Muy cerca

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Odasaku quien salía del baño se acercó a hablar con Dazai y Chuuya explicándoles que él fue quien los llevó con Mori-san luego de escuchar gritos del pequeño albino.

«—Cuando entre a la casa busque desesperadamente a Dazai y también a Atsushi, hasta que los encontré a ambos en el piso con Dazai sangrando por la nariz exageradamente y tú también Chuuya-kun sangrando por tu estómago. Por otro lado Atsushi estaba en shock así que lo saque de ahí y los metí al auto, dejando Atdushi solo.
Afortunadamente cuando regrese Atsushi ya estaba más calmado pero aún así tenía miedo y preguntaba por ambos, me quedé con el ayer y hoy pero... parece que ya tengo que irme.»

Eso había dicho Odasaku tan desinteresado por lo sucedido pero preocupado únicamente por Atsushi, y puesto que Dazai solo tenía la nariz rota, no había necesidad de preocuparse por eso. Al final solo pregunto por el bienestar de ambos,  asegurándose de que ya no habría problemas, y despidiéndose de Atsushi salió de la pequeña casa.

—¿Ya durmió Atsushi?— El castaño se sentó en uno de los sillones poniendo una taza de té y una de café sobre la mesita de sala.

—Si— Cortó Chuuya acariciando los cabellos del pequeño con aspecto descuidado.

Por un rato Atsushi estuvo llorando mientras abrazaba cuidadosamente a Chuuya y le decía lo mucho que tuvo miedo, y en su intento de consolación Chuuya terminó durmiendo a Atsushi con la cabeza sobre su regazo.

Para Chuuya no era fácil escuchar llorá a un niño era la primera vez y eso hacia que se sintiera culpable.

También era extraño el ambiente, todo era silencioso solo se escuchaba el sollozo del niño que dormía. Además aunque estaba con Dazai, está vez estaba siendo muy tranquilo y el aspecto que tenía... lo hacía ver muy diferente.
Ropas anchas, una playera negra suelta, un pantalón para dormir azul opaco... y esas vendas que nunca se quitaba.  Realmente no parecía lo un ejecutivo de la Port Mafia que viste con traje negro y una gabardina del mismo color. También se veía chistoso con su nariz hinchada, morada por los coágulos de sangre dentro de esta, y una gasa pegada a esta, de hecho solo respiraba por la nariz. Sin darse cuenta, Chuuya solo se fijo en el aspecto que Dazai tenía.

—¿Que tanto vez?— se quejo Dazai.

—¿Hay algo que tengo que ver?— dijo presumido el ojiazul.

—Clarooo— alargó su palabra —que si. Hay mucho que ver aquí— puso su mano sobre su barbilla, cruzando sus piernas de manera presumida.

—¡Ja! No sabes lo ridículo que te vez, esa nariz hecha un lío— Chuuya parecía querer reírse de la situación.

Ugh, eso había herido el ego de Dazai sabiendo que muchas mujeres morirían por el. Incluso alguno que otro hombre admitía que Dazai sería un alfa que llenaría las  necesidades de cualquier omega.

«Dazai se ve molesto aunque trata de ocultarlo»

—¿Ah?— los ojos de Chuuya se hicieron grandes sacándolo de sus pensamientos cuando vió a Dazai acortando la distancia, demasiado a decir verdad.

Dazai agarró la barbilla de Chuuya con una mano y con la otra recargó su peso sobre el borde del respaldo del mueble. Había sido muy rápido.

—¿En serio te parezco ridículo?— soltó con vos gruesa —No digas tonterías petite. —Sus labios se curvaron en una sonrisa presumida.

Nakahara ni siquiera sabía cómo reaccionar, en su corta vida nunca había tenido ese tipo de acercamiento con alguien ajeno ni con  mujeres ni con hombres lo cual lo ponía tan nervioso y acalorado.

Me acostumbré a tu ser humano. Where stories live. Discover now