El celo llegó.

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Dazai por alguna razón no estaba en la casa el día de hoy. A lo mejor salió a comprar algo, eso fue lo que pensó Chuuya porque al despertar e ir al baño no había ningún ruido.

El día anterior después de la llegada de Chuuya este solo estaba recostado aunque ya había encontrado la manera de moverse sin dañarse usando su habilidad.

Después del desayuno no cruzó palabras con Dazai hasta la comida, con preguntas banales y después de eso Dazai se iba a dormir a su habitación dejando solos a Chuuya y Atsushi en la sala, bueno... Atsushi iba de vez en cuando a ver a Dazai a su habitación y se la pasaba un rato ahí también. Y cuando llegó la noche Chuuya ya estaba acostado con Atsushi, ya no cenaron por lo que se fueron a dormir temprano. El único que ceno fue Dazai.

O eso pensó Chuuya porque de pronto toda la casa olía a café, un café bastante amargo.





***



—Aaagh es tan molesto.

El castaño se tiró a la cama, una cama desconocida, igual que la habitación entera.

El día de hoy Dazai dormiría en otro lugar, uno alejado de cualquier omega que estuviese cerca. El celo de Dazai ya había llegado y afortunadamente solo es un celo de un día para el.

Aunque era extraño, su celo llegó antes de lo esperado, aunque ya estaba cerca, llegó de golpe y Dazai no sabía porque. Aún así tenía que alejarse de la casa al menos por hoy mientras Chuuya está ahí. Y también sería molestó para Atsushi ver a alguien en ese estado.

Lo mejor era dormir ahora mientras el celo pasaba, porque aún Dazai ya había tomado unas pastillas para aliviarse... no fue tan eficaz así que solo quedaba la opción de dormir, claro, si su celo se lo permitía.




***


—Atsushi. Ya llegué— se quitó los zapatos mientras anunciaba su llegada.

—¡Chuu-san!— Gritó emocionado el peliblanco corriendo con sus pequeñas piernas hacía su mayor, que por cierto había optado por decirle "Chuu-san" como apodó.

—Oye, Dazai te descuido mucho. ¿Sabes que compre?— Dijo Chuuya levantando las bolsas que tenía en sus manos.

—¿Que es eso Chuu-san?— Atsushi estaba muy curioso por saber acercándose para ver el contenido de las bolsas.

—Te enseñaré luego de que desayunemos
¿Va?— Formó una sonrisa para convencer al pequeño.

Ambos desayunaron un vaso de leche y hot cakes, que la verdad es que Chuuya tuvo que aprender una receta porque no es de las personas que suelen cocinar pero las pocas que lo intenta debe admitir que hace delicias y aquellos que han probado sus comidas también lo saben.

Hot cakes... algo que nunca había probado Atsushi. Era algún tipo de pan delicioso que en la superficie tenía chocolate, dulce de leche, chispas de chocolate, mermelada. Chuuya compró todo eso solo para los hot cakes del pequeño. Y Chuuya también disfrutaba de ese desayuno tranquilo. Aunque el estado de la casa no era el mejor igualmente ya se le hacía familiar y estar al lado del pequeño que devoraba su postre lo hacía feliz.

«Estoy ansioso por que vea lo que compre para el»

Todo lo que compro Chuuya era del dinero que Dazai había dejado a lo alto de la estantería para que solo Chuuya lo viera. También había una nota, que decía que estaría todo el día fuera por una misión y que al siguiente día regresaría. Dejó bastante dinero por lo que Chuuya se dio el lujo de comprar lo que quisiera, o al menos lo que más le interesaba tener ahora.

Me acostumbré a tu ser humano. Where stories live. Discover now