new year's day, 𝘵𝘢𝘺𝘭𝘰𝘳 𝘴𝘸𝘪𝘧𝘵

10, 𝙎𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙨, 𝙘𝙧𝙤𝙬𝙙𝙚𝙙 𝙧𝙤𝙤𝙢

⋆⭒˚｡⋆ 𝘔𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘴𝘦𝘤𝘳𝘦𝘵𝘰𝘴, 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘵𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘳𝘦𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦
📍 :: NYC, nueva york.
🗓️ :: 24 de Junio, 2017.
‼️:: escena +18

Todo el camino a casa de Gigi y Zayn mi mano derecha descansó en el muslo de Taylor. Íbamos atrasadas, después de nuestro pequeño... encuentro, nos tuvimos que volver a peinar, maquillar y básicamente arreglarnos de nuevo, cosa que nos llevó, por lo menos, cuarenta minutos, en los que Gigi nos llamó dos veces: la primera enfadada y la segunda disculpándose por la primera pidiendo que lleváramos hielo —cosa que nos tomó diez minutos extra—.

Finalmente llegamos, Zayn nos recibió con un abrazo a cada una y ofreció ayudarnos a cargar el hielo, sin embargo Taylor se rehusó y ella misma lo cargó a la cocina.

—¿Dónde está Gigi? —pregunté sentándome en el sofá.

Zayn sonrió —Ya viene, está un poco ocupada.

Taylor se sentó junto a mí, removiendo su copa de vino. La música suave era algo agradable y el olor de la cena se colaba en la sala desde la cocina, causando que se me hiciera agua la boca. Zayn era un excelente cocinero.

—¿Cómo va todo con el disco, Dayse? —preguntó el moreno.

—Oh, va genial, gracias. De hecho estamos casi listos para anunciarlo.

—¿Ya tienes un nombre?

Miré a Taylor sonriente —Sí, Juliet.

La rubia me devolvió la sonrisa y ladeé mi cabeza, ella sabía que el disco era una carta de amor enteramente para ella.

Zayn sonrió con malicia, como si supiera que escondíamos algo —Juliet. —repitió— Es lindo, me gusta.

—A mí también me gusta. —respondí.

Los tacones de Gigi resonaron mientras bajaba las escaleras y todos la miramos.

—¡Gigi! —dije sonriente caminando hacia ella.

—¡Por Dios! —exclamó Taylor.

Gigi rió y se puso las manos debajo de la barriga —¡Sorpresa!

Zayn se colocó detrás de ella y le puso las manos en los hombros mientras Tay y yo seguíamos sorprendidas por la repentina noticia.

—¿Cuántos meses tienes? —pregunté emocionada.

—Cinco y medio. —admitió sonriente.

—Es una increíble noticia, chicos. ¡Estoy tan feliz por ustedes! —exclamó Taylor mientras abrazaba a la pareja.

—Gracias, Taylor.

Me limpié las lágrimas —Oh lo siento... —sorbí por la nariz— Son fantásticas noticias.

—Aw, Dayse. —Gigi me rodeó los hombros con cariño.

La cena fue de manera común. Brindamos por el nuevo bebé Malik-Hadid, por mi nuevo disco y por las amistades duraderas. Zayn sirvió lasaña, la comida favorita de Taylor y ensalada César, mi ensalada favorita. Conversamos de todo y la botella de vino comenzaba a vaciarse rápidamente.

A la mitad de la conversación, sentí la mano de Taylor posarse sobre mi rodilla, trazando figuras ageométricas causando que me sonrojara. Le dediqué una mirada sugerente, ella respondió con un gesto dominante.

—Así que, Daisy... —dijo Gigi cortando la lechuga de su ensalada— Escuché que tienes un nombre para el álbum. Juliet es hermoso, ¿cómo se te ocurrió?

La mano de Taylor se movió a hacia mis muslos, causando que brincara un poco en mi asiento —Oh... uhm- Pues... Juliet me parece muy bonito y siento que quedaba a la perfección con toda la estética del álbum...

—Sí es un nombre precioso... —dijo Gigi.

Reí nerviosa mientras la mano de la rubia sentada a mi lado comenzaba a levantar mi vestido —Lo es. Hablando de nombres, ¿tienen ideas para su bebé?

—Khai si es una niña, Araav si es un niño. —dijo Zayn.

—Aw, Araav es muy bonito. —dijo Taylor con una sonrisa en la cara. Parecía esconder muy bien el hecho de que sus dedos comenzaban a acercarse a donde ella los quería.@

—Lo es, significa el que es pacífico'.

—Oh, Bella debe estar emocionadísima, ¿cierto? —pregunté tragando grueso, intentando guardar los suspiros en lo fondo de mi garganta.

Gigi asintió —Por supuesto que sí, ya está en su papel de tía y todo. Se ofreció a organizar el baby shower, al que por supuesto están invitadas.

—Ay, gracias. —dije con la respiración agitada, causando que la pareja frente a mí me miraran divertidos —¿M-Me disculpan un segundo? —sonreí nerviosa. —Taylor, ¿puedes enseñarme dónde está el baño? —Era la casa nueva de Gigi y Zayn y me pareció una fantástica excusa.

—Yo- Por supuesto —Taylor sonrió y se puso frente a mí para "guiarme" al baño.

—¿Estás loca? —dije entre dientes cuando estuvimos en el baño.

Ella me dedicó una sonrisa traviesa mientras se cruzaba de brazos —Parecías disfrutarlo.

—Ese no es el punto. —suspiré— Creo que empiezan a sospechar.

—Que sospechen entonces, Dayse... piensan que nos conocen pero no saben nada de nosotras, te lo aseguro.

Me acerqué a ella y le besé los labios. Reposé mis manos en sus hombros y le sonreí —¿Quieres irte?

Ella asintió —Uh-Huh...

—Bien. —me lamí los labios— Diles que te llamaron del estudio y que tenemos que ir a arreglar un no sé qué.

—Mira qué me haces hacer, Peterson.

Le guiñé el ojo —Habrá recompensa, cariño.

Después de unos minutos bajé las escaleras, Taylor ya había comenzado a decirles todo acerca de la supuesta llamada que recibió.

—¿Tan pronto? —dijo Gigi decepcionada cuando la rubia le comentó que debíamos irnos.

—Lo siento, Gi, prometo que nos veremos pronto.

Nos despedimos de nuestros amigos y nos subimos al coche, Taylor había tomado un poco más que yo, por lo que nos pareció buena idea que fuera yo quien manejara.

En cada semáforo ella me robaba un beso rápido y mientras manejaba por las avenidas sus húmedos labios recorrían mi cuello, causando que la lluvia no fuera lo único que resonaba en las ventanas.

—Tay... —gemí apretando el volante con fuerza, echando mi cabeza hacia atrás.

Se detuvo justo debajo de mi oreja —Dios, eres sexy cuando dices mi nombre así.

Tragué grueso —No puedo esperar a casa... te necesito.

—Solo faltan un par de calles, yo sé que puedes hacerlo.

El claxon de los autos detrás de nosotras hizo que el momento se esfumara y volviera a pisar el pedal. El estómago me revoloteaba y las manos me temblaban con solo el pensamiento de su tacto recorriéndome la piel.

Llegamos a casa y casi instantáneamente Taylor se arrojó contra mí. Aventamos las llaves del auto y casa en el suelo y subimos las escaleras hasta su habitación con urgencia.

Comencé a bajar el cierre de su vestido, revelando su ropa interior. Le besé los labios, las mejillas, el cuello, el pecho mientras el dulce aroma de su perfume me embriagaba los sentidos. Ella se aferró con fuerza a mis hombros.

—Dayse... —gimió contra mi oído.

Fue como si el mundo se me detuviera.