Capítulo 11

88 23 6
                                    

Tomé mi camisa blanca que estaba sobre un sofá de la casa. Me la puse y comencé a abotonarla en lo que buscaba a Junnie por toda la casa.

Maldito Yeonjun. Se tiño el cabello igual que su hermano para estar conmigo. Maldito, maldito, ¡maldito seas Choi Yeonjun! Estaba enojado conmigo mismo por haberlo confundido con Junnie. ¿Cómo pude? Él ni siquiera es así. Él es tierno, es tranquilo, es dulce, es cariñoso, sus besos son lentos pero tiernos... En cambio los de Yeonjun eran apasionados, llenos de lujuria, con intenciones de pasar a más, era atrevido, lanzado, intenso... Eran total y jodidamente diferentes y yo no pensé eso en el momento en que Yeonjun me besó con esa intensidad.

Junnie ni estando ebrio haría eso.

Los busqué por toda la casa y no encontré nada. Chequé los cuartos y tampoco estaba ahí. Salí de la fiesta para ir a buscarlo. No tenía ni idea de dónde o con quién podría estar. Caminé y quería llorar por la frustración de no encontrarlo para explicarle las cosas.

***

Hace una hora ya que me había salido de la fiesta y seguía buscando a Junnie por todo el lugar. Di vueltas por todas las casas para ver si no estaba por ahí pero no había señal de él. Cansado, fastidiado, frustrado, triste y enojado conmigo mismo, me senté en la acera y comencé a llorar. Quería darle un lindo regalo de cumpleaños, hacerlo feliz hoy, que la pasáramos bien... ¿Y qué conseguí? Que Yeonjun se molestara conmigo, que me odiara y se alejara. Y estaba en su derecho. Fue mi culpa, mi error.

Limpié mi rostro que estaba lleno de lágrimas y decidí ir al parque donde tantas veces fuimos juntos. Quería estar en un lugar donde pudiera sentirlo cerca. Me levanté y volví a caminar rumbo al parque. Ya era de noche y la brisa del aire frío me golpeó, haciendo que me cubra por inercia con mis brazos. Sí, traía mi saco, pero me dio frío. Acomodé mi cabello Y que tenía unos mechones cayendo por mi rostro.

Al llegar al parque me dispuse a ir a sentarme al mismo árbol de siempre en el que nos sentamos Junnie y yo, pero había un problema. Alguien más estaba ahí. Suspiré y opté por irme a otra parte del parque pero entre cerré los ojos al ver a la persona que estaba ahí.

Era él. Era Yeonjun.

Caminé a paso lento hacia él hasta estar lo suficientemente cerca para poder hablar. Me detuve justo frente a él, quien me miró y pude ver sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Me miraba con odio, con desprecio... Con asco.

—Lárgate Beomgyu —fue lo único que dijo para después voltear su rostro, mirando hacia la nada.

—Junnie te...

—No me vuelvas a decir así, ¿oíste? Ahora llámame por mi nombre. Me llamo Choi Yeonjun .—me corto para responder con eso, sin mirarme, y de forma fría y directa. Sin titubeos.

—Choi Yeonjun... —suspiré y me senté a un lado de él—. Quiero que me escuches. Por favor —suplique mirándolo, o más bien, su perfil ya que no me dirigía la mirada. Dolía que estuviera así conmigo.

—No hay nada que hablar, Beomgyu. Me quedó bastante claro que yo era tu juguete, y sabías que no tendría relaciones tan rápido contigo, pero claro —rió sarcástico—, para eso está Yeonjun. Totalmente dispuesto a cogerte como quieres —esto último lo dijo mirándome de forma fría. Sus ojos ya no tenían ese brillo alegre.

—Yeonjun, ¿cómo puedes pensar eso de mí? —cuestioné dolido.

—Porque eres como todos los demás, Beomgyu.—me miraba fijamente—. Eres igual de... —apretó sus labios y sus ojos se volvieron cristalinos—. Me lastimaste Beomgyu. Me lastimaste y en mi propio cumpleaños —dijo con la voz entre cortada—. Es lo más bajo que me han hecho en mi vida.

¿𝙌𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙚𝙨 𝙔𝙚𝙤𝙣𝙟𝙪𝙣?Where stories live. Discover now