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*Harry*
La actitud del profesor Snape no deja de confundirme, me atemoriza y por momentos me avergüenza de sobremanera, si lo que viví hace instantes con el profesor Lupin fue lo suficientemente fuerte como para dejarme un trauma, esto amenaza con superar con creces lo anterior. Pienso que esto es una ironía, un simple capricho del destino, ya que sé de ante mano que la vida de las chicas no es ni de cerca como el hechizo se está esforzando por hacerme creer.
No quiero hacer esperar mucho a Snape, cuánto antes termine esto será mejor, más aún cuando está tratando de regresarme a la normalidad. Mientras me quitaba la ropa admiraba su espléndida habitación, es rústica y perfecta. Deslicé mi falda hasta dejarla en el suelo y la pateé lejos por si acaso, me quité la camisa que hubiera deseado quemar también viendo lo sudada y sucia que está, pero aún así la arrojé a algún sitio junto con la falda, no traigo sostén pero tal y como me lo pidió me dejé las bragas puestas, él tiene razón, están sucias, mojadas en un líquido espeso que al parecer es mío ya que no hay manera de que le pertenezca al profesor Lupin, pero eso es algo que solo él y yo sabemos, que no cruzamos el límite más importante. Que Snape lo haya notado me hace darme cuenta de que me ha estado observando más de la cuenta y logra avergonzarme de tal manera que no quisiera salir de este cuarto nunca, para no volver a verlo al abrir la puerta, cómo ves a la cara a una persona que te dice algo así?... Me bebí la poción de un trago, al tragarla me abrumó la sensación de acidez de mis entrañas pero fue temporal, realmente no tiene sabor así que fue fácil beberla, una luz me abrazó desde adentro hacia afuera más una calidez familiar y dejando caer mis gafas al suelo, cerré mis ojos con fuerza hasta que sentí que la luz se apagó y el frío invadió mi cuerpo de repente. Cuando abrí mis ojos no me sentía diferente, pero al acercarme a un espejo de cuerpo completo que había en la habitación comprobé que me veía distinto, volví a ser yo. Esto es genial! No pude evitar emocionarme al respecto así que poniéndome la falda provisoriamente para tapar mi vergüenza, abrí la puerta de la habitación con notoria felicidad, Snape se quedó viéndome con asombro y un apenas imperceptible orgullo.

-Potter «balbucea» funcionó. «yo asiento moviendo mi cabeza con brusquedad mientras sonrío ampliamente»
-Soy yo profesor, otra vez soy yo! «las lágrimas resbalan por mis mejillas pero son de plena felicidad y soy consciente de que mi rostro está rojo en este momento» usted lo logró!
-Eso... parece «luce muy sorprendido» increíble «murmura mientras me inspecciona de cerca» debo admitir que la falda le sienta bien, Potter «se permite bromear, eso denota que está contento»
-Verdad? «le sigo la corriente y tomando la falda de sus puntas doy un giro luciéndola» al fin he vuelto a la normalidad...

Creí ver algo parecido a una sonrisa en el rostro de Snape y se sintió bien, pero esa felicidad compartida no duró demasiado, su expresión cambió por una completamente distinta.

*Snape*
Realmente me hizo feliz ver que logré crear el antídoto, estaba orgulloso de mí, pero minutos después comencé a ver qué Potter emanaba un fino hilo de energía morada, teniendo mi investigación como base me di cuenta enseguida que se trataba de las feromonas de enamoramiento que el hechizo le envía directamente al acosador, no importa en que lugar se encuentre, ésta energía lo alcanza e inunda su mente, su nariz y todos sus sentidos para obligarlo a buscar al hechizado. Y no solo eso, se está oponiendo al antídoto, como lo suponía el cuerpo de Potter comenzó a cambiar nuevamente antes de que pudiera advertirle. Por alguna razón me enoja demasiado que él haya llegado a extremos físicos con el lobo, me desagrada, me molesta y muchas cosas más, pero no puedo culpar enteramente al muchacho, él solo se dejó llevar talvez por miedo o porque no tenía otra opción debido al maleficio, lo deja más sensible en cuanto a ciertas cosas. El hecho de que esté sucio también me molestó, hace que en mi mente quiera limpiarlo desesperadamente pero a diferencia de Lupin, yo conozco mis límites.
El humo morado finalmente se disipó, dejando a la versión femenina de Potter desnuda frente a mí, al parecer cuando la poción se revirtió lo hizo de la misma manera en la que accionó en primer lugar, así que quemó la falda en el proceso. Cerré mis ojos inmediatamente por instinto pero de todas maneras una imagen mental de lo que tenía en frente se estaba reproduciendo en mi cabeza, apreté mis labios buscando las palabras que necesitaba.
Pude escuchar la angustia de Potter en su voz, su llanto y me debatía a mi mismo para pensar qué hacer.

Las dos Caras de las SombrasWhere stories live. Discover now