7, 𝙍𝙤𝙢𝙚, 𝘽𝙚𝙧𝙡𝙞𝙣, 𝙏𝙤𝙠𝙞𝙤 (2/2)

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⋆⭒˚。⋆ 𝘙𝘰𝘮𝘢, 𝘉𝘦𝘳𝘭í𝘯, 𝘛𝘰𝘬𝘪𝘰
📍 :: ROMA, italia.
🗓️ :: 15 junio, 2017.

—¡Vamos! —tomé a Taylor de la mano con una sonrisa y la llevé a la fuente que estaba frente a nosotras.

Me paré frente a la estructura de mármol y me metí la mano en el bolsillo del short, saqué dos monedas de plata y le entregué una a la rubia.

La miré —A la cuenta de tres vamos a pedir un deseo. Tienes que lanzarla de espaldas y sobre tu hombro derecho, ¿entiendes?

—¿Qué no tengo que dar tres vueltas en sentido de las manecillas del reloj y tomar tres gotas de sangre de unicornio? —bromeó.

—Espero que no, no sería bonito obligar a un unicornio a darte su sangre.

Ella rió mientras se ponía de espaldas.

—¿Lista? —dije con los ojos cerrados— Uno... dos... ¡tres!

Solté la moneda tal cual las instrucciones de la fuente lo indicaban y cerré los ojos.

Escuché dos chapuzones detrás de mí y abrí los ojos dándome la media vuelta.

—Está hecho. —dijo Taylor.

—¿Qué pediste?

—No puedo decírtelo o no se cumplirá, reglas de los deseos.

Sonreí —Vaya, te lo tomas en serio.

Mi teléfono vibró en mis shorts y lo saqué  —Oh, es Rob, dame un segundo. —dije a Taylor.

—¿Todo bien, amor?

Estoy en la tienda de sándwiches pero olvidé preguntarles de qué querían. Supuse que tal vez el de pavo estaría bien para Taylor pero tú eres vegana y para ser honesto aún no entiendo mucho acerca de eso y-

Lo interrumpí con una sonrisa cariñosa en la cara —Rob, Rob... cualquier cosa que solo tenga vegetales estará bien.

Sé que es molesto, amor pero hay como 30 opciones y todas están en italiano.

Reí —Quédate donde estás, ya vamos para allá.

Colgué y Taylor y yo comenzamos a caminar hacia la tienda. Allí encontramos a Robert, parado frente a un mostrador lleno de sándwiches perfectamente envueltos en celofán. Se veía absurdamente confundido para una tarea tan simple.

Saqué mi celular y tomé una foto antes de recargarme en su hombro, causando que me devolviera la mirada.

—¿Cuál vas a llevar? —pregunté interesada.

Tres quesos e pomodoro suena bien. —dijo leyendo con dificultad el nombre del emparedado.

Sonreí enternecida —Eres muy bonito.

Me miró con las mejillas tan rojas como el jitomate de su sándwich —Tú también eres bonita.

Miré el mostrador y tomé un emparedado —Insalata del Sud será para mí.

Taylor miraba uno de los anaqueles con postales del coliseo y todos esos monumentos romanos que aún no visitábamos. Le dediqué una sonrisa cálida, parecía muy concentrada en escoger una tarjeta perfecta.

—¿Tay? —dije de manera suave, ella me miró atenta —¿Qué sándwich te llevo?

Hmm... cualquier cosa con pavo estará bien, Dayse, gracias.

Sonreí —Pavo, claro...

Salimos de la tienda y Robert me tomó la mano, llevaba una bolsa en la otra.

new year's day, 𝘵𝘢𝘺𝘭𝘰𝘳 𝘴𝘸𝘪𝘧𝘵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora