Prólogo.

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Siempre me he estado preguntando a mi mismo, ¿Que me sucedería si muero? Desde hace mucho la humanidad creían que a morir iríamos a cielo o infierno dependiendo de nuestra acciones desde que nacemos. Otros creen que dejaríamos de existir o terminaríamos reencarnado.

Pues...acabo de morir tras haber chocado mi automóvil contra lo que parecía ser un restaurante. Había personas viendo horrorizada la escena, yo también veía como mi cuerpo se quemaba por el fuego ocasionado por la explosión de mi vehículo. Para ser sincero esperaba que fuera más dolorosa...me siento un poco decepcionado.

-Si mi cuerpo esta ahí... entonces, ¿Que soy?-

Trate de mírame a mi mismo pero no he podido distinguir lo que soy...parecía mi cuerpo, pero todo era iluminadamente blanco. ¿Soy un ángel? ¿Un fantasma? Sea lo que fuera ya no me importa. Sería mejor de trata de recordá que fue lo que hice hoy, tal vez descubra que fue lo que me ocasiono este accidente... regresemos hace 10 horas.

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Era un día aburrido como cualquier otro, yo me despertaba desde la 6:00am para ir a trabajar. ¿Que cuál es mi trabajo? Pues solo soy un profesor de medicina de una universidad un poco cerca de donde vivo. Me levante de la cama y después fui a la cocina.

- Buenos días.-

-...-

-Jeje, ¿A quien engaño? Vivo solo.-

De seguro piensan que es algo triste, pero me gusta así. No suelo hablar con mis vecinos a excepción de preguntarle si a ellos también se le había ido la luz. Mis padres estaba muerto, y solo tenía a mi hermano mayor...que la verdad, no nos llevamos nada bien.

-¡Miau!-

-oh, luna. Buenos días.-

En realidad no vivía totalmente solo. Tenía a mi fiel gata de color blanco, Luna. Aunque de vez en cuando se desaparece por un tiempo. ¿Que tanto hace Luna afuera? Solo espero que no se esté apareando con otros gatos. Aunque eso suena lo más lógico.

Hice mi desayuno y le servir los típicos alimentos gatunos a luna, después de que terminara su comida se había ido de la casa, otra vez. Mientras yo después de desayunar me puse un traje de color marrón. (Por si se pregunta cuál es mi edad tengo aproximadamente 41 años.) Luego me peine el cabello, nah es broma...soy calvo.

("La vida de un adulto, nunca fue como me lo imaginaba cuando era solo un niño")

Dejemos aun lado mi pensamiento y avancemos un poco. Salí de mi casa y fui directo a lugar donde yo trabajo con mi automóvil que había heredado de mi padre. A llegar lo deje en un estacionamiento, entre en la universidad y mientras caminaba por los pasillos algunos de mis alumnos favoritos me daban los buenos días.

Avancemos un poco más...ya era hora de que diera la clase del día. Fui a salón y habían un total de 23 alumnos. Apenas entre casi todo se sentaron en su respectivo asiento, me diero. Los buenos días para luego yo responderle lo mismo.

- Buenos días. Ayer les había mencionado sobr....¡Oye! Klaus, entregarme tu celular.-

-No espera profe, ya termine de usarlo.-

- Si te vuelvo a ver usándolo te lo voy a decomisar hasta el fin de semana.-

-Si~, ya entendí.-

Klaus, es mi peor estudiante. No hay ni un solo día que no le llamé la atención, y si fuera poco, sospecho que se copia de sus compañeros. Pero creo que yo soy el responsable de que él siga estando aquí. Tal vez ya sea hora de decir algo para que lo expulsen de una vez.

-¡Ya te vi! Entregarme tu celular.-

-Pero...-

-¡Ahora!-

Mi segunda vida como RaissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora