Capítulo 9 Risas y lágrimas

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(Perspectiva de Ceris)

Pasaron 2 días desde la coronación y no podía dejar de pensar en lo apuesto que Barsen se veía... Barsen realmente era muy guapo y muy noble de sentimientos...

— Su majestad, ya llegaron los vestidos de la modista, la emperatriz madre solicita su audiencia en su vestuario personal - dijo Emma, mi criada favorita

— Oh, ya veo, iré lo más rápido posible. Ah, por cierto, Emma, ¿sabes algo de la llegada de alguien a palacio? - Pregunté con interés.

— Si majestad, por lo que sé, hoy llegará alguien de la alta nobleza, aunque no podría confirmarle que fuera alguien de su familia -

No me importó mucho la respuesta, porque estaba convencida de que si sería mi madre o en su defecto mis hermanos, pero tampoco me quería ilusionar tanto...

Salimos las dos hacia el vestuario, el cual era una sala conectada con la habitación de la que sería mi suegra, era inmensa y estaba llena de vestidos y accesorios de la más alta calidad y belleza.

Llegamos y la emperatriz me recibió con gran entusiasmo. No he de negar que yo también estaba muy emocionada, ya que uno de mis sueños siempre fue casarme, llevar un hermoso vestido blanco y ver cómo la gente me miraba caminando hacia el altar...

— ¡Ceris querida! Espero que los vestidos sean tal y como los pediste - Dijo entusiasmada

Al mostrarme los vestidos mis ojos se iluminaron tanto como el sol.

— Realmente es hermoso, tal y como lo imaginé - Dije con una dulce sonrisa

— Vamos, tenemos que probártelo por si hay alguna cosa la cual deberíamos de arreglar - Dijo la emperatriz madre entregando el vestido a una de las criadas presente

Las sirvientas me ayudaron con las enaguas y el vestido, el cual pesa un poco por la cantidad de tela y detalles que portaba. Mientras me lo probaba fui pensando en cómo me quedaría aquel vestido blanco con hermosos encajes de un tono más sutil, de mangas largas y caídas, un corsé decorado con los mismos encajes y perlas relucientes a juego con la estética, un broche con un diamante en el medio haciendo que realzara el escote, palabra de honor.

La parte inferior consistía del mismo encaje blanco, con un chal en la capa más superficial del mismo tono de blanco del corsé y las capas más internas estaban colocadas en forma de pliegues de un tono más luminoso. * Para más referencia mirar la imagen del capítulo*

— Oh querida, te queda hermoso, no puedo esperar al día de la boda para ver como tú y Barsen caminan juntos hacia el altar. Será el día más gratificante de mi vida - René (la emperatriz madre) me miraba con mucha ilusión.

Al mirarme completamente al espejo de cuerpo entero, me di cuenta de que realmente me veía como una princesa de cuento de hadas, sentí que mi niña interior estaba rebosante de alegría y felicidad.

Mientras que estaba deslumbrada por mi apariencia, entró mi madre por sorpresa.

— ¡Estás resplandeciente mi querida hijita! - Dijo mi madre con una lágrima asomándose por su ojo.

De reojo pude observar como sostenía una caja no muy grande detrás de su espalda. No tardó mucho en extender sus brazos y otorgarme el contenido que se encontraba en su interior.

La abrí cuidadosamente y con gran asombro realicé que era un conjunto de un collar y zarcillos dorados con diamantes rosados, los cuales eran los mismos que ella y generaciones atrás habían portado el día de su boda.

— Muchísimas gracias mama. Siempre he soñado con este día, el mismo el cual me otorgarías las joyas de la familia - Aclaré con lágrimas en los ojos.

Realmente estaba bastante entusiasmada, más que con casarme, con la boda. Simplemente, el hecho de casarme me hacía muy feliz y más en este mismo instante.

— ¡Y no solo eso! Como tu suegra quería darte este presente. Sé que su valor sentimental no se compara con el conjunto, pero sé que será de tu agrado - René me miro con mucha felicidad, sabiendo que el regalo sería de mi agrado

Me sorprendí bastante al ver que era una tiara a juego con el conjunto. Era hermosísima, pero sospechaba que estas dos se habían compinchado para entregarme un hermoso conjunto de joyas el cual portaría. Realmente con este puesto sería la envidia de todas las princesas o nobles de cualquier reino o imperio.

Sonreí y abracé a René y a mi madre y me dispuse a probarme el vestido de la fiesta, el cual era un vestido de corte de sirena con mangas hacia los costados, con pedrería de un color azul tenue. A juego escogí unos zarcillos y collar de perlas, simples, pero únicos, aparte de que pertenecían a la joyería de la corona.

Finalmente, acabamos de mirar todo lo relacionado con la joyería y la vestimenta del gran día. Mi madre y René me dejaron ir a descansar para después vernos a la hora de la cena, ya que ellas tenían cosas de las que charlar. Mientras tanto iba con Emma hablando sobre temas de la boda

— Realmente me sorprendió ver a su madre alteza, tenía entendido de que hoy solo llegaba una persona al palacio y se supone que cuando le informé ya había llegado o al menos eso me dijo el ama de llaves... — dijo Emma sin pelos en la lengua

— Como que no era mi madre? Entonces quién sería esa persona? Bueno, realmente no es de mi interés - dije algo extrañada

Casualmente, teníamos que atravesar uno de los jardines de la residencia para poder llegar a mi alcoba, cuando de repente me sorprendí al ver a Barsen con una muchacha morena de cabello lacio, por lo demás no la pude distinguir muy bien por la distancia y mi carencia de visión desde distancias lejanas, pero, puede oír como ellos se reían con mucho énfasis y cercanía, lo cual me era bastante extraño.

— Emma, quién es ella? - dije con algo de terquedad

— Es la joven duquesa de Corsen, si no mal recuerdo su nombre era Ludmila... —

Esa chica realmente no me transmitía nada positivo y ni siquiera necesitaba cruzar palabra con ella para saber eso. Vi como me miró algo disimulada y agarró a Barsen por el brazo, haciendo que me irritara. Procedí a acercarse para al menos poder hablar con él y que me ubicara quién era exactamente la chica la cual lo hacía reír tanto.

El diamante del imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora