Capítulo 3 Simplemente radiante

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Antes de que llegara a mi alcoba a arreglarme, me topé con el que sería mi futuro esposo, Barsen 

- Buenas tardes, Ceris, lamento no poder haber podido haber cruzado palabra contigo en todo el día * -

Sorprendentemente para mi, se agachó a recoger mi mano para besarla. Evidentemente me sonroje por tal gesto, nunca antes había actuado así.
Hace cuanto que no veía a Barsen...?, realmente ha cambiado demasiado, supongo que este último año y medio lo estuvieron preparando para su subida al trono...

- Lo mismo digo Barsen, entiendo que estás atareado con el asunto de la coronación -

Aquel chico que conocí de ojos azules zafiro, pelo rubio oscuro arreglado y el cual era más bajo de estatura que yo, creció para convertirse en un alto, entrenado y atractivo hombre... Es la primera vez que pienso en el más allá de un buen amigo...

- No te voy a mentir, pero supongo que mi madre te estará manteniendo igual de atareada que a mi. No quiero molestarte, pero gustarías de ir a los jardines traseros conmigo para charlar antes de que comience "el gran espectáculo"? —

 - No te aseguraré nada, pero supongo que me sobrara tiempo. Si no fuera así, podríamos charlar en la mesa de comida o preferirías en otro sitio? —

 - Supuse un poco que tendrás problemas, -

Prosiguió con un tono burlesco

-  porque, no sé, cosas de mujeres y el tiempo de arreglarse -

 - Al menos yo sé cómo presentarme a un baile para relucir entre todos sin utilizar mi tonto título de "Príncipe imperial" -

  Le saco la lengua con intenciones maliciosas, Barsen me mira con recelo

 - Bieeen, me has pillado diamante. Sobre tu proposición, me parece bien, pero recuerda que es en caso de no poder. Igualmente, cuando quede una hora antes del baile te vendré a ver, quiero ver como luce mi futura esposa  —

 - ja  -

Inmediatamente entré en la alcoba. Ese tonto siempre le a gustado hacerse el coqueto y no solo conmigo, si no con todas las chicas, pero nunca le a funcionado con ninguna, alomejor me sonrojaré, pero se que lo hace con animos de molestar

Después de 2 horas de arreglos, ya estaba alistada para el baile de verano. Todas las sirvientas no podían dejar de admirar como lucia el despampanante vestido rosado, el cual tenía un lazo con un cuarzo en el medio que relucía y combinaba con la gargantilla del colgante de la misma piedra preciosa y finalmente un tocado simple pero hermoso: Tirabuzones sueltos con perlas en la parte superior de su cabello. 

— Guau, señorita, realmente le hace justicia a su apodo, realmente reluce como un diamante -

Alagada por el comentario de la sirvienta le retorné él alago con una agradable y carismática sonrisa. De repente todos se giraron hacia la puerta porque alguien llamo. Tengo sospechas de quien podrá ser

- Adelante! - 

en efecto era Barsen que vino a recogerme

 -  Realmente luces hermosa diamante, sabía que no me decepcionaría de ti  —

 - Querido Barsen, no me gusta admitir esto, pero, realmente te ves tan apuesto hoy, pareciera que esta noche no voy a ser la única que resplandezca, zafiro -

FLASHBACK ( perspectiva de Barsen)

Justo cuando entraron mis sirvientes les pedi que me arreglaran adecuadamente

 — Quiero que me pongáis tan resplandeciente como el sol - 

 - su alteza, hay algún motivo en especial?, -

Se piensan que soy idiota; obviamente se que ellos escucharon mi conversa con madre la noche anterior y lo regaron por todo el palacio

- Claro que lo hay, quiero que mi comprometida me admire por mi belleza. Saben? Creo que no ha dejado de verme como aquel señorito de 13 años al cual conoció, quiero que vea que si ella destaca, su prometido la pueda igualar —

- claro, su alteza, déjenlo en nuestras manos  -

PRESENTE (perspectiva de Ceris)

Entonces, ya podemos marcharnos? —

 — Claro, su alteza  -

Los dos nos marchamos charlando hacia los jardines traseros. Se sabe que casi nadie va ahí y el me contó  que se le ocurrió que sería una buena idea para poder hablar tranquilamente, ya que las cosas se tensaron algo con la noticia de que nos íbamos a comprometer pronto.

(Perspectiva de Barsen)

Estaba perplejo por lo bella que lucia mi futura esposa. Siempre admiré su belleza, pero exactamente en este momento reconozco que está aún más bella de lo que recordaba. Aún recuerdo lo deslumbrado que quede la primera vez que te vi diamante, pero siempre fuiste demasiado bella para mí y simplemente me resigne con ser tu buen amigo.

Ceris me mira curiosa por las miradas que le daba. Desde lejos se notaba que solo la miraba a ella

 - Que pensara el principito?-

 Sonrojado de la verguenza le dije

 - Mm, yo? En nada tan relevante... -

Desvíe rapidamente mi mirada. Y si ella me sigue viendo como ese señorito?

 Ceris se veia preocupada por esta tonteria...

 - Oye, estás bien? Te preocupa algo? Ya sabes que soy tu amiga y me lo puedes contar todo —

 - lo sé tonta. Simplemente, tenía algunas dudas sobre... Mejor olvídalo, simplemente son tonterías inmaduras, ja, ja, ja -

 Ceris me miró con recelo

- Tan grande y tan tontorrón, tsk -

Sin pelos en la lengua continuó y me dijo

- odio reconocer que me gusta tu apariencia -

El diamante del imperioWhere stories live. Discover now