Capitulo 2

376 39 21
                                    

—¿Y bien?...¿Ya te decidiste?-(luna)

—Si...ya elegí mi decisión.—

Aunque me era difícil elegir, finalmente me había decidido. Suspiré profundamente y luego respondí.

—Quiero volver ser un hombre.—

——————

Capitulo 2: ¡Quiero mucho a mi nueva familia!

2 años antes...

Perspectiva de Naida.

Mi nombre es: Naida Meyenii, soy la hija mayor de mi familia, tengo 5 años y soy un Niasgaz khaoligth. Hoy nació mi hermana menor, mis padres decidieron nombrarla Raissa Meyenii. Su piel es pálida y blanca, y como era de esperarse, su pelo, orejas y cola son de color blanco igual que toda mi familia. Mi madre estaba muy contenta, jamás la había visto sonreí de esa manera, hasta me ofreció en que cargará a mi hermanita y me presentará, yo dude un poco pero la verdad quería verla más de cerca. Seguí la orden de mi madre y me había acercado. Mi hermanita parecía tenerme miedo, lo sospeché cuando vi que agarro la camisa de mi madre y me veía como si yo fuera un monstruo.

—Ten.—*dijo mi madre*

Yo asentí con mi cabeza y levanté mis brazos para recibirla. Mi hermana se negaba en venir conmigo, pero aún así pude tenerla en mis brazos. No era tan pesada como me lo imaginaba. No podía verle sus ojos por que la tenía cerrados, pero a verla más de cerca note que realmente eramos parecidas, nuestro rostro eran casi idénticas. A final abrió los ojos y me miro fijamente como si esperaba que hiciera un movimiento. No era muy buena sonriendo, pero aún así intenté sonreírle. Apenas le mostré mi sonrisa, mi hermana se puso a llorar.

— Tranquila, tranquila... Raissa. Yo me llamo: Naida.—

Intente calmarla mostrándole está vez, una sonrisa dental, pero lo único que hice fue hacerla llorar más fuerte.

—Raissa, tranquila.-(mi madre)

Le devolví mi hermanita a los brazos de mi madre. No sé cómo lo hizo, pero mi hermana se había calmado estar con ella, y después cerraba sus ojos lentamente hasta quedar profundamente dormida.

—jeje, es tierna.–(mamá)

—Si~... pero creo que me odia.—

Dije desanimada con mi mirada decaída. Tal vez le di una mala impresión cuando le mostré mi sonrisa. Que tonta fuí, de seguro es por eso que no pude tener amigos en la escuela.

—No te odia, es solo que aún no te conoce.—

—Eso espero...—

—¿Te pasa algo?—

—Nada, es solo que...no pude hacer ni un solo amigo en la escuela.—

—Recuerda que hoy fue tu primer día, aún te queda mucho tiempo. Estoy segura de que conseguirás tener amigos en quién confiar y ellos también lo harán contigo.—

— Tienes razón. Gracias, mamá.—

Mamá me había levantado mi animo. Aún me queda esperanza. Si...todos los caminos se unen, nadie está solo. ¿Verdad?

Un año después...

Creo que ya perdí la esperanza. Durante mi primer año escolar no he podido hacer ni siquiera un solo amigo. Intente ser yo quien diera el primer paso, pero lo único que gane fue que se distanciarse y se dispersen rumores desagradable sobre mi. Ahora soy la niña que siempre se sienta en la última mesa para evitar a los demás. Ahora estoy en mi segundo año escolar, mis compañeros son casi los mismos que el año pasado, a excepción de algunos nuevos.

Mi segunda vida como RaissaWhere stories live. Discover now