8, 𝙇𝙖𝙗𝙮𝙧𝙞𝙣𝙩𝙝

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⋆⭒˚。⋆ 𝘓𝘢𝘣𝘦𝘳𝘪𝘯𝘵𝘰
📍 :: ROMA, italia.
🗓️ :: 16 junio, 2017.

Contesté mi teléfono —¿Hola?

¡Daisy! —mi hermana menor apareció en la pantalla de mi celular con su habitual sonrisa contagiosa.

—Hola, Rory.

¿Estás ocupada?

—No, de hecho no. ¿Pasa algo?

Bueno... —Me mostró su mano y frente a mí un enorme diamante ocupó toda la pantalla.

Me levanté del sofá emocionada —¡Rory! ¡Por Dios!

¡Noviembre 2017, cariño!

Sonreí entusiasmada y me puse una mano en el pecho —Oh, Aurora... estoy tan feliz por ustedes.

Gracias, Daisy.

—¿Qué han dicho mamá y papá?

Mamá está emocionadísima por vernos a todos juntos de nuevo y papá no puede esperar a que Liam sea parte de la familia. Realmente están felices.

—Será lindo vernos de nuevo, ¿cuándo fue la última vez que nos reunimos?

Hmm... —lo pensó por unos segundos— Supongo que la navidad antes de que tu segundo disco se estrenara.

Wow... ¿tanto tiempo?

Sí, todos hemos estado muy ocupados.

—Supongo que tienes razón.

Liam habló en el fondo de la llamada, parecía que quería que Aurora le ayudara a atarse la corbata —Debo irme, Dayse. ¿Te veré en la boda?

—Por supuesto que sí.

Bien, enviaremos las invitaciones la próxima semana. Te quiero.

—También te quiero, saluda a Liam de mi parte.

¡Lo haré! Adiós.

Caminé a la cocina y me encontré a Taylor cocinando su almuerzo. Llevaba su bikini púrpura y un short de mezclilla acompañados de sus sandalias que acababa de comprar. Tragué grueso y me acerqué a donde ella estaba para tomar una botella de agua.

—¿Con quién hablabas?

—Ah, era Rory. Liam y ella se comprometieron —dije abriendo el refri.

Oh, eso es increíble. Bien por ellos.

—Sí, están entusiasmados.

Taylor me miró —¿Todo bien?

Hice una mueca —Sí, es solo... bueno, me hizo pensar mi conversación con Rob.

—Oh, Dayse...

—Está bien, pero aún duele.

—Mira... planeaba ir a la playa pero me puedo quedar contigo hoy.

—¿En serio? No quisiera arruinar tus planes.

—Tú jamás podrías arruinar nada, Daisy.

Sonreí —¿Qué tienes en mente?

—Creo que lo sabes.

Entonces Taylor y yo amontonamos un montón de cojines y almohadas en la sala y con ayuda de pinzas y sillas hicimos un techo de sábanas. Prendimos un par de velas y nos servimos cerveza en vasos de plástico. Me la estaba pasando como nunca. Solo ella conseguía hacerme reír hasta llorar y solo ella podía hacerme sentir tan bien que mis problemas se desvanecían entre olor a cerveza y dolores de estómago por tanto reír.

Solté una carcajada —¿Qué?

—Sí, Meredith iba a llamarse Rachel Green porque tenía un crush gigante con Jennifer Aniston.

Tomé cerveza de mi vaso de plástico rojo —Hubiera sido un nombre genial.

—Sí, supongo que sí.

Nos miramos por unos segundos, sus ojos índigo vagaron por mi rostro con rapidez y me lamí los labios casi por impulso, aún saboreando el amargo sabor de la cerveza. Respiré con dificultad y pude haber jurado que sentí su respiración cálida rosarme la mejilla derecha.

Casi por incercia me acerqué a ella y entonces, cuando sus ojos comenzaban a cerrarse y mi corazón empezaba a acelerarse, Rob me vino a la mente. Recordé la pelea, recordé sus besos y recordé que aún no habíamos resuelto ese problema.

—¿Quieres que te llene el vaso? —dije alejándome de ella y tomando el mío.

—Oh- El vaso... sí, gracias. —se puso un pedazo de cabello detrás de la oreja.

Me levanté del piso —Bien, ya vengo.

Caminé hasta la cocina de la habitación y tomé la botella helada de cerveza entre mis manos, me miré en el reflejo de esta y tenía las mejillas mucho más que rojas, de un bermellón brillante.

¿Qué rayos me pasaba?

Cuando volví al cuarto Taylor se había dejado caer entre las cobijas y cojines. Sus ojos estaban concentrados en su celular y su mano derecha reposaba en su vientre de manera tranquila.

—Aquí está. —Me senté junto a su cabeza mientras le entregaba el vaso.

—¿Has hablado ya con él?

Apreté los labios y miré hacia abajo revolviendo mi vaso —No me contesta las llamadas.

—¿Aún no?

—He intentado llamarlo desde que volvimos de cenar. Tiene como 40 llamadas perdidas mías.

—Lo siento.

—Está bien... De todos modos supongo que no tenía sentido estar en una relación que no me llevaría a ningún lado.

Se levantó y me miró —Mereces estar con alguien que quiera lo mismo que tú.

Ahí estaba ese sentimiento de nuevo. Las mejillas se me pusieron rojas y sentí un millón de mariposas revoloteando dentro de mí.

—Tú eres Juliet. —dije en un impulso.

—¿Qué?

Me dí cuenta de lo que había dicho y si era posible, sentí que la cara se me puso aún más roja. Ella sonreía, siempre lo hacía cuando yo me derretía en vergüenza. Respiré ondo y la volví a mirar.

Juliet, la canción es sobre ti. —dije avergonzada esperando su reacción.

Ella sonrió y me puso un mechón de pelo tras la oreja —Lo sé.

Fruncí el ceño confundida, sintiendo sus suaves manos rozarme la mejilla con delizadeza —¿Ya sabías?

—Por supuesto que sabía, nadie más aplaudió como yo lo hice cuando ganaste tu premio.

Sonreí —Fui bastante obvia, ¿cierto?

—Es de las cosas que me gustan de ti.

—¿Cosas? —dije aún asombrada.

—Vamos, Daisy... no crees que 1989 se lo escribí a Styles, ¿o sí?

—La línea de 'Mirada de James Dean' no habla precisamente de una chica, Taylor.

—Tienes razón, no habla de una chica, habla de chica.

Fue ahí que las piezas se unieron en mi cabeza:

Oh no... me estoy enamorando.

new year's day, 𝘵𝘢𝘺𝘭𝘰𝘳 𝘴𝘸𝘪𝘧𝘵Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon