Nueva faceta de Chuuya.

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—Calmate, solo sígueme el juego— Susurro. Chuuya no entendía nada, ¿Por qué de repente lo tenía contra la pared? Pero... "Sígueme el juego"

—Bastardo— Susurro Chuuya.

—Dejame poner mi cara en tu hombro.

—Idiota ya te dije que no quiero que me toques y si estás así para hacer tus estupideces entonces renunciaré a esto— Todo entre susurros.

—¿Recuerdas que te dije que hay algo urgente para decirte?— Cierto. ¿Tan urgente como para hablar entre susurros? ahora entendía un poco el porque Dazai estaba así, pero aún así esa excusa era muy estúpida y lo avergonzaba.

—Adelante— Dió permiso para que Dazai recargara su rostro sobre su hombro.

—No tengo otras intenciones— la respiración de Dazai hacía cosquillas en el cuello de Chuuya.  —Se que esto te incomoda y te trae recuerdos— habló serio y con tranquilidad. Era cierto, aunque Chuuya casi no recordaba los hechos cuando paso su celo con Dazai seguía ese desagradable recuerdo de que Dazai lo había tocado —pero es necesario, solo te pido cooperación.

—¿Que quieres?— preguntó bruscamente.

—Ayer me pediste que tomará cualquier rol que no sea molestarte—Sonrio como si se divirtiera con lo siguiente que diría —Pues actuemos como unos adolescentes hormonales ahora mismo, necesito llevarte a una habitación, y necesitamos permanecer juntos para que te diga lo que ví.— Era exagerado decir que las cámaras y micrófonos estaban por todas partes, pero era realmente así.

¿Estar a solas en una de las habitaciones de los que vigilan? Eso hacía dudar a Chuuya.

—Ya te lo dije, no tengo otra intención— Bueno en realidad lo único que se mantenía en contacto era la cara de Dazai y su hombro entonces...

—Esto me incómoda, así que date prisa.

—Asi lo haré, solo coopera y ven— Dazai se separó y lo jaló de la muñeca hasta adentrarlo a una de las habitaciones de los que vigilan y terminan pasando la noche en el hotel.

Las cámaras ya los habían detectado haciendo algo sospechoso y los guardias detrás de las cámaras...

—Oye, ¿Esos son los nuevos verdad?— Preguntó un guardia. —Tenemos que decirles que no pueden hacer sus cosas aquí—

—Aaah tienen 16 años ambos, justo están en la época de calentura— Respondió un guardía mujer.

—Aun así, este no es lugar para sus cursilerías o lo que sea, vamos a regañarlos— Dijo enojado.

Dentro de la habitación Dazai logró ver un par de cámaras y un par de micrófonos. Por lo que bajar la guardia no era opción. Así que siguió caminando con Chuuya hasta empujarlo a la cama. Y antes de que Chuuya pudiera reaccionar Dazai puso su cuerpo sobre el de Chuuya cubriéndose a ambos con una de las sábanas.

—¡Maldito bastardo!— pataleo intentando quitar la sábana que los cubría.

—Callate estupido te pueden escuchar— Siguió susurrando Dazai.

Chuuya no era tonto sabía que por algún lado estaba algún micrófono.

—Necesitamos que no nos vigilen. Así que vamos a hacer algo que no te va a agradar pero tampoco me importa— La boca de Dazai estaba muy cerca del oído del pelirrojo, y los cabellos rojizos rozaban con la piel de Dazai.

—Pues entonces rápido porque pesas mucho— empujó a Dazai desde los hombros para alivianar el peso.

—Tu no pesas casi nada Chuuya, debe ser por lo pequeño que eres— y llevó una mano a la cintura de Chuuya.

Me acostumbré a tu ser humano. Where stories live. Discover now