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11 | No soy yo.

- ¿No viene tu enamorada?

El cordobés dejó un fuerte tirón de cabello en la cabeza de su mejor amigo, habían pasado tres semanas desde que Anabela le había confesado a Julian haberse besado con Tomás y estar en una relación inconclusa que a partir de ese momento no dejó de avanzar ni un solo segundo. Hasta finalmente volverse algo oficial que obligó al jugador a correr a desahogarse con su amigo del club quien, luego de un claro festejo en su presencia tras tener la razón, sólo se dedicó a repetirle cada día la importancia de que confesara sus sentimientos de una vez por todas antes de que esa relación siguiera su curso y todo fuera demasiado tarde o, peor aún, mucho más complejo.

- Te recuerdo que sigo teniendo novia, pelotudo.

- A otro boludo con ese cuento.

- ¿Osea que sos un boludo?

- No paran de discutir un rato ustedes dos. Increíble.

Ambos reconocieron aquella voz rápidamente, contaban con la presencia de la castaña en el monumental para ese partido. Verdaderamente, el delantero jugaba mejor si estaba ella entre el público alentandolo. Por lo que esperaba pacientemente su llegada, salvo que no su compañía.

- Ah. - Dijo cerrando su sonrisa. - Hola.

- Julián. - Saludó el morocho, entregandole su mano. - Un gusto.

- Igual.

Ana lanzó una mirada de ayuda a Enzo notando la poca predisposición de Julian para con su novio. Sinceramente la castaña no terminaba de entender como se sentía su mejor amigo ante la relación que tenía, parecía que su boca cada vez que ella lo cuestionaba decía una cosa y sus ojos al mirarla le gritaban otra distinta que no lograba descifrar. En su cabeza la situación era bastante ideal, ambos con parejas con quien compartir, no entendía que podría haber de malo en aquella situación para que el jugador cambiará su temple tan repentinamente cada que ella mencionaba a Tomás. Aunque aún así pensó que llevándolo a la cancha del club de sus amores llegaría a relajar esa tensión, quizá y solo quizá si Julian conocía en persona a Tomás se daría cuenta que no había nada de malo.

Quizá se había equivocado un poco.

- Hola amigo. - Intervino Enzo, pasandole la mano. - ¿Todo bien?

Ana sonrió cerradamente sintiendo la tensión bajar mientras dedicaba una mirada de confusión a su mejor amigo. Quizá retandolo un poco.

- ¿Y esta reunión? - Se oyó la voz de Montiel. - Eh. Hola.

- Él es Tomás. - Habló Enzo. - Novio de Ana.

Había bastado el cambio de tono y la mirada que se dedicaron para que Gonzalo supiera que debía sacar a Julian de allí. Los chicos de River se entendían a la perfección en todos los sentidos y, más aún, después de escuchar aquella presentación.

- Uh. - Dijo espontáneamente. - Julian sabes que, me acorde, te llamaba muñe. Para eso vine, vamos.

- ¿Muñe?

- Si, vos camina confía en el proceso dale.

Había sido fácil salvar al delantero de esa situación, más no lo sería sacarlo de aquella decepción al ver a su mejor amiga llegar al club de sus amores con alguien más de la mano. No lo decía pero no fue lo mejor que le pudo pasar y menos antes de un partido. También a pesar de intentar con todas sus fuerzas quitarse aquel sentimiento del pecho antes de que su novia llegara a verlo jugar. Sintiéndose aún peor.

- ¿Estás bien amigo?

- ¿Cómo lo va a traer acá? - Cuestionó. - Me va a matar de depresión.

- Y, es el novio amigo. Podía pasar.

Esperándote | Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora