde la vela estaba izada estaba a punto de volcarse, me lancé de inmediato y logre alcanzar la vela, con los pies sobre el aire agarre la vela y la cerré, el barco volvió a estabilizarse pero la tormenta seguía, había una cuerda extendida salte hacia ella y me sostuve pero esta se rompió y caí en la cubierta del barco, fue entonces que el dige salió de mi bolsillo y se movía de un lado a otro sacudiéndose y rebotando, Reynard vio esto y los demás también conociendo lo peligroso que sería perder aquel dige nos abalanzamos hacia el dige, pero nos resultaba imposible atraparla hasta que Thaddeus logro hacerlo a pesar de los fuertes movimiento, el logro alcanzarlo cuando se detuvo en una de las paredes de la cubierta del barco, pero una ola inmensa estaba a punto de chocar con el barco lo único que tuvimos tiempo de decir fue: ¡AGARRENSE!....

Despertamos en la mañana del día siguiente, había agua en la cubierta del barco estábamos todos en el suelo, cuando me repuse por completo en lo primero que pensé fue en el dige lo busqué por el suelo levantando todo lo que había en él, causando que varios en el barco se levantaran Thaddeus se levantó y me mostro el dige con una leve sonrisa en su cara, la capitana grito de emoción mientras que todos los demás se recomponían el primer oficial grito:

- ¡Estamos naufragando! Nos quedamos varados cerca de una isla

Debo admitir que en ese momento se me quede petrificado nunca había naufragado y con toda razón me asuste, Reynard y Rost se despertaron mientras que la capitana estaba en cuanto menos tranquila, mando a todos a tomar lo necesario del barco y todos bajaron del barco velas, aceite, comida, agua, herramientas, brújulas, etc.

Todos parecían tranquilos como si la isla fuera su casa, no evite preguntarme ¿cuántas veces esta tripulación a naufragado?; A los minutos la tripulación del barco había colocado seis campamentos y encendido varias fogatas alrededor de todo el campamento para que todos se refugiaran en los campamentos mientras que los demás vigilarían los alrededores del campamento por si acaso una fiera se acercaba, ese día llamaron a Reynard y Thaddeus para tomar el primer turno de vigilia, me desperté a la mañana siguiente pensé que me despertarían para el segundo turno pero no fue así, nos dividieron los turnos por campamento la capitana ordeno ir en busca de agua potable y ver que animales hay en aquella isla, salimos yo y un pequeño grupo de al menos siete hombres y éramos el grupo más grande de todos, nuestra labor era la de exploradores, buscamos por toda la isla, al este una gran montaña, al norte de la isla el campamento y la playa, al oeste un gran lago lleno de agua potable mientras que al sur un gran océano además de unos pequeños islotes que estaban como a una hora en barco, no encontramos ningún animal salvaje por el momento pero si encontramos muchas aves de varias especies, mi grupo insistió en que buscáramos a los animales para tener sus pieles pero ya estaba oscureciendo el líder del grupo decidió que lo mejor sería volver y mañana buscar algún animal para obtener su carne y piel, ya habían pasado 4 días y no había ningún indicio de que la isla estuviera habitada por animales salvajes excepto por las aves que aquí se encontraban, los suministros del barco ya se estaban agotando dentro de dos días no tendríamos nada para comer toda la tripulación estaba asustada excepto la capitana que nos levantó el ánimo con estas palabras:

- Muy pronto saldremos de aquí no se preocupen, racionen la comida y cuídense mutuamente dejemos de buscar la comida en la tierra y busquemos peces en el mar o en los lagos de la isla –

Para ser sinceros nadie había pensado en buscar peces, estábamos tan concentrados en buscar a algún animal salvaje terrestre que no pensamos en la variedad de pescados que podía haber en la isla, en la mañana siguiente todos estábamos decididos a conseguir pescados, y eso hicimos, un pequeño grupo fue devuelta al barco que parecía que en cualquier momento se hundirá, aun así varios entraron sin miedo al barco y desde el barco un hombre de la tripulación levanto dos cañas de pescar y todos en la isla soltamos un grito de alegría, cuando volvieron nos comentaron que solo quedaron esas dos cañas y que las demás se habían destruido, como todos sabíamos que se necesitarían más cañas de pescar varios hombre se dirigieron al bosque para buscar ramas y algo sirviera de anzuelo mientras que se pescaba en el lago y en la playa mientras los demás trabajaban en una forma de hacer las cañas, mientras buscaba algo para hacer un anzuelo me volví a encontrar con Reynard, Thaddeus y Rost, todos conversamos un rato y me preguntaron si aún tenía el dige y les respondí que lo tenía en mi bolsillo, me comentaron que a ellos también le toco buscar algo que sirviera de anzuelo pero no habían tenido suerte.

Nos disponíamos a volver a la playa donde se encontraba el campamento cuando un ave cayó de la copa de un árbol en frente nosotros, todos nos asustamos, y vimos que tenía una flecha en su pecho todos volteamos a ver a la única persona con un arco en ese momento, Thaddeus, todos le estábamos regañando por el susto que nos había dado hasta que expreso porque lo hizo, nos dijo que:

- Mate al ave porque tal vez podemos usar sus huesos para formar un anzuelo –

En ese preciso momento todos caímos en cuenta que Thaddeus tuvo una excelente idea, así que decapitamos al animal lo limpiamos sacamos su carne e intentamos con los huesos del ave darle forma de anzuelo, y en efecto logramos hacer varios anzuelos.

La primera OdiseaWhere stories live. Discover now