CAPÍTULO 4 ¡Nos vamos de la isla todos a bordo!

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Llegamos a un estanque donde lanzamos los anzuelos, todos estábamos callados pensando en lo que vendrá y en cómo nos metimos en este problema hasta que Rost rompió el hielo y dijo:

Antes de este viaje solo me concentraba en ser el mejor guerrero de mi batallón solo conocía a Thaddeus por ser el mejor arquero de todos en nuestro país y me hice amigo de él, pero con todo esto de Saab y los diges me queda claro que debo confiar en cada uno de ustedes para salvar el reino.

Confianza, nunca nadie confió en mí, desde que nací fui un marginado, y tras la ejecución de mis padres me dejaron a cargo de las ancianas ellas no creían en ningún marginado – pensé en ese momento –

Tras ese conmovedor discurso de Rost todos soltamos una leve sonrisa y desde ese momento todos empezamos a hablar de nuestras vidas antes de lo sucedido e incluso lo que paso los primeros días de haber encallado en esta isla, en mi caso tuve que ir con las personas de mi campamento y algunos integrantes de otros dos equipos a ver cómo eran la zonas de la isla al principio ubicamos que la playa donde estaban el barco y el campamento se encontraba al norte de la isla gracias a una de las brújulas que se lograron rescatar de aquel barco, ya cuando estábamos regresando nos encontramos con otro equipo que dijo que venía del oeste donde encontraron un gran lago, ya en la noche uno de los mensajeros de Aimar se dedicó a darnos un pequeño mapa donde se ubicaban 3 zonas de la isla, la playa, el lago gigante y una zona que ni nosotros ni el otro grupo conocía resulta que al sur de la isla se hallaba un gran conjunto de islotes que estaban muy lejos para ir nadando, tras decir esto Thaddeus nos cuenta que él fue uno de los encargados de ir al sur, y nos dice que lograron ver aquellos islotes porque estaban con uno de los grupos de exploración, eso sucedió el segundo día de haber encallado pues el primero solamente lograron dormir, debido a que ya estaba oscureciendo, al día siguiente yo estuve en el campamento ayudando con las labores en la playa y Rost dijo que al igual que yo estuvo ayudando en la playa solamente que al otro lado de esta, algo muy distinto a lo que le paso a Reynard que le toco ir al este y se encontró a otros grupos donde solo lograron encontrar grandes árboles y una exagerada cantidad de aves, y lograron rescatar algunos frutos de esos árboles, mientras seguimos hablando hasta que llegó la capitana Aimar, ella nos dijo:

- ¿Qué hacen?,

- No se preocupe capitana estamos pescando – Dijo Rost

- ¿Haciendo ruido?, saben que los peces se alejan ¿Cierto? – Dijo Aimar

Todos quedamos pensando y la capitana nos separó en secciones del estanque para pescar más, pero todos nos reíamos desde nuestras posiciones llegando al punto que no volvimos a juntar y sin pensarlo dos veces, nos tiramos al estanque no era muy profundo, pero si lo suficiente para disfrutar de este, hasta la capitana que miraba a lo lejos puso una leve sonrisa y se lanzó al estanque, cuando ella se lanzó una persona de la tripulación dijo:

- Capture un pez

Todos de inmediato empezamos a buscar peces y a atraparlos con las manos, nunca me había divertido así en años, es más nunca pensé que un marginado estaría viviendo algo así.

Era medio día cuando salimos del estanque, entre todos llevamos los pescados, aunque eran pocos, eran suficientes, otros se encontraron dentro del estanque mientras que otros fueron pescados encontrados en los lagos, todo este botín se llevaba a la playa y empezamos a cocinarlos, todos se sentaron y se empezó a repartir la comida, todos disfrutamos en grupo, incluso bailamos todos gracias a la buena música de los músicos del barco.

Unas dos horas después el primer oficial que estaba arriba de una palmera grito:

¡Oigan hay un barco cerca de la isla!

Todos nos emocionamos, de inmediato empezamos a hacer señales de humo, avivar el fuego y a gritar para que nos vieran, y tras el esfuerzo de todos vimos como ese barco cambio de rumbo, se dirigía a dónde nos encontrábamos nosotros, por fin lograríamos salir de la isla, y en poco tiempo me estaba subiendo al barco con mis amigos y la tripulación, los tripulantes de ese navío nos recibieron con amabilidad y nos dejaron descansar en los camarotes y alimentarnos.

Como en un periodo de 3 días llegamos al puerto de la ciudad más cercana al reino del oeste, la capitana nos dijo que se quedaría en esta ciudad para conseguir un nuevo barco y organizar a su tripulación, nosotros aceptamos y cuando estábamos a punto de salir de la ciudad el capitán que nos había salvado nos intercepto y dijo que su nombre era Kumakaia (El cual era amigo de la capitana Aimar la cual le dijo que si no llegaba a este puerto en 5 días tendría que buscarla en la ruta por la que llegarían al puerto y también sus alrededores), él nos dijo que unos guerreros de la región del oeste nos estaban buscando, aunque no teníamos idea de quienes eran, nosotros pensamos que era Saab, pero Kumakaia empezó a contarnos que esa gente estaba en busca de unos diges para ayudar a su compañero de guerra, la persona que nos buscaba no era Saab, era su amigo y su casi hermano, se trataba de un soldado de Saab, su nombre era Parzival, este había recibido una carta de Saab diciéndole que nos capture en la ciudad del oeste y le llevara el dige que teníamos en nuestro poder, el nuestro y el del Rey de la ciudad del oeste.

Entramos en shock estábamos paralizados del miedo, ¿Ellos nos buscarían hasta alcanzarnos?, ¿Teníamos que tomar el dige de este país?, No sabíamos que pasaría, mientras nosotros queríamos recapacitar en lo que estaba pasando la capitana Aimar comenzó a hablar con Kumakaia y le dijo que le habían pedido información tanto a él como a la tripulación, después de un rato la capitana nos preguntó que queríamos hacer si volver o morir en la ciudad del oeste, no teníamos ni idea de que hacer, pero en ese instante Rost dijo algo que nos sorprendió:

- Estoy dispuesto a hacer todo por proteger a mi país de las manos de Saab

- Así tengamos que tomar el dige de esta ciudad a la fuerza, lo lograremos – Dijo Thaddeus -

- Antes de esto no era nada, un asesino a sueldo que solo buscaba como vivir, ahora peleo por algo más grande que yo – dijo Reynard –

- Tenemos que intentarlo es todo o nada y estoy dispuesto a pelear por esto – dije motivado por las palabras de mis compañeros –

- Pero los diges no pueden ser destruidos representan al país son casi un símbolo como los ocultaran – Nos dijo Aimar muy confundida -

- No los destruiremos, tomaremos este dige antes de que Parzival lo robe y escaparemos de la ciudad – dijo Thaddeus –

En ese momento todos estábamos decididos, nuestra labor era recuperar todos los diges para evitar que Saab los obtuviera, en ese instante dejamos todo de lado, nuestra vida pasada, nuestro orgullo y nos preparamos para la mayor hazaña de nuestra vida, proteger a nuestro país y lograr proteger a la nación y la población, en ese momento Kumakaia nos dio ropa nueva y una casa donde él se hospedaba cuando llegaba a la ciudad, además nos dieron caballos y comida para el viaje y nos dijeron que entráramos por la muralla sur que era la zona menos resguardad por los soldado de Parzival y que desde ahí llegáramos a la casa de hospedaje, estuvimos arreglando un par de cosas antes de irnos cuando la capitana Aimar nos dijo que tenemos entre tres y cinco días para volver que ella conseguiría el barco y nos esperaría en la costa de esta ciudad para irnos lo más rápido y que no nos atraparan, pero solo esperaría cinco días, era lo máximo que ella podía estar en esa ciudad, entonces nos dispusimos a cumplir con nuestra labor, tomamos los caballos que nos prestaron y nos dirigimos a la ciudad del oeste la hermosa ciudad de Nad Morzem la ciudad al lado del mar.

La primera OdiseaWhere stories live. Discover now