10

160 18 40
                                    

10 | Consecuencias.

— Hola. — Saludó la castaña. — Pensé que no ibas a venir.

— Siempre puedo si se trata de vos.

Una sonrisa cargada de nerviosismo invadió a Anabela, verdaderamente aquel chico comenzaba a cautivarla en muchos aspectos que la empezaban a hacer dudar de las intenciones del morocho.

— ¿Se enojó tu amigo? — Cuestionó. — Como no vino.

— ¿Juli? — Negó. — Había quedado con su novia.

Tomás sintió su felicidad incrementarse. El hecho de que el mejor amigo de aquella chica que le interesaba tuviese novia lo relajaba completamente. Más aún cuando ese amigo es el propio Julián Álvarez, sabía que no competiría contra él, y esto facilitaba las cosas.

Julian habría deseado con todas sus fuerzas ir a ver películas con su mejor amiga pero sabía que era lo correcto y donde deberían estar sus prioridades. Partió a la casa de Sofia disculpándose con Anabela por fallarle y prometiendo que lo dejarían para otro día, con una molesta en su pecho, un presentimiento o hasta una mala intuición. Julian se enteraría en ese momento que la vida es un juego, y que las acciones formaban un camino, así como cada decisión tenía una consecuencia instantánea.

— Hola amor. — Dejó un beso en sus labios, haciéndolo sonreír. — ¿Cómo te fue hoy?

— Bien. — Respondió. — ¿Y tu día?

— Bien amor, estuve en el local todo el día. Te extrañe.

El castaño se limitó a abrazar a su novia, su cabeza no estaba ahí definitivamente y solo podía esperar que se acostaran a dormir juntos de una vez para evitar seguir pensando más en otra chica. Aquella fue una larga noche, su instinto le pedía respuestas y no lo dejaban relajarse ni por un momento, a pesar de tener a su novia durmiendo a su lado sentía que la decisión que había tomado lo dejaría arrepentido en un futuro no muy lejano pero no entendía el porqué de aquella sensación así como no soportaba el no saberlo pronto.

Su insomnio lo mantuvo firme a sus redes sociales toda la noche, era lo único que le quedaba por hacer ante su evidente falta de sueño. También esperaba una respuesta de su amiga que no había contestado a sus últimos mensajes ni dado señales en las últimas horas.

¿Qué estaba haciendo para no responder? ¿Vio la películas ella sola?

Julian tenía en la cabeza una vaga idea de que su mejor amiga habría encontrado una compañía que compartiera su plan ante la negativa que él le había dado y no toleraba la idea de imaginar que llegara a ser aquel chico que tanto lo había molestado en la mañana. Inquieto se removió en su cama una y otra vez, pensando en la excusa perfecta que le permitiera volver a enviar un mensaje pero sin levantar sospechas de las razones por la que lo hacía.

Cuando el décimo mensaje del jugador resonaba en el celular de Anabela fue el momento en que decidió silenciar aquellas notificaciones y seguir disfrutando de la película. Habían pasado la noche en una maratón de la saga de "El Conjuro" que la estaba manteniendo muy despierta y, sobretodo, sumamente inquieta. Verdaderamente la castaña disfrutaba las películas de terror y lo que estas generaban en ella, se divertía en el momento que caía en cuenta de los saltos que pegaba por aquellos sustos y disfrutaba compartir aquel momento con alguien.

Y si hablamos de disfrutar, Tomás estaba encantado con tener a aquella linda chica a su lado acurrucada. Él la protegía, era su momento y no se le escaparía de las manos semanas después de estar conociéndola con tanto entusiasmo. Conocía de memoria cada una de las películas, podría verlas en su mente si quisiera y estaba seguro que el momento que se aproximaba haría a Ana esconderse en sus brazos inmediatamente. Allí actuaría.

Esperándote | Julián ÁlvarezWhere stories live. Discover now