EL PESO DE LA MENTIRA

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Y por motivo de ser puente en mi país, he decidido una pequeña maratón ahora que la cosa se pone interesante (si si, soy generosa). Además, he decidido que el primer día haya capítulo doble. Y, por supuesto, quiero agradecer el enorme apoyo que está recibiendo esta historia; hacía mucho tiempo que no me sentía tan motivada a escribir y publicar.

Disfrutadlo encantos, os leo en comentarios.

LENNI SUOMINEN

Inesperadamente, recibí una notificación del consejo para acudir en persona y hablarme de unas cuantas cosas. Según ellos, sabían perfectamente que algunos miembros de mi familia, se habían pasado por el arco del Triunfo el hecho de ser discretos frente a humanos. No hacía falta que me diesen nombres, sabía perfectamente quién había sido.

Sentía un enorme bochorno, pero si escarbaba un poco más en mi interior, también yo era responsable del comportamiento de Rainer. Mi esposa sólo sabía que mi hermano ahora convivía con una de esas mujeres de la comunidad de Portia, tratándolo por primera vez con el respeto y amor que se merecía. Fuera de nuestro círculo, nuestra familia se ha sentido señalada por ser diferentes. Incluso dentro del mundo sobrenatural, éramos una especie de apestados por desear controlar nuestra agresiva naturaleza.

Portia sólo llevaba dos días en nuestra casa y supuso un cambio tan abismal que no podía evitar rememorar cuando mi hermano se topó con una de esas mujeres. Su comportamiento cambió drásticamente, pasando de ser un cabrón sin sentimientos que no confiaba en nadie, en alguien que veneraba a una comunidad que, desde el comienzo, lo trató como uno más de ellos siendo de otra especie diferente.

El caso es que Helena debe saberlo, debe saber el secreto que le había ocultado por el bien de esas gentes. No podía confiar en que ella o alguno de los nuestros decidiera hacer alguna tontería si supiera de la simbiosis que nos une a ellos. Mi esposa quería que nuestros hijos se unieran a miembros adecuados de nuestra especie para evitar la mezcla, porque con ello podría nacer algo aún más extraño que nosotros.

Lo que eso significaría una vida de ser señalado y perseguido. El caso es que esta era la señal que necesitaba para liberarme del peso de mi mentira. No albergaba dudas de que Portia y mi hijo Rainer habían sido bendecidos por la Luna con una unión inevitable e irrompible. Así que por mucho que no nos gustase, estaba escrito por encima de nuestros deseos.

Y la transformación de Portia estaba próxima, demasiado cerca y Rainer estaba comenzando a reaccionar ante ello. Incluso para el resto, sentimos una energía abismal alrededor de la chica, pero es su pareja destinada la que va a sufrir el azote continuo de su vínculo que intenta unirlos. La charla se iba a tornar un tanto...desagradable.

Y eso me lo confirmó el rostro de Helena, la cual me esperaba en el salón, sentada en el sofá con las piernas cruzadas y un libro en su regazo. Sin emitir palabra, estaba seguro que estaba profundamente enfada.

En cuanto crucé el umbral de la puerta, levantó la vista, soltando el libro repentinamente. Me senté frente de ella, observando como respiraba profundamente intentando calmarse. La dejé que buscara sus palabras.

—¿A que no sabes qué ha sucedido en tu ausencia?

Negué con la cabeza. Helena se tapó la cara con ambas manos, diciendo algo que no logré descifrar. Sus ojos comenzaban a tornarse de un color rosado.

—Rainer ha cometido un enorme error.

—¿Qué ha sucedido? —le pregunté tomándola de las manos. Aquel contacto la hizo suspirar y bajar un poco la tensión. Le di un apretón para animarla a seguir contándome lo que la preocupaba. Me sonrió ligeramente.

Kupari Lanka y los hilos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora