CAPITULO 13 Un día para olvidar

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Desperté en un cama de hospital, junto a mi estaba Thaddeus y Rost, mientras que un doctor estaba enfrente nuestro vendando las heridas de Reynard, una de las enfermeras que se encontraba allí llevaba una camilla con alguien en ella, pero no logre distinguir quien era, la camilla salió de la habitación y un grito se escuchó por todo el pasillo, eran los lamentos de Moiwahine, quien veía aterrada como su esposo estaba muerto, Kumakaia entro a la habitación donde nos encontrábamos, estaba vendado y nos preguntó por Aimar, ella no estaba en la habitación y como no teníamos ninguna idea de donde estaba Kumakaia le pregunto al doctor.

- ¿Llegó otra persona aquí? ¿Una mujer de cabello azul? – Pregunto Kumakaia -

- La capitana Aimar – Dijo el doctor

- Si... ella – Dijo Kumakaia

- Unos hombres la trajeron aquí, pero después de vendarla se la llevaron dijeron que con ella se volverían ricos

Kumakaia intuyó que Aimar fue llevada a un reino donde es buscada, al parecer algunos cazarrecompensas, se la llevaron a cobrar la recompensa por su cabeza en el reino de Otamatu, Kumakaia nos dijo que pasaron dos días desde que Saab robo los diges, tu grupo fue encontrado por varias personas que estaban dirigiéndose al puerto, mientras que Reynard y Gannon fueron encontrados tras el disturbio, el doctor intento todo para salvar a Gannon, pero la sangre que perdió fue demasiada, Gannon había muerto a manos de Reynard.

Tiempo después fui al balcón del hospital, ahí estaba Reynard, le pregunté qué había pasado, recordaba que Reynard y Gannon se quedaron en la casa peleando debido al control de Saab.

- Gannon casi me mata, los ataques que le daba no lo despertaban, no respondía a estímulos, por su cabeza solo pasaba matarme – Dijo Reynard totalmente triste –

- Ya veo, ¿le dirás a Moiwahine? – Pregunte pensando que era mejor no decir nada –

- La culpa no me dejara verla a los ojos si no le digo – Dijo Reynard –

Cuando volvimos a la sala de recuperación vimos a Thaddeus y Kumakaia en la puerta que estaba medio abierta.

- Que hacen ahí – Pregunte -

- Sshhh – Me silencio Thaddeus –

- Rost está hablando con Moiwahine – Dijo Kumakaia –

Adentro se escuchaban gritos de Moiwahine, ella estaba enojada por lo que Rost había hecho, pensar que su esposo estaría con ella si tan solo Rost no cometía esos errores la mataba por dentro, Rost seguía disculpándose y explicándole que pensó que con tres diges todo se resolvería y solo quedaría uno por buscar, los ánimos estaban decaídos, Rost y Reynard se culpaban por la muerte de Gannon, Kumakaia estaba preocupado por Aimar, Thaddeus y yo a la expectativa de lo que sucedería.

Moiwahine salió de la habitación enfadada y triste, Thaddeus, Reynard, Kumakaia y yo entramos a ver a Rost el lloraba no se podía sentir peor, pero Moiwahine de seguro estaría igual, Thaddeus y yo salimos a buscarla, estaba buscando algún barco que la sacara de aquella isla, estaba desesperada se sujetaba la cabeza miraba a su bebe, hasta que cayó de rodillas y se puso a llorar, ese hombre que murió era su amado esposo, Moiwahine fue vista en el puerto y un hombre se ofreció a llevarla a Otamatu.

- Moiwahine espera por favor – Grito Thaddeus al ver que ella estaba dispuesta a irse –

- Nosotros también nos dirigimos hacia allá – Grite para intentar convencerla

- No quiero verlos más, deseo que el problema se solucione, pero no a costa de la vida de las personas que quiero, ¿Cómo le contare a mi hijo que su padre no está porque un maniático quería unas piedritas? – Dijo Moiwahine, pero sumamente triste, su voz se quebraba y los sollozos salían –

- También extraño a Gannon, él fue un gran apoyo para conseguir el segundo dige, no quiero imaginar que se sentiría perder a alguien de esa forma – Dijo Thaddeus –

- Pues mira aquí tienes al vivo ejemplo – Dijo Moiwahine sin poder aguantar las lágrimas –

- ¿Perderlo cuando se suponía que estaba seguro te duele verdad?, en el palacio estaba en varias riñas, me imagino que a veces llegaba a su casa con moretones, no es sencillo ver la muerte pensando que en este momento todo salía bien – Dije preocupado por ella – 

Moiwahine no dijo nada, salió del puerto y se dirigió de vuelta al hospital, Reynard y Rost al verla se arrodillaron enfrente de ella, Reynard se quebró y dijo que lamentaba la muerte de su amigo, mientras que Rost rogaba por el perdón de Moiwahine, ella al verlos así, corrió a donde estaban ellos y los abrazo, ella también lloro con ellos, Kumakaia, Thaddeus y yo salimos de la habitación, planeando que hacer para llegar a Otamatu y rescatar a Aimar.

La primera OdiseaOnde histórias criam vida. Descubra agora